Jackson abrazo a Katie mientras se movian al ritmo de la musica.

– ?Te enfadaras si te pregunto cuanto tiempo mas tenemos que quedarnos?

Ella le sonrio.

– No, porque ya tengo la respuesta. Cincuenta y siete minutos. Le prometi a mi madre que nos quedariamos hasta las nueve y media. Luego seremos libres.

– Bien. ?En tu habitacion o en la mia?

Ella ladeo la cabeza mientras sopesaba la pregunta. La suave luz se derramaba sobre su hermosa cara, iluminando sus tenues pecas, la forma de su boca y el brillo de humor de su mirada.

– En la tuya -dijo por fin-. Sobre todo porque nadie me buscara alli.

– O sea, que soy solo una excusa.

– ?Y eso te preocupa?

– En absoluto.

Katie se rio y Jackson sintio en las entranas el claro sonido de su risa. Cada vez se sentia mas a gusto con ella.

Seguia recordando las palabras de su madre; sabia que debia andarse con pies de plomo. Pero queria dejarle claro a Katie y a todos los demas que ella le importaba. No estaba jugando. Katie era la mujer de su vida y pensaba hacerla suya.

Courtney se acerco y toco a Katie en el hombro.

– Voy a lanzar el ramo. Voy a lanzartelo directamente a ti. Ya sabes, para que tengas suerte -luego la abrazo-. Te quiero, Katie.

– Yo tambien a ti.

Su hermana la solto y miro a Jackson.

– Gracias por venir a mi boda.

– Creia que me odiabas.

Ella se rio, achispada.

– No seas tonto. Aunque mas vale que tengas cuidado con mi hermana. Lo se todo de ti.

– ?Que quieres decir? -pregunto el.

Courtney volvio a mirar a Katie.

– Se que te gusta mucho. Porque aunque sea una cita pactada y todo eso, es muy majo. Pero ten cuidado. Ya sabes como son los tios. Y tu no tienes mucha suerte.

Katie permanecio impasible. Obviamente, se le daba muy bien ocultar sus verdaderos sentimientos.

Pero Jackson estaba harto de soportar las idioteces de Courtney.

– Escucha -comenzo a decir.

Courtney achico los ojos.

– No, escucha tu. Te acostaste con Ariel. Me lo dijo ella. Asi que no hagas dano a mi hermana. Vamos - Courtney agarro del brazo a su hermana-. Voy a lanzar el ramo.

Katie se alejo antes de que Jackson pudiera detenerla. Jackson se quedo en medio de la pista de baile, viendo como se llevaban a la mujer a la que amaba.

No se habia acostado con Ariel. Al menos, desde hacia mucho tiempo. Katie tenia que saberlo. Tenia que saber que Courtney estaba mintiendo, o que habia malinterpretado la verdad. O quizas hubiera sido Ariel. Katie tenia que saber cuanto significaba para el. Que nunca haria nada que pudiera hacerle dano.

– ?Va todo bien? -pregunto su madre.

– Si.

– Katie parece disgustada.

Tenia que arreglar aquello, penso el con firmeza. Pero ?como? Tenia que haber algun modo de convencerla de que era…

Puso las manos sobre los hombros de su madre.

– Necesito que distraigas a Courtney para que no tire el ramo todavia.

– ?Que?

– Va a lanzarlo de un momento a otro. Necesito que la distraigas.

– ?Cuanto tiempo?

– Hasta que yo vuelva -se dirigio hacia la puerta.

– Howie…

El se dio la vuelta.

– Mama, tienes que dejar de llamarme asi. Te lo explicare todo en cuanto pueda. Pero ayudame.

– De acuerdo. Pero no se que voy a decir.

– Ya se te ocurrira algo.

– Esto es ridiculo -dijo Courtney mientras bebia champan y se paseaba por el borde del salon de baile-. Quiero lanzar el ramo y seguir con mi vida.

– Mama y Tina lo han dejado muy claro. Quieren que esperemos.

– De acuerdo. Pero solo cinco minutos mas. Luego hare lo que quiera.

«Y al diablo con las consecuencias», penso Katie con sorna. Courtney se preocupaba a veces por los demas. Pero, por desgracia, esos momentos eran muy poco frecuentes.

– Espero que sepas que lo que he dicho lo he dicho por tu bien -dijo.

Katie la miro con desconcierto.

– ?De que estas hablando?

– De lo de Jackson y Ariel. ?Tu la viste? No tienes nada que hacer. Se que suena cruel, pero es cierto. Mas vale que te olvides de el antes de que te rompa el corazon.

Katie se dijo que dormiria mejor si no pensaba lo peor de su hermana.

– Te agradezco la advertencia, pero Jackson y Ariel no estan juntos. No han dormido juntos.

Los ojos de Courtney se agrandaron.

– Claro que si. Las dos noches.

– No -dijo Katie con calma-. Es imposible. Jackson estaba conmigo.

Courtney se puso colorada. Abrio y cerro la boca.

– Me lo dijo Ariel. Dijo que me lo contaba porque sabia lo mucho que te quiero y pensaba que alguien debia advertirte. Y yo pensando en como iba a decirtelo -su expresion se despejo de pronto-. Me alegra que no sea cierto.

Katie no se habria sorprendido mas si la copa hubiera empezado a hablar.

– Eh, yo tambien.

Courtney la abrazo.

– Ahora si que quiero que recojas el ramo.

Todavia ligeramente aturdida, Katie habia cruzado la mitad de la pista de baile cuando oyo que la llamaba Jackson. Se detuvo con el corazon acelerado. El amor la embargo por completo. El amor, la esperanza y la certeza de que aquel era el hombre de su vida. Se volvio hacia el.

– Hola.

– No me he acostado con Ariel.

Hablaba en serio y parecia preocupado, como si de verdad le angustiara. Lo cual era propio de el.

– Lo se.

– Ni siquiera lo desee.

– Te creo.

Estaban rodeados de invitados. Unos cuantos fingian no escucharlos, y otros fueron acercandose.

Jackson se levanto las gafas y la miro fijamente.

– Se que quiza sea una locura, pero, Katie McCormick, eres la mujer mas asombrosa que he conocido nunca. Eres la mujer que estaba esperando. Me fastidia que nuestras madres tuvieran razon, pero habra que asumirlo. Eso espero, al menos. Te quiero.

Puede que se oyera algun otro ruido en el salon. Musica de la orquesta, una exclamacion de sorpresa o dos, pero Katie solo oia sus palabras. Palabras magicas que la hacian sentir como si flotara.

– Te quise desde el instante en que te vi -continuo el-. Comprendo que tengas que pensartelo, pero, por

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