– Lo siento.

– No lo sientas. Es la mejor pose que he visto en todo el dia.

Su mirada se cruzo con la de el. Ahora le ardia todo el cuerpo y no solo la cara; los pezones se apretaban contra la blusa. Sintiendose traicionada por su propio cuerpo, se volvio a Sadie, con cuidado de ser mas modesta esta vez cuando la colocara en posicion.

Sadie permanecio quieta hasta el momento exacto en que Nick tendio la mano hacia el flash. Entonces se alejo y se sento a los pies de Danielle.

Nick inclino la cadera y observo al animal.

– ?De verdad es campeona de algo?

– Si -suspiro al ver que Sadie bostezaba-. La aburres.

– Quiza deberia cantar y bailar.

– Me conformo con que sigas intentandolo.

Empezaba a desesperarse. ?Podria revelar las fotos alli mismo o el le daria el carrete para que probara en otro laboratorio?

Tenia que ser una cosa o la otra, ya que ella tenia que acudir directamente desde alli a Donald Wutherspoon, con la esperanza de que tuviera trabajo para Sadie.

Y dinero para ella.

De no ser asi, tenia que buscar otro trabajo deprisa. Estaba cualificada y tenia diez anos de experiencia en su profesion. La gente le confiaba sus animales y ella se ganaba bien la vida en las exhibiciones caninas. Pero robar un perro, aunque fuera por un buen motivo, arruinaria su reputacion. Por no hablar del hecho de que Ted seguramente la buscaria en las competiciones de Rhode Island, que tampoco era tan grande como para que pudiera desaparecer.

No podia permitir que se llevara de nuevo a Sadie. Si pudiera ganar dinero suficiente para desaparecer, se iria lejos, muy lejos, y volveria a empezar, haria lo que fuera preciso para ganarse la vida y mantener a la perra.

– ?Eh! -Nick aparecio de pronto ante ella, le tomo la barbilla y la miro a los ojos. Danielle comprendio que seguramente habia pronunciado su nombre varias veces-. ?Quieres contarme de una vez lo que te pasa?

Sus dedos tocaban la piel de ella, y los sentia como una descarga electrica.

– ?A que te refieres?

– Estas muy nerviosa -la miraba con tal intensidad, que ella tuvo que tragar saliva con fuerza.

– A lo mejor me pongo nerviosa cuando estoy con desconocidos.

– No somos desconocidos.

No, aquello era cierto.

– O a lo mejor me pone nerviosa volver a verte.

– ?Cuando ni siquiera me dabas la hora? -solto una carcajada-. Lo dudo -le acaricio la barbilla con el pulgar-. De acuerdo, cuentame. ?Que es lo que de verdad ocurre?

Danielle abrio la boca sin saber bien lo que iba a decir, pero antes de que pudiera hablar, Sadie se abrio paso entre los dos y mostro los dientes a Nick.

Este aparto la mano de Danielle.

– Un perro guardian, ?eh?

La joven acaricio el cuello del animal.

– No muerde.

Nick miro a la perra con aire dudoso.

– Si tu lo dices -pero no volvio a tocar a Danielle.

Penso que tampoco deberia haberla tocado la primera vez, porque ahora tenia la sensacion suave de su piel grabada con firmeza en su mente.

– Si la acaricias y le sonries un poco, seguro que se relajaria -sugirio la joven.

– Si te acaricio y te sonrio a ti, ?te relajaras tu?

La mujer abrio mucho los ojos un momento antes de apartar la vista.

– Estas jugando conmigo.

– Yo no juego con los sentimientos de la gente.

Los ojos enormes de ella se clavaron en los suyos.

– ?Todavia me odias?

– ?Odiarte?

– Ya sabes, del instituto.

La miro largo rato; luego se echo a reir, pero ella ni siquiera sonrio, asi que termino por ponerse serio.

– Danielle, en el instituto no te odiaba en absoluto. Nada mas lejos de mis pensamientos.

– ?Tampoco despues de… aquella noche?

– Sobre todo despues de aquella noche.

Cuando los ojos de ella parpadearon sorprendidos, el asintio de mala gana.

– Si, me gustabas.

– No lo sabia.

– ?No me digas!

La mujer sonrio.

– Lo siento. Odio pensar en aquellos tiempos, en el grupo con el que iba y lo crueles que eran…

– De eso hace mucho -se aparto de ella, enojado por haber sacado el tema. Enojado porque todavia pensaba en ella de vez en cuando-. Como ya te he dicho, yo no pienso en aquellos dias.

Danielle bajo la vista hacia Sadie. La vulnerabilidad y la tristeza infinita habian vuelto a su mirada.

– Ya veo.

Solo tenia que mirarla para sentirse otra vez como el adolescente estupido y larguirucho al que creia haber dejado atras hacia anos. Al que habia dejado atras hacia anos. Era un periodista famoso y respetado. Tenia una vida muy interesante.

No necesitaba todo aquello. Senalo a Sadie con la cabeza, impaciente de pronto por verlas marcharse, por volver a su tiempo de ocio y descanso, donde no tenia que pensar ni sentir.

– Vamos a sacar esas fotos, ?de acuerdo?

– Si.

La joven intento colocar a Sadie delante de la pantalla del bosque. La perra se nego a moverse. Clavo las patas en el suelo y resistio los intentos de Danielle.

Pero, al parecer, la joven era tan testadura como ella, ya que tiro y tiro con todas sus fuerzas.

– Vas… a… posar -gruno.

Nick las observaba, fascinado y divertido a su pesar. Danielle tenia el ceno fruncido, el pelo en los ojos. Su rostro, arrugado por la concentracion, se puso lentamente tan rojo como cuando se dio cuenta de que le habia colocado el trasero en la cara.

Llena de determinacion, acabo por mover a la perra, y el no pudo evitar admirar la fuerza de su cuerpo.

– Podrias… ayudar -dijo ella, acercando a Sadie al lugar indicado. Lanzo a Nick una mirada irritada que solo consiguio hacerle sonreir aun mas.

– ?Por que? Lo haces muy bien.

Aquella perra debia de pesar mas de setenta kilos. Y el no pensaba dedicarse a empujarla y arriesgarse a perder un dedo en el proceso o algo mas. Le gustaban sus dedos. Y descubrio que tambien le gustaba ver sudar a Danielle.

Se pregunto que otras cosas la harian sudar y grunir asi. Se pregunto si le gustaria el sexo salvaje y sucio, si…

?Alto! Tenia que dar marcha atras. No podia pensar esas cosas de aquella mujer.

– De acuerdo -dijo ella, sin aliento. Se enderezo-. Preparate, Nick -acaricio al animal, le beso la nariz, incluso froto su mejilla contra la de Sadie.

Nick observo aquella muestra sincera de carino y sintio algo hondo en su interior. ?Maldicion!

– Haz la foto. Deprisa.

El hombre se situo detras de la camara y miro por la lente mientras Danielle besaba y abrazaba a Sadie, sin preocuparse de que el pelo de la perra se le pegara a la ropa ni de la saliva que le caia por un brazo ni del modo

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