– Mi hermana tambien estara en casa, por supuesto. No queria decir…

Phinn estaba dandole las gracias por una invitacion que no podia aceptar cuando Ty entro en el establo.

– ?No podias dormir?

– Si, claro que si, la cama es maravillosa -sonrio Will-. Estaba preguntandole a Phinn si querria ir conmigo al teatro algun dia.

– No creo que Phinn quiera dejar a Ruby sola.

– Ash o tu podrias encargaros de ella por una noche, ?no?

– Prefiero quedarme -sonrio Phinn.

– La senora Starkey ya tiene preparado el desayuno -dijo Ty entonces.

Will no insistio sobre la invitacion, pero se coloco a su lado cuando salieron todos a dar un paseo.

– Ash me ha dicho que conoces la zona mejor que nadie.

– Si, bueno, es que creci aqui.

Los hermanos Wyatt se marcharon despues de cenar y Will se despidio con un beso en la mejilla. Y, en cuanto todo volvio a la normalidad en Broadlands Hall, Phinn paso un momento por el establo para ver a Ruby y luego subio a su habitacion.

Estaba en pijama, con la cara lavada y el pelo sujeto con una cinta blanca, cuando recordo el reloj. Ty iba a dormir alli esa noche, pero seguramente se marcharia muy temprano. Podria dejarlo en su habitacion, pero…

?Por que no? Ty llamaba a la puerta de la suya muchas veces. Ademas, el estaba en su estudio, trabajando, y solo tardaria un momento.

De modo que, despues de ponerse una bata, Phinn llamo con los nudillos a la puerta y entro un segundo despues pensando que seguiria en el estudio…

Y se quedo helada. La luz estaba encendida y Ty estaba alli, descalzo, con la camisa desabrochada.

– Ay, perdona… perdona -se disculpo, con la cara encendida-. Pense que estabas abajo. Solo queria devolverte el reloj antes de que volvieras a Londres…

Ty, como si las mujeres entrasen en su dormitorio todos los dias, la invito a pasar.

– No voy a morderte… bueno, no suelo hacerlo.

Aunque nada le hubiera gustado mas que charlar un rato con el, Phinn estaba en pijama y no le parecia apropiado.

– ?De que quieres hablar? -le pregunto, sujetando la puerta.

– Bueno, podrias decirme que tal lo has pasado este fin de semana, por ejemplo.

– Muy bien.

– ?Te han gustado mis amigos?

– Si, mucho. Kenneth me hacia reir y su mujer, Rosemary, es un encanto.

– Tu tambien les has gustado mucho -dijo Ty, dando un paso hacia la puerta.

– Esto… no vas a intentar seducirme, ?verdad?

El solto una carcajada.

– ?Eres una delicia! No, no era esa mi intencion, pero… -Ty dejo la frase sin terminar-. Me gustaria saber que vas a decirle a Will Wyatt cuando te llame.

– ?Por que crees que va a llamarme?

– Estoy seguro. Lo tienes cautivado.

– Si, bueno, es un chico muy agradable.

– Pero no vas a salir con el.

– Como diga el senor -bromeo Phinn.

– ?Quieres salir con el? -pregunto Ty, dando otro paso adelante.

Phinn no tenia que pensarlo siquiera. El unico hombre con el que queria salir estaba delante de ella.

– Ya sabes que no quiero dejar a Ruby, asi que no, no voy a salir con el.

– Pero eso no responde a mi pregunta.

– Lo se.

– Y tambien sabes que podrias volver loco a un hombre.

– Dices unas cosas tan bonitas -bromeo Phinn.

Ty la miro en silencio durante unos segundos.

– Sera mejor que te marches -dijo abruptamente, dando un paso adelante para abrir la puerta del todo. Pero Phinn ya se habia dado la vuelta y acabaron chocando…

El la tomo por la cintura y entonces, cuando se miraron a los ojos, fue como si ninguno de los dos pudiera resistirse.

Ty dejo escapar un gemido ronco antes de abrazarla.

– Quiero besarte.

Phinn negaba con la cabeza y, sin embargo, lo que salio de sus labios fue:

– Si no recuerdo mal, besas de maravilla, Tyrell Allardyce…

No pudo terminar el resto de la frase porque Ty se apodero de sus labios.

Fue un beso muy satisfactorio, pero por fin el levanto la cabeza.

– Tu tampoco besas mal -murmuro, mirandola a los ojos.

– Hago lo que puedo.

– ?Probamos otra vez?

Aunque Phinn no sabia muy bien que queria decir con eso, lo que si sabia era que estar en sus brazos era maravilloso y no queria apartarse nunca.

De modo que se puso de puntillas para besarlo y esa fue toda la respuesta que Ty necesitaba. Podia sentir el calor de su cuerpo a traves de la tela de la bata, pero queria estar aun mas cerca…

Phinn sentia las manos de Ty en la espalda mientras enterraba la cara en su pelo y cuando sus labios se encontraron de nuevo supo que el la deseaba tanto como ella.

Durante varios minutos estuvieron besandose sin decir nada. Phinn no sabia donde iba aquello, solo sabia que no queria apartarse. Sin embargo, empezo a ponerse nerviosa cuando Ty tiro de ella hacia la cama. Afortunadamente, el parecio notar su vacilacion porque se detuvo de inmediato.

– ?Ocurre algo?

– No, no, pero… tengo la impresion de que si estas intentando seducirme.

Ty sonrio.

– ?Lo crees? ?Es que no lo sabes?

Phinn sonrio tambien. Lo amaba. ?Que otra cosa importaba? Se pregunto entonces si deberia decirle que nunca habia estado con un hombre, pero no queria que pensara que era una cria, de modo que siguio besandolo.

Se emociono cuando empezo a quitarle la bata y se puso a temblar cuando Ty se quedo mirando la camisola y el pantalon corto del pijama sin disimular su admiracion.

– Eres preciosa -murmuro, deslizando las manos por su espalda.

Cuando esas manos se deslizaron hacia delante y, por fin, capturaron sus pechos, su gemido de placer se mezclo con el de el.

Ty la beso de nuevo, acariciando sus pechos mientras lo hacia. Pero, como atormentado por el deseo de seguir tocandola, se aparto un poco.

– Quiero verte -dijo con voz ronca.

Phinn trago saliva para disimular su timidez.

– Yo tambien quiero verte -contesto. Y su deseo se hizo realidad cuando Ty empezo a quitarse la camisa.

Tenia un torso magnifico, muy masculino, que Phinn miro, sorprendida, antes de inclinarse un poco hacia delante para posar en el sus labios. Ty tiro entonces de su camisola con manos ansiosas.

– Carino… -murmuro, mientras miraba las cumbres rosadas de sus pechos-. Eres exquisita -dijo luego, inclinando la cabeza para tomar un pezon entre los labios.

Phinn cerro los ojos para disfrutar de sus caricias.

– Oh, Ty, te deseo tanto…

– Y yo a ti -murmuro el.

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