Tom?

—Ah…, si. —Tom la miro con tristeza—. No, o sea, crema si, sin azucar. Da igual. Me gusta de todos modos.

En cuanto Ana salio de la habitacion se volvio hacia Drake.

—Esta en una fase de negacion. Es natural, y no me sorprende. Tardara un tiempo en hacerse a la idea.

—No. —Drake se levanto y se acerco a la ventana. Las ultimas nieves fuertes del invierno estaban derritiendose, y ya despuntaban los primeros tallos verdes de la primavera. En unos cuantos dias florecerian las campanillas de invierno y el azafran.

»Tu no conoces a Ana —continuo—. No hay nadie mas realista que ella. No es como yo. Ana no esta negando nada. Soy yo el que se resiste a aceptarlo.

—Voy a recetarle analgesicos —prosiguio Tom, como si no hubiera estado escuchando—. Todos los que quiera. El dolor no es ninguna virtud. En casos como este no me preocupa la adiccion. Y tambien os voy a recetar tranquilizantes… a los dos. —Tom miro en direccion a la cocina, para asegurarse de que Ana no podia escucharlo—. Sera mejor que sepas la verdad, Drake. No podemos hacer absolutamente nada por ella. Olvidate de la quimioterapia. Me sorprenderia que Anastasia consiguiera con eso algo mas que unas cuantas semanas de prorroga. Tengo la impresion de que la medicina sigue aun en la Edad Media en lo que a esta enfermedad se refiere. Como medico tambien debo preocuparme por ti, Drake. No descuides tu salud. Y recuerda que puedo venir a veros, de dia o de noche, siempre que me necesiteis cualquiera de los dos.

Ana regresaba de la cocina. Se detuvo en el umbral, sosteniendo una bandeja con tazas, una cafetera, crema y azucar. Sonrio y enarco una ceja.

—?Habeis acabado? ?Puedo volver ya?

Drake la miro. Estaba delgada y debilitada, pero nunca le habia parecido mas hermosa. Hermosa y valiente y adorable. Ante la perspectiva de vivir sin ella se le encogia el corazon. Se sentia como si le faltara el aliento.

Ana era toda su vida, sin ella no tenia nada. ?Como iba a soportar su perdida?

2

«?Oh! Que vuelva el ayer, ruega al tiempo que regrese»

Tom se fue antes de las diez. Se dio cuenta de que Ana, que ponia buena cara por el, estaba rendida.

Ana se acosto en cuanto se hubo marchado Tom. Drake la siguio, media hora despues. Ya estaba dormida. Se tumbo junto a ella sin desvestirse, convencido de que seria una perdida de tiempo. Tenia demasiadas cosas en la cabeza como para conciliar el sueno.

Cerro los ojos. Se imagino a Ana como era cuando se conocieron.

Siempre le decia a todo el mundo que estaba enamorado de ella incluso antes de verla. La ocasion que propicio su primer encuentro fue un examen de fin de trimestre. Drake, como alumno estrella del doctor Bonvissuto en composicion musical, estaba realizando un examen en solitario, en un pequeno cuarto contiguo al austero despacho de Bonvissuto.

No era el escenario ideal para concentrarse, pero Drake habia ensayado el ejercicio varias veces antes. Mientras escribia las partes de una fuga compuesta por su profesor, Bonvissuto se entrevistaba con los aspirantes a alumnos y becarios del orfeon en la sala contigua.

El material del examen no era ninguna obra inspirada, y Drake podia hacerlo de forma casi automatica, utilizando hojas de papel pautado y un lapiz. Bonvissuto desconfiaba de los ordenadores y el resto de accesorios que aceleraban la composicion musical.

—Conque te hace falta un ordenador para escribir mas deprisa, ?eh? —Habia reganado a Drake en su primera sesion con el—. Handel escribio El Mesias, de la primera nota a la ultima, en veinticuatro dias. Tu haz lo mismo en dos o tres meses y no me quejare. ?Quieres ayuda informatica? Perfecto. Siempre y cuando escribas mas y mejor. Mejor que Bach. Mejor que Monteverdi, mejor que Mozart. Ellos no tenian ordenador.

Viniendo de Bonvissuto, la reprimenda habia sido suave. Pero hablaba en serio. Drake trabajaba como una bestia en el examen, sin la ventaja de siglos de desarrollo tecnologico, mientras en la habitacion de al lado iba y venia una sucesion de jovenes.

La mayoria, Drake lo sabia, llegaban preparados para cantar como Brunilda o Tristan o la Reina de la Noche. Bonvissuto no lo consentia.

—Algo sen-ci-llo. Nada de operas grandiosas. Canciones simples, canciones populares. Cuando me canteis eso bien de verdad, a capela, a lo mejor entonces empezamos a pensar en Verdi y Mozart y Wagner.

Cantaban sin acompanamiento, a menudo alto y desafinado. Y Bonvissuto comentaba, igualmente alto:

—?Que nota pensabas que era esa del final? ?Y en que idioma? ?Has oido hablar de la diccion? Esta cancion es en ingles, por el amor de Dios. Escuchandote parecia polaco o chino o vete a saber que.

Bonvissuto le daba la vuelta al patron convencional. Cuando se enfadaba, su acento italiano desaparecia. En su lugar aparecia un ingles perfecto y un acento de Kansas. Lo mismo ocurria durante sus clases con Drake, que una vez cometio la imprudencia de mencionar esa circunstancia. El profesor le habia guinado un ojo y dicho:

—?Quien ha oido hablar alguna vez de un italiano de Kansas? ?Quien ha oido hablar alguna vez de un compositor de Kansas?

Drake acabo de escribir la fuga, le dio la vuelta a la pagina y siguio con el ultimo ejercicio. «Propon una melodia que case con el acompanamiento propuesto».

Leyo lo que seguia y se dio cuenta de que el problema estaba chupado. Conocia la obra original. Lo que tenia delante era la parte de piano de «Adormecimiento», cuarta cancion del ciclo de El viaje de invierno. Lo unico que tenia que hacer era escribir la parte vocal. Daba la casualidad de que el acompanamiento estaba en la menor, un tono por encima de la version con la que estaba familiarizado, de modo que tendria que transportar; pero eso era insignificante.

Volvio a leer la pregunta para asegurarse. «Propon una melodia que case». No decia, «Compon una melodia que case». Y estaba claro que no podia superar a Schubert.

Mientras escribia en la linea vocal oyo la puerta que se abria de nuevo en la sala contigua. Hubo un murmullo de conversacion, luego un unico acorde, mi mayor, en el piano de Bonvissuto.

Empezo a cantar una voz de contralto femenina Blow the wind southerly. Era una voz fuerte y clara, ligeramente ronca en el registro mas bajo y con apenas la insinuacion de un atractivo vibrato en las notas altas. Drake se paro a escuchar. Despues de la ultima nota se produjo una pausa, a continuacion de nuevo un solo acorde al piano. Confirmo lo que Drake ya sabia. La mujer habia terminado exactamente en mi natural, en la clave con la que habia empezado. Habia dado el tono justo de principio a fin.

Drake oyo una o dos frases mas murmuradas en el cuarto de al lado, la puerta que se abria y se cerraba de nuevo. Espero, redactando los ultimos compases del ejercicio. No podia ser que Bonvissuto la hubiera rechazado, asi sin mas, sin hablar un poco mas con ella. Drake queria oirla cantar de nuevo.

Obedeciendo a un impulso recogio sus hojas de examen, las apilo pulcramente, y se acerco a la puerta que comunicaba ambas habitaciones. Giro el pomo y entro sin llamar.

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