magia, no te fastidia, seguro que es lo que se imaginan los padres. Estas en plena forma esta tarde, Guerrieri.

El padre me miro. Su rostro tenia una expresion indefinible; movio algun musculo de la cara, como si tuviese intencion de hablar, pero no dijo nada. Tuve la impresion de que, simplemente, no era capaz de hacerlo. Al mirarlo se materializaron en mi cabeza las palabras de una vieja cancion de De Gregori: «?Conoceis por casualidad a una chica de Roma cuya cara es como un dique cuando se derrumba?». Eso era, la cara del senor Ferrara, vendedor de muebles y padre desesperado, parecia un dique cuando se derrumba.

Fue la mujer la que tomo la palabra.

– Manuela desaparecio en septiembre. Habia ido a pasar el fin de semana con unos amigos que tienen unos trulli * entre Cisternino y Ostuni. El domingo por la tarde una chica la llevo en coche a la estacion de Ostuni. Desde ese momento no hemos vuelto a saber nada de ella.

Asenti, no sabiendo que decir. Me hubiera gustado expresar solidaridad, cercania, ?pero que se les dice a unos padres desesperados porque su hija ha desaparecido? Ah, cuanto lo siento, pero no se preocupen, son cosas que pasan. Ya veran como su hija reaparece pronto, la vida vuelve a su curso normal, y todo esto no habra sido mas que un mal sueno.

?Un mal sueno? Pense que si una persona adulta lleva desaparecida mucho tiempo -y seis meses son mucho tiempo- o le ha ocurrido algo grave o ha decidido alejarse deliberadamente. Cierto, cabe la posibilidad de que haya perdido la memoria, de que este vagando por alguna parte y que, antes o despues, den con ella. A los ancianos les ocurre a veces. Pero Manuela no era una anciana. En cualquier caso, ?que pintaba en todo eso un abogado? Es decir, ?que pintaba yo? ?Por que habian acudido a mi? Me pregunte en que momento podria hacer esa pregunta sin parecer insensible.

– Naturalmente, la policia o los carabinieri habran tomado declaracion a esa chica…

– Naturalmente. La investigacion la han llevado a cabo los carabinieri. Tenemos copia de todos los informes, luego te los enviare -dijo Fornelli.

?Por que iba a enviarmelos? Me agite en la butaca, como hago siempre cuando no entiendo que esta pasando y me encuentro a disgusto.

– De todas formas, te lo resumo ahora en pocas palabras. Manuela no llevaba el coche, fue a los trulli en el de unos amigos. Tenia que volver el domingo por la tarde pero no encontro a nadie que pudiese llevarla a Bari directamente, asi que la acompanaron a la estacion de Ostuni para que cogiera el tren.

– ?Llego a coger el tren?

– Creemos que si, aunque no lo sabemos con seguridad. Lo que si sabemos es que compro el billete.

– ?Por que dices que no hay duda de que compro el billete?

– Los carabinieri han tomado declaracion al empleado de la taquilla, le ensenaron fotos y el reconocio a Manuela.

Pense que era algo inusual. Los empleados de las taquillas, como toda la gente que trabaja en contacto continuo con el publico, apenas se fijan en la cara de los clientes. Ni los miran, y, si lo hacen, los olvidan enseguida. Es normal, ante ellos no paran de desfilar caras, es inevitable que no puedan recordarlas, salvo que exista una razon concreta para hacerlo. Fornelli intuyo lo que estaba pensando y me contesto aunque no hubiese formulado la pregunta.

– Manuela es una joven muy guapa, supongo que el taquillero se fijo en ella por eso.

– ?Y dices que no se ha podido averiguar si subio o no al tren?

– No se ha podido establecer con certeza. Los carabinieri han interrogado a los revisores de todos los trenes de la tarde. Solo a uno le parecia recordar a una chica que se parecia a Manuela, pero estaba mucho menos seguro que el de la taquilla. Digamos que es posible que haya subido al tren (luego veras las declaraciones) pero no estamos seguros.

– ?Cuando se dieron cuenta de su desaparicion?

– Tonino y Rosaria tienen un chale en Castellaneta Marina. Se encontraban alli con Nicola. Manuela paso con ellos un par de dias y luego se fue. Dijo que iba a pasar el fin de semana en los trulli de sus amigos. Llamo por telefono desde alli y les dijo que iba a volver a Roma el domingo por la tarde, en tren o en coche, si encontraba a alguien que pudiera llevarla. Tenia que ir a la universidad a la semana siguiente, creo que para hablar con un profesor o para algo de secretaria.

– Tenia que hablar con un profesor -dijo la madre.

– Si, en efecto. De todas formas, ellos se dieron cuenta de su desaparicion el lunes. Tonino y Rosaria regresaron a casa, a Bari, el domingo por la noche. Manuela no los llamo a la manana siguiente, pero eso era bastante normal. Por la tarde la llamo Rosaria, pero el movil de Manuela no estaba operativo.

La madre intervino de nuevo; el padre seguia en silencio.

– La llame dos o tres veces mas pero el telefono seguia apagado. Luego le mande un SMS diciendole que me llamase, pero ella no lo hizo; fue entonces cuando empece a preocuparme. Estuve llamandola toda la tarde, pero el telefono siempre estaba apagado. Al final llame a Nicoletta, la amiga con la que compartia el apartamento en Roma, y ella me dijo que Manuela no habia vuelto.

– ?Saben si paso por la casa de Bari?

Me respondio Fornelli porque a Rosaria le faltaba el aliento, como si acabase de subir varios pisos de escaleras.

– La portera vive en el inmueble, esta siempre delante de la puerta, incluso los domingos, y no la vio. Y en casa no habia ningun signo de que hubiera pasado por alli. Despues de hablar con Nicoletta llamaron a otros amigos de Manuela, pero ninguno sabia nada. Solo que habia estado en los trulli y que se habia ido de alli el domingo por la tarde. Entonces avisaron a los carabinieri (ya era de noche) pero estos les dijeron que no podian hacer nada. Si se hubiese tratado de una menor de edad podrian haber activado la busqueda, pero se trataba de una persona adulta que era libre de ir donde quisiera, de apagar el movil, etcetera.

– Y les han dicho que se pasasen a la manana siguiente para presentar una denuncia.

– Si. Llegados a ese punto acudieron a la policia, pero la respuesta fue mas o menos la misma. Entonces me llamaron a mi. Tonino queria coger el coche e ir a Roma, pero yo le disuadi. ?Que podia hacer en Roma? ?Donde iba a buscar? Ya habian hablado con la amiga de Manuela, que habia excluido que hubiese regresado al piso y, en definitiva, no habia ninguna certeza de que hubiera salido realmente hacia Roma. Nos pasamos la noche llamando a todos los amigos de Manuela de los que conseguimos encontrar el numero, pero sin resultado alguno.

Durante unos instantes percibi la precisa, sofocante, insoportable sensacion de angustia que debio saturar aquella noche, entre llamadas freneticas y terrores sinuosos e innombrables. Tuve el impulso, tan absurdo como concreto, de levantarme y huir del bufete para escapar de aquella angustia. Y, durante unos instantes, me escape de verdad; mi mente se ausento, como si me hubieran abducido y llevado a un lugar mas seguro y menos opresivo. Estoy seguro de ello porque me perdi una parte del relato de Fornelli. Recuerdo su voz, emergiendo desde la niebla de aquel aturdimiento, hacia la mitad de un discurso ya iniciado.

– … y, llegados a ese punto, se dieron cuenta de que estaban ante un autentico problema y comenzaron las investigaciones. Han escuchado las declaraciones de un monton de gente, han conseguido el listado de llamadas del movil de Manuela, los movimientos de su tarjeta del cajero automatico, han examinado su ordenador. Han trabajado en serio, pero en todos estos meses no ha salido a la luz nada que pueda resultarnos util y no sabemos mucho mas ahora de lo que sabiamos el primer dia.

?Por que me estaban contando esa historia? Probablemente, habia llegado el momento de preguntarselo.

– Lo siento mucho. ?Puedo ayudarles de alguna forma?

La mujer miro a mi colega. El marido tambien se volvio, lentamente, para mirarlo, con aquella cara que parecia a punto de caerse a pedazos. Fornelli los miro a su vez durante unos segundos, luego se dirigio hacia mi.

– Hace unos dias fui a hablar con el ayudante del fiscal que lleva el caso.

– ?Quien es?

– Un tal Carella, uno que acaba de llegar, me dijeron.

– Si, asi es; antes estaba destinado en Sicilia, creo.

– ?Que opinas de el?

– Todavia no lo conozco bien, pero yo diria que es un tipo integro. Un poco gris, quiza, pero no me parece que sea de los que no se gana el sueldo.

Вы читаете Las perfecciones provisionales
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×