coger sola el ascensor. Pero de repente aparece Biondi con su padre y no me da tiempo a salir antes de que el pulse el boton del 0.

– ?Bajas con nosotros?

– Si, claro.

De modo que bajo todos esos pisos con Biondi, quien no deja de escrutarme risueno. Y de repente…

– ?Que piensas hacer cuando llegues a casa, Carolina? ?Te iras en seguida a la cama o veras un poco la television?

– Bah, no lo se, ?por que?

Tengo la boca seca.

– Bueno, porque nunca se sabe. Pensaba que quiza leerias un rato en la cama… -Y cuando sonrie me siento morir. ?Matt se lo ha dicho! Me mira y a continuacion mira el bolso y alza la barbilla como si lo estuviese senalando-. ?No te gusta leer?

Dios mio, estoy a punto de desmayarme. ?Y si ahora resbalo, me caigo, se me abre el bolso y su padre ve la revista? ?Que pensara de mi'' Menos mal que, por suerte es el precisamente quien me echa un cable.

– Venga, dejala en paz… ?Que haga lo que quiera! Si esta cansada, que se vaya a dormir.

Exhalo un suspiro. Ufff… Su padre es, ni mas ni menos, mi salvador.

– Vamos, sal, ya hemos llegado. -Y lo empuja fuera del ascensor-. Saluda a tus padres de mi parte, Carolina.

– Gracias-

La verdad es que no se por que le doy las gracias, pero ese estupido de Biondi insiste:

– Nos vemos manana en el colegio y… me cuentas.

No lo saludo, faltaria mas. Me dirijo hacia el coche de mi madre y entro en el como un rayo. Me mira. A buen seguro se ha percatado de mi palidez.

– Eh, ?que te pasa? ?No te has divertido en la fiesta?

– ?Que va! ?Es que tenia miedo de que me echasen un cubo de agua desde arriba!

Mi madre no acaba de creerse lo que le he dicho. Se adelanta y escruta por el parabrisas. No hay ninguna terraza con las luces encendidas. Me mira fijamente a los ojos tratando de averiguar algo, de captar incluso un minimo e imperceptible temblor en mis parpados. Yo miro hacia adelante. No me doy por aludida.

– Mmm…

Vuelve a escrutarme. No me puedo contener. Imaginaos si saliese ahora de mi bolso esa revista porno, le daria un ataque. De modo que me vuelvo lentamente hacia ella, curiosa, ingenua, un poco sonriente, aunque sin exagerar. Pero, sobre todo…, hipocrita a mas no poder.

– ?Que pasa, mama? ?Por que me miras asi?

– Nada…

En estos casos conviene pasar siempre al contraataque porque los desconciertas, y la que podria haber sido su reaccion adecuada se reduce a algo extrano que a todas luces habian advertido de forma equivocada. Y, en efecto, mi madre dice «bah», se encoge de hombros, a continuacion enciendo el motor y se encamina directamente a casa. Mientras que yo, sin darme cuenta, exhalo un suspiro de alivio.

Paso la noche muy agitada. Me revuelvo en la cama y no consigo conciliar el sueno, controlo cada dos minutos la mochila, que he dejado bajo la silla, donde estan los libros del colegio y, sobre todo…, ?la famosa revista porno! ?Pienso en el imbecil de Biondi, que se imaginaba que volveria a casa y me encerraria en el dormitorio a ojearla! Biondi…, ?no todo el mundo es tan obseso como tu! ?Ni siquiera he tenido valor para sacarla de la bolsa! La he metido en seguida en la mochila del colegio. Y tambien al dia siguiente. ?Por puro miedo! Miedo en el verdadero sentido de la palabra. Como de costumbre, voy al colegio en autobus. Pero no se por que, esa manana tengo la impresion de que todos los pasajeros lo saben; si, que de una forma u otra me tienen tirria. Como cuando ves esas caras astutas que parecen decirte: «Eh, guapa… ?A quien pretendes enganar? Venga, ensenanosla tambien a nosotros… Se lo que llevas ahi abajo, ??que te has creido?!» Y luego estan los otros, los que son un poco mas taimados, los mas repugnantes… Esos parece que te miran solo a ti y que, por encima de todo, te dicen: «Te ha gustado, ?eh? Ahora ya sabes lo que hacemos…»

En fin, que me siento culpable, hasta el punto de que me bajo una parada antes y echo a correr como una loca para llegar a tiempo al colegio, antes de que cierren la verja. Entro casi resbalando mientras Lillo, el portero, la esta cerrando.

– ?Buenos dias! Corre, corre, Carolina… ?que hoy hay lio!

?Dios mio! ?El tambien lo sabe! ??O lo habra dicho por decir?! No lo pienso, sino que sigo subiendo a toda prisa los escalones, de dos en dos, y tambien de tres en tres, aunque esto lo logro solo una vez, porque luego casi tropiezo en el segundo intento y llego jadeante al pasillo que conduce a mi clase. Aminoro el paso por un instante. Vuelvo a pensar en lo que me ha dicho Lillo. ?A que se referia? ?Hoy hay lio? ?Por que me habra dicho eso? ?Me pillaran la revista? ?Que otra cosa puede suceder si no? De forma que, por si acaso, decido llamar a Jamiro. Tecleo a toda velocidad el numero de su movil, pero nada, lo tiene apagado. Uf, pero ?es que mi cartomantico de confianza duerme hasta tarde? ??Se puede saber para que le sirven a uno las predicciones astrologicas pasado el mediodia?! ?La manana es la base de nuestra vida! Por desgracia, de como vayan las cosas en el colegio depende mucho lo que pueda ocurrir por la tarde y, aun mas, si cabe, si existe o no la posibilidad de salir por la noche. De repente siento necesidad de ir al bano, y cuando salgo de el me siento mucho mas ligera. Quiza porque me he quitado un peso fundamental, aunque no fisiologico, sino… digamos espiritual. El que tenia en mi conciencia. He dejado la revista en lo alto, detras de la cisterna del bano. ?Se como es porque una vez ayude a mi hermano R. J. a arreglar la de casa! Fue muy divertido. ?El hacia de fontanero y yo era su ayudante, y al final nos empapamos por completo porque se rompio una tuberia! Pero no sabeis que risa, fue una de esas cosas que nunca se olvidan. Pese a que el agua salpica y causa danos y coges cubos y trapos e intentas encontrar una solucion, al final resbalas, te caes y te apoyas o te agarras a una cortina y la arrancas o la rompes o cualquier otra cosa, y despues, quiza se vuelca sin mas un cubo que acababas de llenar de agua y te echas a reir como una tonta. Y algo le pasa tambien a el. Y os reis aun mas. Y os mirais y os parece que todo este disenado para haceros reir, y entonces te ries, te ries sin cesar, y da la impresion de que el destino esta de tu parte, si, que vale realmente la pena reir sin parar. Creo que todavia hoy esa sigue siendo una de las cosas que recuerdo con mayor placer, porque los dos pasamos una tarde de esas en las que, de verdad, la barriga se tensa y te duele de lo mucho que te has reido. En esos instantes no hay nada mas hermoso que esa risotada, te olvidas de todo lo que te ha salido mal y te sientes de verdad reconciliado con el mundo. Y entonces dejas de reirte, sueltas aun alguna que otra risita nerviosa, pero despues te sientes casi satisfecha y exhalas un largo suspiro, como de alivio. Pues bien, eso es vivir, partirse de risa con una persona a la que quieres y que te hace sentirte querida, ?Y, si bien confio en que me sucedan cosas mejores, se que la historia del cubo del agua sera uno de los recuerdos mas bonitos de mi vida!

Sea como sea, entro corriendo en clase, justo a tiempo, porque en ese momento llega el profe de la primera hora. No. ?No me lo puedo creer! No me acordaba. ?Os dais cuenta del absurdo? ?Es don Gianni! Habria pasado la clase de religion con el pecado justo a mi lado. Le habria bastado mirarme, notar mi rubor, y se habria producido el desastre, seguro que habria hecho un registro en toda regla.

– Eh, Clod…

– ?Que pasa?

– Llama a Alis.

– ?Que quieres decirle?

– Una cosa que quiero contarte tambien a ti.

– Vale… ?Alis!

Alis se vuelve y ve que la estamos escrutando.

– ?Que quereis? De comer ahora ni hablar.

– No -la miro negando con la cabeza- ?Nada de eso! En cuanto suene la campana del recreo tengo preparada una cosa increible para vosotras. No bajeis en seguida, quedaos en este piso porque tengo que ensenaros algo.

De modo que las tres primeras horas pasan en un abrir y cerrar de ojos. No lo resistia mas, veia que, de vez en cuando, Alis y Clod me miraban tratando de entender. Pero yo como si nada. He logrado contenerme y, al final, ha llegado la hora del recreo.

– Venid, venid conmigo…

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