desagradablemente familiar durante el baile de Bingley, estaria alli?

– ?Collins? ?Acaso lo conoces? -pregunto Fitzwilliam con sorpresa.

Darcy asintio.

– Lo conoci en Hertfordshire el otono pasado, cuando acompane a Bingley en su desafortunada excursion en busca de una buena propiedad. Collins es pariente de uno de los vecinos.

– ?Y que tal es? ?Tan bueno para hacer reverencias y genuflexiones como el viejo Satherthwaite? ?Por Dios, que hombre tan adulador! Pero todavia me da escalofrios al pensar en la forma en que tia Catherine se inmiscuia en sus asuntos.

– Sospecho que nuestra tia siempre va a buscar lo mismo en todos los parrocos cuya manutencion dependa de ella, aunque no sabria decir si este es igual o peor que Satherthwaite. Pero si estoy seguro de una cosa -anadio Darcy, torciendo la boca con sarcasmo-: Sospecho que, debajo de esa levita de clerigo, el senor Collins es una especie de gallito pendenciero. -Hizo una pausa para disfrutar de la incredulidad de Fitzwilliam-. El se me acerco y se presento por su cuenta en el baile de Bingley.

– ?Se presento a si mismo? -Fitzwilliam se sintio todavia mas asombrado-. ?Caramba, que hombre mas impertinente! ?No creo que a nuestra tia le gustara enterarse de eso! Supongo que cuando lo conozca me saludara por mi nombre de pila.

Darcy resoplo de manera poco elegante a modo de respuesta, pero, de repente, se sumio en un subito silencio mientras lo invadian los recuerdos. La primera vez que se habia fijado en el fue durante su torpe intento de acompanar a Elizabeth en una danza popular. Al principio, la ineptitud de Collins le habia parecido simplemente comica, pero la creciente humillacion que habia sufrido la dama por la falta de cortesia y habilidades de su pareja casi lo habia impulsado a intervenir. Darcy habia resistido la tentacion y luego, cuando la agitacion de Elizabeth se habia calmado por fin, Collins volvio a sorprenderla, al igual que al resto del salon, ofreciendole su mano para el siguiente baile. Lo que habia seguido habia sido divertido y doloroso al mismo tiempo. Al igual que los hilos de los que por fin se habia deshecho. Como los recuerdos de los que todavia no habia logrado desprenderse.

El carruaje alcanzo en pocos minutos la entrada de Rosings, propiedad de la familia De Bourgh y casa de su tia viuda, Catherine de Bourgh. A juzgar por la atencion que su primo estaba dirigiendo a su corbata, su chaqueta y su chaleco, Darcy pudo comprobar que Fitzwilliam habia comenzado a desplegar sus reservas de buen humor y galanteria, preparandose para su llegada y posterior estancia. Lady Catherine solia causar pavor a Richard cuando eran ninos, pero a medida que habia madurado y descubierto los vericuetos que conducian a las sensibilidades femeninas, Richard habia empleado esos conocimientos con ella. Hacia anos que la transformaba en una persona dulce, tan dulce como podia ser una mujer con el caracter de su tia; pero Richard siempre insistia en que eso era una hazana que requeria una cuidadosa atencion.

Cruzaron la entrada y atravesaron el parque. Los caballos apresuraron el paso bajo la experta mano de James, presintiendo que su trabajo estaba a punto concluir. Cuando giraron en una curva, pasando cerca del bosquecillo que habia sido despejado por el abuelo de sir Lewis de Bourgh, los pensamientos de Darcy se vieron interrumpidos por una fugaz mancha de color, como la que podria producir el vestido o el abrigo de una dama. Darcy fruncio el ceno y se dio la vuelta, intentando ver de que se trataba, pero la frondosidad de los arboles y la rapidez del carruaje se lo impidieron.

– ?Has visto algo? -pregunto Fitzwilliam.

– Nada… supongo que era una criada que va camino de la aldea. -Darcy se encogio de hombros y luego anadio con una sonrisa burlona-: Y no, no se si era bonita.

– ?Darcy, ya sabes que yo no jugueteo con las criadas! -exclamo Fitzwilliam, mirandolo con aire de haberse ofendido-. Mi padre me habria clavado a la puerta del establo si alguna vez lo hubiese hecho y todavia es perfectamente capaz de hacerlo. -Fitzwilliam no pudo evitar un estremecimiento mientras seguia dando vueltas a aquella idea-. ?Y mi madre tambien! ?Ella le habria alcanzado las puntas! -Cuanto mas acaloradas se volvian las protestas de Richard, mas amplia se hacia la sonrisa de Darcy, hasta que finalmente se dio cuenta de que su primo solo lo estaba molestando, se detuvo en seco y lo fulmino con la mirada, antes de soltar ambos una carcajada.

Cuando James dirigio el carruaje a la entrada de Rosings, los dos primos se habian transformado una vez mas en los serios caballeros que su tia esperaba. Y ciertamente los estaba esperando. Una corte de criados formaba una linea desde la escalera hasta la puerta, preparados para descargar el coche y conducir a los visitantes hasta la presencia de su senoria.

– Alla vamos. -Fitzwilliam le dio un ultimo tiron a su chaleco y reviso la linea de sus pantalones-. Si ella protesta porque no traemos pantalones por la rodilla, te echare la culpa eternamente -le aseguro a Darcy, mientras el vehiculo se detenia y la portezuela se abria de inmediato. El criado que habia abierto era el mismo pobre diablo que habia realizado esa ocupacion desde que Darcy tenia memoria. El caballero asintio al oir el saludo de bienvenida del hombre y comenzo a subir las escaleras detras de el, tan pronto como Fitzwilliam descendio del coche. Desde luego, los dos conocian el camino, pero lady Catherine era una fanatica de las formalidades; en consecuencia, los dos caballeros siguieron el paso reposado del criado hasta que llegaron a las puertas del salon rosado.

– Darcy… Fitzwilliam. ?Por fin habeis llegado! -El tono de irritacion en la voz penetrante de su tia era inconfundible. Sin duda los estaba esperando desde hacia horas. Darcy miro a su primo con cara de reproche y le hizo una sena para saber quien iba a asumir la culpa por el retraso. Fitzwilliam suspiro; luego los dos avanzaron hacia el salon y se inclinaron ante la dama, que estaba majestuosamente sentada en un lugar que le daba pleno dominio sobre todo lo que la rodeaba.

– Su senoria. -Darcy hizo una reverencia y beso la mano que su tia le tendio. Fitzwilliam hizo lo mismo un instante despues.

Lady Catherine fruncio el ceno mientras inspeccionaba a sus dos sobrinos de arriba abajo.

– ?Ninguno de los dos esta vestido de manera apropiada! El atuendo correcto para hacer una visita es pantalones a la rodilla y medias, senores. No me cabe la menor duda de que esta falta es culpa de Fitzwilliam.

Richard le lanzo una mirada asesina a su primo, antes de comenzar a disculparse.

– Su senoria, fue idea de D…

– Venid -lo interrumpio lady Catherine-, saludad a vuestra prima. -Los dos hombres se giraron obedientemente hacia la palida criatura que estaba sentada en el divan, a la derecha de lady Catherine, e hicieron una reverencia. La delgada figura de Anne de Bourgh estaba totalmente oculta por una buena cantidad de chales que pensaban que eran imprescindibles para proteger su salud de cualquier inclemencia. En la mayor parte de las jovencitas aquella cantidad exagerada de ropa habria provocado un sofoco, pero la cara macilenta de Anne era un testimonio mudo de su continua fragilidad.

Darcy dio un paso adelante y le tendio una mano de manera formal.

– Prima -murmuro, mientras Anne sacaba su mano de debajo de los chales y se la ofrecia de manera languida. A pesar estar tan abrigada, los dedos de su prima estaban frios; y cuando Darcy se los llevo a los labios, volvio a preguntarse como haria Anne para soportar aquella vida, atrapada entre su mala salud y el caracter dominante de su madre.

– Primo -saludo ella debilmente. Darcy retrocedio para dejar paso a Fitzwilliam y la observo mientras su prima recibia los respetos de Richard y repetia el mismo saludo laconico. No parecia haber ningun cambio en su palidez, ni sus ojos revelaban ninguna chispa de interes por su llegada. Al contrario, parecia aliviada de pensar que habia terminado ya con las formalidades y se podia retirar nuevamente a su interior, mientras volvia a meter la mano bajo los chales.

– ?No creeis que vuestra prima tiene buen aspecto? -La pregunta de lady Catherine exigia que ellos estuvieran de acuerdo y ninguno de sus sobrinos estaba dispuesto a decepcionarla-. Estamos siguiendo un nuevo regimen que me recomendo uno de los medicos del regente; asi que no puede ser sino beneficioso. Espero que dentro de un ano Anne sea totalmente capaz de tomar el lugar que le corresponde. -Le dirigio una sonrisa suspicaz a Darcy-. Algo que todos hemos estado esperando con ansiedad.

Gracias a su cuidadosa reserva, Darcy logro contenerse y no mostrar el sentimiento de rebeldia que repentinamente se apodero de el. Desde luego, lady Catherine estaba haciendo referencia a sus expectativas de que Darcy se casara con Anne. El caballero lanzo una mirada a su prima para confirmar su opinion de que ella creia tan poco en esa «eventualidad» como el y luego miro hacia otro lado. Era una vieja cantinela que el habia aprendido a ignorar desde hacia mucho tiempo, sin tener que incurrir en un enfrentamiento abierto con la anciana

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