en el sendero; Luke la senalo y siguio hablando, y Sarah volvio a hacer un gesto negativo. Entonces el anadio algo y ella asintio. Mi amigo se dirigio corriendo a su casa y desaparecio de mi vista.

Frunci el ceno. No sabia que ocurria, pero no tenia buena pinta. No me gustaba nada que Luke hablara con Sarah. Fui a abrir la ventana, pero en ese momento reaparecio Luke con su propia bicicleta. Paso una pierna por encima y con los pies en el suelo se quedo con la barra entre las piernas. Sarah se acerco y se apoyo en su brazo para subir detras. El cimbreo un poco al principio, pero consiguio controlar la bici y entonces se alejo pedaleando calle abajo. Se detuvo un momento en la esquina, antes de doblar a la derecha y desaparecer.

Me daba igual. No queria volver a verlos nunca mas, a ninguno de los dos. Ni a papa. Tampoco a mama. Eche un vistazo al reloj. Eran las siete. Vi a mi madre acercandose a casa con un carton de leche en la mano. Tome una decision. Esperaria a que todo el mundo se hubiese ido a la cama.

Y entonces me escaparia.

Aguarde hasta que estuvo muy oscuro, casi hasta las once y media. Mis padres ya se habian acostado. Entonces prepare una mochila con una muda de ropa y baje a la cocina para llevarme unas galletas y una botella de agua. No estaba seguro de adonde iria, solo sabia que ya no queria vivir alli. Ademas, tenia trece anos y ya iba siendo hora de que empezara a abrirme camino en la vida. David Copperfield lo habia hecho mucho mas joven.

Sali por la puerta trasera y mire alrededor para asegurarme de que no habia nadie. Con la mochila a la espalda, monte en la bici y pedalee calle abajo.

Por lo que a mi respectaba, no pensaba volver a casa jamas.

Capitulo 1 0

Esa primera noche no dormi nada.

Fui pedaleando hasta el colegio, donde habia un sitio tranquilo detras del pabellon de deportes; alli podria esconderme. Habria debido llevarme un saco de dormir, pero no se me ocurrio, de manera que me las arregle como buenamente pude. Cada vez que cerraba los ojos, temia que alguien apareciera por la esquina, quiza un perro enorme o un vagabundo, y me matara.

Al cabo de un par de horas considere la posibilidad de volver a casa, pero decidi que no. No podia rendirme tan facilmente. Al final, permaneci despierto toda la noche y solo empece a cabecear cuando ya estaba amaneciendo. Para entonces eran mas de las siete, asi que pense que mejor seria ponerme en marcha si no queria que me descubrieran.

Llevaba encima algo de dinero, las diez libras que Pete me habia mandado de Amsterdam por mi cumpleanos. Deje la bici en la calle y entre en un local de comida rapida para comprar una hamburguesa y patatas. Se me hizo extrano desayunar hamburguesa con patatas, pero el local estaba abierto, asi que pense que no me tomarian por loco. Cuando sali, habia pasado algo malo: me habian robado la bicicleta. La habia dejado alli, sin atar, porque al salir de casa olvide coger el candado.

A la hora de comer senti hambre otra vez. Compre otra una hamburguesa con patatas y esta vez anadi un helado, y como estaba buenisimo, volvi en busca de otro. Para entonces solo me quedaban tres libras, pero me dije que si me empenaba podria hacerlas durar mucho. Mientras recorria las calles empece a sentirme intranquilo, en especial cuando veia a un policia venir en mi direccion. Era probable que papa hubiese llamado para comunicarles mi desaparicion, y que anduvieran buscandome. Aunque me parecia que me correspondia a mi decidir si queria vivir en casa o no, sabia que ellos no estarian de acuerdo conmigo.

Alrededor de las cuatro, entre en el centro comercial y fui al cine de la ultima planta. A esa hora habia una sesion especial para ninos que costaba exactamente tres libras. Era lo que me quedaba, asi que compre la entrada, pues me apetecia sentarme en un lugar calido y tranquilo. Estaba harto de deambular por las tiendas y evitar a los policias.

Cuando anochecio no volvi al colegio porque decidi que, si eres un fugitivo, tienes que cambiar de sitio cada noche para que nadie consiga encontrarte. Asi que estuve dando vueltas por la ciudad hasta que quedo casi desierta y entonces me dirigi al aparcamiento que hay detras del centro comercial y me sente con la espalda contra la pared. Estaba demasiado cerca de los grandes contenedores de la basura y pense en moverme porque olia fatal, pero al cabo de un rato ya no note el olor, de modo que me quede alli. Empece a pensar en mi cama y en lo comoda que era, y en que mama solia hacermela los dias de colegio. Acabe poniendome triste, pero no llore, porque uno no puede echarse a llorar cuando se ha escapado de casa y esta viviendo por sus propios medios.

No paraba de pensar en comida, pues tenia tanta hambre que el estomago me hacia ruiditos raros. Sin embargo, ya no podia remediarlo, porque no me quedaba dinero y ademas las tiendas ya habian cerrado.

Esa noche tampoco dormi, aunque de vez en cuando me vencia el sueno y de pronto cabeceaba, pero enseguida despertaba sobresaltado y sentia un frio intenso. No me gustaba nada que me pasara eso, asi que trate de permanecer despierto, pero me costaba, y volvi a cabecear una y otra vez. Aquella noche parecio durar mas que la anterior. Trate de no mirar muy a menudo el reloj. Cada vez que creia que habrian pasado dos o tres horas, resultaba que solo habian transcurrido diez o quince minutos.

Al amanecer me levante; me dolia todo el cuerpo. Tenia los brazos y las piernas entumecidos y llevaba cuarenta y ocho horas sin cambiarme de ropa. Me pregunte que haria ese dia, y decidi que ya era hora de ir a Londres y conseguir un trabajo, porque no podia quedarme en aquel lugar para siempre.

Y entonces me lleve una sorpresa. Al pasar por delante de una tienda de televisores, me pare un momento a mirar las pantallas en el escaparate. Todas tenian sintonizado el mismo canal y supuse que eran las noticias, pero no oia nada, solo veia las imagenes. Aparecio la fotografia de un nino y pense que se parecia a mi. Me llevo unos segundos comprender que de hecho era yo. Se me tenso el estomago, pero mi imagen desaparecio de la pantalla, sustituida por un reportero de pie ante mi casa. Mas me valia marcharme a toda prisa, antes de que algun peaton advirtiera que habia un famoso entre ellos. Pero me parecio que todo el mundo iba de camino al trabajo, de modo que nadie me miro cuando sali a la calle.

Fue entonces cuando me percate de que estaba totalmente solo.

Unas horas despues, empezo a preocuparme tener tanta hambre y sentir los brazos y las piernas como si fueran de mantequilla. Ademas, como no habia dormido en dos dias y medio, estaba mareado. Pense en volver a casa, pero si regresaba no me dejarian salir hasta que cumpliera los treinta, de modo que no me parecio buena idea. No estaba seguro de que me harian mis padres cuando me echaran el guante, pero lo que mas me apetecia en el mundo era irme a casa, comer, darme un bano y sentarme a mirar la tele con ellos dos.

Como me habia visto en las noticias, estaba seguro de que todo el mundo andaria buscandome. Se me ocurrio que lo mejor seria conseguir un disfraz, asi que entre en una tienda de ropa y me lleve un gorro de lana. Jamas en mi vida habia robado nada, pero fue mas facil de lo que imaginaba. Simplemente me meti en la tienda mas grande que encontre, cogi un gorro de un estante, arranque la etiqueta, me lo puse y me marche. Pase un poco de miedo al salir del establecimiento y, aunque nadie me persiguio, eche a correr por si acaso. Estaba demasiado cansado y hambriento para seguir corriendo mucho rato, e incluso me senti mas mareado que antes, asi que me detuve. Entonces vi mi imagen reflejada en un espejo: que pinta mas rara tenia con aquel gorro. Hacia mucho calor, pero pense que de ese modo nadie me reconoceria y segui mi camino.

Cuando mire el reloj, pasaban unos minutos de la una y las calles estaban llenas de gente que compraba bocadillos o iba a almorzar. Cada vez que veia a alguien comer se me hacia la boca agua y una punzada me sacudia el estomago, que ya no hacia ruidos raros; ahora solo me dolia.

Queria ir a Londres, pero no sabia muy bien como llegar. No me quedaba dinero para un billete de tren ni de autobus, y me daba miedo que hubiese policias apostados en las estaciones. Ojala hubiese tenido la bici, porque entonces podria haber llegado pedaleando, aunque habria tardado semanas. Pero eso habria formado parte de la aventura y no me habria importado. Empece a hacerme a la idea de que tendria que ir andando. Y aunque parecia una ocurrencia estupida, recorde que David Copperfield habia recorrido solo y a pie todo el camino de Londres a Dover, asi que si el habia podido, yo tambien.

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