que decirnos.

Cuando Julia emprendio la retirada, Marcus la sujeto por el brazo. Pero Julia ya estaba preocupada por Felix, le horrorizaba que los sorprendiese. No sabria que decirle ni por donde empezar a explicarle aquel embrollo que al fin y al cabo ya habia pasado, y uno puede hacerse a la idea de que el pasado es solo un sueno, a veces bueno y otras malo.

– La gente como tu en cuanto puede se deshace de lo que le molesta. Cualquier cosa que le estorbe por insignificante que sea tiene que eliminarla. Piensa en ello.

– Mi marido me espera.

– Es mejor que no le cuentes lo nuestro -dijo con una ultima sonrisa que acabo por destruirle.

Necesitaba ir al bano un momento para hacer un transito entre Marcus y Felix y de camino penso que a veces es preciso ver nuestra vida desde otra parte, para apreciarla debidamente. Julia tenia la certeza de que en la otra vida no habria llegado a soportar la perdida de Felix y Tito, le habria resultado insoportable no volver a verlos, no saber donde estaban y le habia angustiado la preocupacion que tendria Felix por no encontrarla. Hay lazos demasiado fuertes, que no se puede explicar en que consisten y que estan por encima de las pasiones. Este vinculo era el que la habia mantenido unida a ellos desde el otro lado. Asi que el precipitar la muerte de Marcus en el sueno podria significar simplemente reforzar esta union y apartar los obstaculos. Y el tropezarse ahora con el Marcus vivo, aqui en La Felicidad, parecia una broma preparada por alguien que la espiaba en todos los estados posibles y desde todas partes, desde dentro y desde fuera de su cabeza. Ese alguien invisible sabia lo que queria y lo que detestaba Julia, sabia cuando estaba fingiendo y lo que habia significado Marcus para ella. Si los espiritus y los angeles existieran de verdad todo tendria una explicacion y no deberia preocuparse tanto, solo confiar en ellos.

Felix

A los tres cuartos de hora ya no aguanto mas y fue en busca de Julia. No hacia tanto que habia salido del hospital y temia que pudiera marearse. Sin embargo, en la entrada del bano de senoras reinaba un gran clima de normalidad, asi que se limito a preguntar a una chica que salia si dentro habia una chica pelirroja. La joven dio media vuelta haciendo volar la melena, miro dentro y volvio. No, no habia nadie de esas caracteristicas. Entonces tal vez Julia se habia despistado y estaba tratando de localizarle. Felix aguzo la mirada lo que pudo. Concentro tanta energia en la mirada que el oido y el olfato perdieron fuerza. Su vista traspasaba las sombras y navegaba entre los desfiladeros que dejaban los cuerpos, incluso los mas pegados unos a otros, y llegaba a los rincones mas alejados. Y en uno de ellos los descubrio. Se acerco un poco mas, aunque no lo suficiente para que lo vieran a el. Los habia delatado el pelo de Julia al pasar por alli una rafaga de luz.

El tenia una pierna flexionada y apoyaba un pie en la pared. Julia se movia nerviosa de un lado para otro frente a Marcus, que tenia mas pinta de tipejo que nunca. Ella hablaba enfadada y el escuchaba. Felix juraria que Marcus no le contaria a Julia el motivo por el que estaba aqui, porque de esta forma siempre encontraria alguna excusa para sacarle a el mas dinero. Y si esto ocurria, llegaria el momento en que el mismo tuviera que contarle a su mujer que sabia lo de su relacion con Marcus. Y ese momento desde luego llegaria, pero no ahora. Ahora Julia debia recuperarse, ponerse fuerte, resolver el problema que tuviese con ese individuo y entonces, y solo entonces, Felix le pediria una explicacion, o quiza ni siquiera se la pidiese, Felix pediria el divorcio y se acabo. Le doleria en el alma porque se separaria de Tito, pero durante el tiempo que estuvo llevando casos matrimoniales la experiencia le demostro que no hay vuelta atras y que cuanto antes se tomaran medidas, mejor para todos.

Espero medio escondido hasta que parecio que se despedian, y se marcho a su asiento junto a la pista. Suponia que ahora Julia si entraria en el bano. Querria mirarse en el espejo, lavarse las manos, reflexionar un momento, respirar hondo y de esta forma hacer un hueco entre uno y otro hombre, entre una y otra situacion, entre unos y otros sentimientos.

Llego mas o menos cuando Felix habia calculado. Mientras la notaba venir hacia el, hizo que fijaba la atencion en la pista. Ella, antes de sentarse le puso las manos en los hombros, las tenia frias, se las acababa de lavar.

– ?Has visto a esos dos? -dijo Felix sin mirarla apenas-. Parecen bailarines profesionales.

– Si -dijo Julia-. Como se mueven. ?Nos vamos ya?

Un cuarto de hora mas tarde entraban en los apartamentos. La noche estaba intensamente perfumada, sobre todo al pasar junto al muro, del que colgaba una enredadera de florecillas blancas.

Mientras hablaban y se adentraban por pasadizos camino del apartamento, Felix lamentaba que las cosas no fueran igual que antes, que el mismo no fuese el de antes. En el llamado por Julia curso intensivo todos habian cambiado, incluso Tito habia desarrollado algunas habilidades. Ya sabia arrojar objetos, comia pure de pollo y verduras y seguia con la cabeza el ritmo de la musica.

Julia se quito los zapatos para subir la escalera sin hacer ruido.

Felix se habia tomado varios gin-tonics y un whisky en la discoteca y los parpados le pesaban. Hacia siglos que no bebia asi. Sentia un dulce cansancio. Se cepillo los dientes lo mas rapido que pudo para tumbarse en la cama. Se oian en la habitacion de al lado las respiraciones de Angelita y Tito. El, que conocia los aspectos mas negros de la vida de mucha gente, debia sentirse contento y satisfecho porque objetivamente hablando en el cuadro familiar no faltaba ninguna pieza. Si no tenia en cuenta que su mujer queria a otro, era perfecto.

A Felix los secretos no le asustaban. Los consideraba parte del trabajo. Cuando se metia en la vida de la gente, llegaba a conocer asuntillos que los mas allegados ni sospechaban y esto, aunque estuviese mal pensarlo, le ponia en una posicion de superioridad. En cuanto reunia ciertos datos y confesiones, veia sus vidas desde arriba como un pajaro mientras que ellos por mucho que se lo propusieran estaban dentro de la charca. Sin embargo, le incomodaba saber cosas sobre Julia que ella ignoraba que el sabia. Le repugnaba una relacion tan desigual y asistir a los esfuerzos de su propia mujer por ocultarle inutilmente lo de Marcus.

Tal vez esta fue la noche, la de su visita a La Felicidad, en que mas apaciblemente durmio Julia, ?porque se habia reencontrado con su amor? Felix no tuvo la impresion de que se despidieran como amantes. No le agradaba pensar en Marcus ni con Julia ni sin Julia, pero no habia detectado ninguna emocion positiva hacia aquel individuo por parte de ella, y en los dias que siguieron su transformacion fue a mejor y a mejor hasta convertirse en aquella Julia con la que creia que se habia casado.

Julia disfrutaba de su hijo, de los paseos por la playa, de las cenas en el restaurante del puerto que ellos seguian llamando Los Gavilanes. A veces, su mirada se volvia sombria, o miraba a los lados inquieta, seguramente temiendo encontrarse con Marcus, no con la angustiosa esperanza de encontrarselo, sino con autentico fastidio y malhumor hasta que se aliviaba y olvidaba. Lo que Julia no sabia es que tambien Felix miraba alrededor extranado de que Marcus no se hubiese dejado ver, sobre todo ahora que sabia que Julia habia despertado, que se encontraba bien y que entre ella y Felix habia mas secretos que en los sotanos del Vaticano. Parecia practicamente imposible que no quisiera sacar provecho. En cualquier caso, y demostrando valentia cada uno por un lado, ninguno sugirio la posibilidad de marcharse de Las Marinas el resto de las vacaciones.

Julia envio a su trabajo, al finalizar julio, la baja que le extendio el doctor Romano. Despues de lo que has pasado te mereces diez dias de autenticas vacaciones, le dijo. Y Felix pidio diez dias por asuntos propios. Lo que resulto inevitable fue cambiarse de apartamento porque este estaba ya reservado para agosto.

Ocuparon un bajo, que en el fondo era mejor porque tenia un pequeno jardin y no habia que subir escaleras con Tito, la silla, la bolsa y la sombrilla. Pero sentian que le debian mucho a los duenos del que dejaban, Tom y Margaret Sherwood. Gracias al instrumental de reposteria con que Margaret habia provisto la cocina, a Angelita se le ocurrio lo de la tarta, que a Julia le indico el camino de vuelta al apartamento.

Angelita confeso que aquella mujer llamada Margaret le habia dado mucha fuerza, que parecia que el apartamento estaba impregnado de su espiritu y que en un altillo habia encontrado ropa de mujer en una caja de carton donde ponia Margaret y que cuando Angelita se vestia con ella se sentia mucho mas joven y mas fuerte y que entonces lo que le ocurria le ocurria a una persona que estaba en perfecto estado mental y fisico para afrontarlo. Pero al despertar Julia de su largo sueno, habia dejado de tener efectividad asi que volvio a guardar la ropa lavada y planchada en la caja y la caja donde la habia encontrado. Decia que Margaret debia de ser una persona muy positiva y con mucha energia y que todas sus cosas estaban cargadas con esta energia y que pensaba llevarse aquella foto de ella y Tom como recuerdo y dejaria una carta para ellos en el buzon explicandoles lo importante que habia sido pasar este tiempo en un apartamento con tanta vida dentro y que en compensacion les dejaba un regalo que podian incorporar a la decoracion del apartamento o hacer con el lo que quisieran.

Angelita les compro a Tom y Margaret, esos viejos amigos a quienes nunca habian visto y que probablemente

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