– De repente -dije- todo esta muy ordenado, todo el mundo tiene en esa historia su papel y sabe lo que ha de decir y en que momento. Pero es que yo, Enrique, estoy fuera del reparto.

– Cada uno de nosotros esta en el lugar en el que se ha colocado a si mismo, Elena.

Adverti Un tono de provocacion en su respuesta; quiza estaba resentido todavia porque no me hubiera interesado por su negocio de carnes, o quiza pretendia aprovechar la ocasion para mantener conmigo una conversacion definitiva. Decidi no darle la oportunidad y desvie el tema hacia otros derroteros, quitandole importancia al embarazo de Mercedes.

He estado un momento en el bano, intentando desprenderme de esa especie de volumen alojado en el intestino, y me he acordado de lo que dice rni madre en su diario acerca de los cuartos de bano de los hoteles. Llevaba razon: son un lugar perfecto para hacer un pacto con la locura propia. Sus formas son tensas y brillantes, pero fragiles como el equilibrio nervioso de mi madre, como el mio.

Por cierto, me he traido el ultimo cuaderno del diario de mi madre con intencion de leer aqui su secuencia final. Llevo muchas semanas retrasando esa lectura y, no se por que, pense que el extranjero seria un buen sitio para llevarla a cabo. De manera que acabo esta frase y comienzo a leer:

El mal se ha revelado. Llevo muchos dias en cama y manana me llevaran al hospital, para operarme. Pero yo se que no volvere a casa porque esta tarde ha venido a visitarme mi antipoda, y cuando sucede algo tan raro, cuando un equilibrio necesario se rompe de ese modo, es porque nos vamos a morir. Elena, mi antipoda, se ha sentado a los pies de la cama y me ha preguntado que como estoy. Ella no se encontraba muy bien y ha estado poco tiempo. Le he dicho que me daba mucha alegria conocerla despues de tantos anos y le he reprochado que bebiera tanto cona, pues a mi no me hacia bien.

Me gustaria decir algo mas, pero no tengo ganas, aunque he de anadir que he cuidado y respetado el bulto aquel que descubri en un hotel del extranjero hace ya tantos anos; debo decir que el ha respondido a estas atenciones mias, actuando ademas como regulador de mi conducta. Cuando me portaba mal, o no atendia bien la casa, crecia mas deprisa de lo normal. Y en las epocas en que me encontraba bien, de acuerdo conmigo misma, paraba de crecer y habia temporadas en que ni me acordaba de el. Por eso, quiza, me ponia tan alegre olvidandome de mis ocupaciones. Para acabar senalare que tengo sesenta y ocho anos, aunque no estoy segura de haber sido siempre la misma durante todo el tiempo.

La lectura de este fragmento final del diario de mi madre, de su existencia, me ha inquietado enormemente y me ha hecho llorar. Cuando dice que su antipoda la fue a visitar el dia anterior a salir de casa, en direccion al hospital, se refiere a mi. Recuerdo que fui a verla porque las noticias sobre su salud habian comenzado a resultar alarmantes, y tuve la impresion de que no me reconocia. En realidad, me estaba confundiendo con su antipoda, lo que por un lado resulta halagador y, por otro, terrible. Ademas, me he acordado de que en la recepcion del hotel vi a una mujer que se parecia a mi y con un vestido que quiza fue mio en otro tiempo. Tal vez sea mi antipoda, tal vez se haya escapado de su lugar geometrico para venir a anunciarnos nuestra muerte, la mia y la de ella.

Enrique no vuelve y ahora me vendria muy bien su compania y quiza un cigarrillo de hachis, si lo ha conseguido.

Enrique llego ayer muy tarde y algo borracho. Me encontro encerrada en el bano, llorando, presa de un ataque de angustia que desato la lectura del ultimo fragmento del diario de mi madre. Traia hachis y liamos un canuto cuyo efecto intente reforzar o confundir con un whisky. Me pregunto que que me pasaba y le dije que no me encontraba bien.

– ?Que te duele ahora? -pregunto con tono paciente.

– No me duele nada -respondi-, simplemente estas hablando con alguien que vive en el infierno y tu todavia no te has dado cuenta.

– Todos vivimos en un infierno, Elena, todos, pero no le pasamos la factura a nadie. ?Sabes por que? Porque cada uno de nosotros elige su propio infierno, aquel en el que se encuentra mas comodo. Se que a veces desprecias mi aficion al dinero y que te has desligado por completo de mis negocios, de nuestros negocios, porque tambien son tuyos. Pues bien, gracias a estos negocios puedo costearme los infiernos que quiero y no ando por ahi contandole a nadie rnis desgracias. Lo que te ocurre a ti es que todavia ignoras en que infierno quieres vivir. Averigualo, date el tiempo que necesites y cuando lo sepas dimelo. Creo que podre pagartelo por caro que resulte. Entretanto, procuremos tener un poco de calma, por favor.

– Hay cosas -respondi- que no guardan relacion con el dinero. Tu y yo hemos vivido de esas cosas en otro tiempo.

– Mira, Elena, en esa epoca teniamos impulsos, pero careciamos de ideas. Yo ahora tengo ideas, estoy lleno de ideas que se alimentan con dinero o con los atributos del dinero y no pienso renunciar a ellas porque son mi razon de ser. Lleva cuidado, porque cuando las ideas mueren ocupan un lugar los ideales y a estas alturas ya sabemos lo que los ideales dan de si.

No quise continuar hablando, pues comprendi que nos moviamos en logicas diferentes y que yo envidiaba la suya porque era solida como una piedra. Cuando estabamos muy aturdidos, nos metimos en la cama e hicimos el amor con una pasion incomprensible. Pero yo entendi en algun instante que la pasion provenia del conocimiento de que era la ultima vez que lo haciamos. Y comprendi tambien que no regresaria a casa, no porque me fuese a morir, como mi madre cuando recibio la visita de su antipoda, sino porque iba a acelerar el proceso de convertirme en otra para encontrar al fin mi propio infierno y descansar.

Enrique ha salido y yo estoy preparando mi equipaje para regresar a Madrid sin el.

La realizacion de cuestiones de orden practico puede justificar toda una vida, asi de odiosas son. Estoy en un hotel en el que me instale provisionalmente al regresar de Bruselas, mientras buscaba un apartamento. Al fin he encontrado uno a mi gusto y me trasladare a el en los proximos dias. A Enrique le deje una nota justificando mi abandono y no ha intentado localizarme hasta el momento. No se si esta actitud me gusta o no. En cualquier caso, estos dias, dedicados a resolver las cuestiones practicas de mi proxima existencia, me han hecho reflexionar un poco sobre mis inclinaciones burguesas y me he visto obligada a darle la razon a Enrique en algunas cosas. No viviria en cualquier sitio ni sin unas comodidades minimas, a las que ya estoy acostumbrada, pero tampoco estoy dispuesta a que el disfrute de tales comodidades constituya el precio de no saber quien soy ni donde estan mis intereses. De manera que he alcanzado un acuerdo entre mis impulsos burgueses y mi locura, reduciendo esta y dejando desarrollarse ligeramente a aquellos, para alcanzar el punto de equilibrio necesario en este primer tramo de mi nueva vida.

Lo que si hice nada mas llegar a Madrid fue telefonear al detective para que realizara un informe diario de mis actividades. De estos informes, por banales que resulten, no puedo prescindir porque certifican mi existencia, pero tambien porque la seguridad de que alguien me mira me da fuerzas para moverme de un lado a otro en esta durisima tarea de construir mi propia vida. Nunca terminamos de hacernos; estos dias tengo la impresion de estar frente a mi como un escultor frente a una roca de la que ha de eliminar todo cuanto no sea substancial.

Creo que he abandonado el hachis definitivamente, aunque quiza seria mas exacto decir que el hachis me ha abandonado, pues mi voluntad no ha intervenido en este proceso de separacion. Simplemente, ha dejado de apetecerme fumar y gracias a ello me levanto menos aturdida por las mananas y no noto la garganta tan seca. La verdad es que no deseo dejar el hachis definitivamente porque le debo muchas cosas, pero si me gustaria, en el futuro, tener una relacion distinta, menos compulsiva, con el. Se trataria de fumar para estar bien y no al contrario. Ya-veremos.

Hace mucho calor estos dias y la gente anda como si fuera feliz por la proximidad de las vacaciones. Me alegro mucho de no tener vacaciones este ano y solo espero que todo el mundo abandone Madrid para quedarme sola y dejarme invadir por el futuro. El futuro es un bulto que ha empezado a crecer en alguna parte de mi y al que alimentare como a un hijo. Se trata de que al final haya merecido la pena haber vivido.

El hotel ha comenzado a darme miedo. Salgo poco por temor a que a mi regreso no me reconozcan, no haya ninguna habitacion a mi nombre o hablen en una lengua desconocida para mi. Afortunadamente, en unos dias terminaran los arreglos en el apartamento que he alquilado y podre trasladarme a vivir en el.

Estos dias tengo mal sabor de boca y la comida no me apetece nada. De todos modos, mi cuerpo, en lineas generales, va mejor. Ayer subi a darme un bano en la piscina del hotel y note que mis musculos respondian al estimulo del agua. Fue como recuperar una dimension antigua y olvidada del cuerpo. Cuando regrese a la habitacion, estaba cansada fisicamente y ello me produjo un gran placer, pues hacia anos que no conocia ese tipo de cansancio. Quiza deba procurar beber algo menos, pero paso muchas horas en esta habitacion ya veces necesito aturdirme un poco. Sin embargo, es curioso, mi figura sigue igual; quiza he adelgazado algo porque el hachis me hacia comer de un modo muy desordenado, pero en general conservo la misma cintura que hace

Вы читаете La soledad era esto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×