En Oslo el verano promete ser largo y caluroso. Las elevadas temperaturas del mes de mayo han sorprendido a los noruegos; entre ellos a Hanne Wilhelmsen, que ha sido enviada a investigar un macabro escenario criminal: una caseta abandonada en los arrabales de Oslo regada, literalmente, de sangre. En una de las paredes destacan ocho digitos escritos tambien en sangre. No hay rastro de la victima. Aunque tampoco es seguro que haya una victima humana hasta que se verifique la procedencia del fluido.
Una semana mas tarde, tambien un domingo, se reproduce la misma escena sanguinaria, esta vez en un parking. Y de nuevo, los ocho digitos y ni victima, ni testigos, ni motivo aparente. A Wilhelmsen le inquieta el tema, pero no tiene a que agarrarse. Ademas, hay otro caso que ocupa su agenda estos...