48. Decision

El capitan Bey tenia problemas mas graves en la cabeza y delego aquella tarea con mucho gusto. En todo caso, no podia haber emisario mas idoneo que Loren Lorenson.

Este jamas habia llegado a conocer a los Leonidas mayores, y temia el encuentro. Aunque Mirissa se habia ofrecido a acompanarle, prefirio ir solo.

Los thalassanos veneraban a sus viejos parientes y hacian todo lo posible para que se sintieran felices y contentos. Lal y Nikri Leonidas vivian en una de las pequenas colonias autonomas de retiro que existian a lo largo de la costa sur de la isla. Tenian un chalet de seis habitaciones con todos los aparatos imaginables para ahorrar trabajo, entre ellos el unico robot de uso general para el hogar que Loren habia visto en la Isla Sur. Segun la cronologia de la Tierra, habria calculado que andaban cerca de los setenta anos.

Despues de los sumisos saludos iniciales, se sentaron en el porche, contemplando el mar mientras el robot se movia a su alrededor con bebidas y bandejas llenas de frutas variadas. Loren se esforzo por tomar un bocado, se armo de valor y emprendio la tarea mas dura de su vida.

— Kumar…

El nombre se le clavo en la garganta y tuvo que volver a empezar.

— Kumar se encuentra todavia en la nave. Le debo mi vida; el arriesgo la suya para salvar la mia. Pueden comprender como me siento por esto. Haria lo que fuera…

Una vez mas, tuvo que luchar para controlarse. Intentando mostrarse energico y cientifico como la cirujano comandante Newton durante su sesion informativa, comenzo de nuevo.

— Su cuerpo apenas esta danado, porque la descompresion fue lenta y la congelacion se produjo de inmediato. Sin embargo, esta clinicamente muerto, por supuesto, como yo mismo lo estaba hace escasas semanas…

«No obstante, los dos casos son muy diferentes. Mi cuerpo fue recuperado antes de que pudiera sufrir alguna lesion cerebral, por lo que mi reanimacion fue un proceso muy sencillo.

«Antes de recuperar a Kumar pasaron horas. Fisicamente, su cerebro no ha sufrido danos, pero no hay rastro de actividad.

«Aun asi, la reanimacion puede ser posible mediante una tecnologia extremadamente avanzada. Segun nuestros historiales — que cubren toda la historia de la ciencia medica terrestre — se ha hecho ya en casos similares, con un indice de exito del sesenta por ciento.

«Y esto nos pone ante un dilema que el capitan Bey me ha pedido que les explique con franqueza. Nosotros no tenemos la experiencia ni los equipos necesarios para llevar a cabo una operacion asi. Pero quiza los tengamos… dentro de trescientos anos…

«Hay una docena de expertos del cerebro entre los cientos de especialistas medicos que duermen a bordo de la nave. Hay tecnicos que pueden ensamblar y hacer funcionar toda clase de dispositivos imaginables para el mantenimiento de la vida y para fines quirurgicos. Todo lo que llego a ser de la Tierra volvera a ser nuestro poco despues de que lleguemos a Sagan Dos….

Hizo una pausa para que comprendieran las implicaciones. El robot escogio este inoportuno momento para ofrecer sus servicios; el lo rechazo con un movimiento de mano.

— Nosotros estariamos dispuestos, no, encantados, ya que es lo minimo que podemos hacer, de llevar a Kumar con nosotros. Aunque no podemos garantizarlo, quizas un dia vuelva a vivir. Nos gustaria que lo pensaran; tienen mucho tiempo antes de que deban tomar una decision.

Los dos ancianos se miraron el uno al otro durante un largo y silencioso momento, mientras Loren contemplaba el mar. ?Cuanta paz y tranquilidad! Le encantaria pasar alli sus ultimos anos, recibiendo de vez en cuando la visita de sus hijos y nietos…

Como casi toda Tarna, aquello bien podria ser la Tierra. Quiza debido a una planificacion deliberada, no habia vegetacion thalassana a la vista; todos los arboles resultaban obsesivamente familiares.

Pero faltaba algo esencial; se dio cuenta de que esto le habia estado intrigando durante mucho tiempo — en realidad, desde que tomo tierra en este planeta—. Y de repente, como si este momento de afliccion hubiera accionado su memoria, supo que era lo que habia echado de menos.

No habia gaviotas revoloteando en el cielo, llenando el aire con los sonidos mas tristes y mas evocadores de la Tierra.

Lal Leonidas y su esposa aun no se habian dicho una palabra, pero, de alguna manera, Loren sabia que habian tomado una decision.

— Agradecemos su ofrecimiento, comandante Lorenson; exprese nuestro agradecimiento al capitan Bey, por favor. Sin embargo, no nos hace falta tiempo para considerarlo. Pase lo que pase, hemos perdido a Kumar para siempre.

«Aun cuando todo salga bien y, como usted ha dicho, no hay garantias, despertara en un mundo extrano, sabiendo que jamas volvera a ver su hogar y que todos aquellos a quienes amaba murieron siglos atras. No tiene sentido pensarlo. Su intencion es buena, pero a el no le hariamos ningun favor.

«Nosotros sabemos lo que el habria deseado y lo que debemos hacer. Entreguenoslo. Lo devolveremos al mar que tanto amo.

No habia nada mas que decir. Loren sintio una tristeza abrumadora y un alivio inmenso.

Habia cumplido con su deber. Era la decision que habia esperado.

49. Fuego en el arrecife

El pequeno kayac ya nunca seria terminado; pero si haria su primer y ultimo viaje.

Hasta la puesta del sol, habia descansado sobre la orilla, lamido por las suaves olas de aquel mar sin marea. Loren estaba impresionado, aunque no sorprendido, de ver cuanta gente habia venido a presentar sus ultimos respetos a Kumar. Toda Tarna estaba alli, pero tambien habia muchos que habian venido de la Isla Sur e incluso de la del Norte. Aunque quizas algunos se habian dejado llevar por su curiosidad morbosa, ya que todo el mundo habia quedado trastornado por aquel accidente tan espectacular y extraordinario. Loren nunca habia visto una muestra de afliccion tan genuina. No habia supuesto que los thalassanos fueran capaces de tener emociones tan profundas, y una vez mas saboreo en su mente una frase que habia encontrado Mirissa mientras buscaba en los archivos de frases de consuelo:

«Pequeno amigo de todo el mundo.» Su origen se habia perdido, y nadie podia adivinar que estudioso muerto hacia largo tiempo, y en que siglo, la habia salvado para la posteridad.

Despues de expresarles en silencio su pesame con un abrazo, dejo a Mirissa y a Brant con la familia Leonidas, que estaba reunida con numerosos parientes de las dos islas. No quiso hablar con extranos porque sabia lo que pensaban muchos de ellos: «El te salvo, pero tu no has podido salvarle a el.» Era una carga que llevaria toda su vida.

Se mordio los labios para contener las lagrimas, nada apropiadas para un oficial superior de la nave estelar mas grande que se habia construido jamas, y sintio que uno de sus mecanismos mentales de defensa acudia en su ayuda. En momentos de profundo pesar, a veces la unica manera de evitar la perdida del control sobre uno mismo consiste en evocar una imagen del todo incongruente — incluso comica — desde las profundidades de la memoria.

Si, el universo tenia un extrano sentido del humor. Loren casi se vio obligado a reprimir una sonrisa; ?cuanto habria disfrutado Kumar con la ultima broma que le habia gastado!

— No se asuste — advirtio la comandante Newton al abrir la puerta del deposito de cadaveres de la nave, al mismo tiempo que una bocanada de aire helado y oliendo a formalina salia a su encuentro. — Sucede mas a menudo de lo que usted cree. A veces es un espasmo final, casi un intento inconsciente de desafiar a la muerte. En este caso, probablemente fue a causa de la perdida de presion exterior y la subsiguiente congelacion.

De no haber sido por los cristales de hielo que definian los musculos de aquel esplendido y joven cuerpo, Loren habria pensado que Kumar no solo dormia, sino que estaba perdido en un feliz sueno.

Porque estando muerto, el Pequeno Leon era mas hombre aun que en vida.

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