Cuando volvemos las fugaces horasdel pasado a evocar,temblando brilla en sus pestanas negrasuna lagrima pronta a resbalar.Y al fin resbala y cae como gotade rocio al pensarque cual hoy por ayer, por hoy mananavolveremos los dos a suspirar.
LV
Entre el discorde estruendo de la orgiaacaricio mi oidocomo nota de musica lejana,el eco de un suspiro.El eco de un suspiro que conozco,formado de un aliento que he bebido,perfume de una flor que oculta creceen un claustro sombrio.Mi adorada de un dia, carinosa,— ?En que piensas? me dijo:— En nada… — En nada ?y lloras? — Es que tengoalegre la tristeza y triste el vino.
LVI
Hoy como ayer, manana como hoy,?y siempre igual!Un cielo gris, un horizonte eternoy andar… andar.Moviendose a compas como una estupidamaquina el corazon:la torpe inteligencia del cerebrodormida en un rincon.El alma, que ambiciona un paraiso,buscandole sin fe;fatiga sin objeto, ola que ruedaignorando por que.Voz que incesante con el mismo tonocanta el mismo cantar,gota de agua monotona que caey cae sin cesar.Asi van deslizandose los diasunos de otros en pos,hoy lo mismo que ayer… y todos ellossin gozo ni dolor.?Ay! ?a veces me acuerdo suspirandodel antiguo sufrir!?Amargo es el dolor, pero siquierapadecer es vivir!
LVII
Este armazon de huesos y pellejode pasear una cabeza locase halla cansado al fin y no lo extranopues aunque es la verdad que no soy viejo,de la parte de vida que me tocaen la vida del mundo, por mi danohe hecho un uso tal, que jurariaque he condensado un siglo en cada dia.Asi, aunque ahora muriera,no podria decir que no he vivido;que el sayo, al parecer nuevo por fuera,conozco que por dentro ha envejecido.Ha envejecido, si; ?pese a mi estrella!harto lo dice ya mi afan doliente;que hay dolor que al pasar su horrible huellagraba en el corazon, si no en la frente.