pomposo: gris y humedo y burlon.

– No me entiendes, ya lo veo. Crees conocerme (toda esa chachara semiculta sobre la evolucion del cortex cerebral lo indica) pero en realidad no me conoces. Si, por supuesto, estoy seguro de que sabes que tengo una red electroquimica de trece mil millones de celulas nerviosas, y quiza sepas que en algunos de mis rincones y hendiduras (tu eres afortunado y tienes una estructura lisa y holistica), esos cuerpos celulares estan tan densamente agrupados que caben cien millones en una pulgada cubica, y cada uno de esos malditos ronronea, palpita y parpadea sin que haya ni dos exactamente iguales; si, quizas sepas eso, pero nunca podras saber de veras lo duro que es ser electroquimico, ser, y no presumo la cosa mas complicada y eficaz de la naturaleza…,

El Pulgar hizo un gesto, como si estuviese tocando un violin.

– Es la historia mas triste que he oido en mi vida -dijo con sarcasmo.

– No pretendo congraciarme contigo; solo quiero que entiendas. Atiende, y, si me desvio, recuerda que no estoy tan firmemente centrado como tu. Calla y escucha. Hay una lucha constante de palpitaciones electricas penetrando en mi y martilleandome como la lluvia un techo tropical. Estoy sometido a un chaparron interminable de senales que hacen que mis celulas nerviosas (neuronas, si prefieres) se activen sucesivamente, como una traca. Durante cada una de esas pulsaciones, se alteran las cargas electricas, se expulsan sustancias quimicas, se abren y se cierran hendiduras, los iones desertan de una neurona e invaden otra; es increiblemente complicado y, sin embargo, el ciclo completo se produce en aproximadamente una milesima de segundo… Una milesima de segundo… y el hombre cree tener una concepcion del tiempo… ?ja!

– Si fuese la boca, bostezaria -dijo el Pulgar-. Vete al grano antes de que me quede rigido de aburrimiento.

– A nadie le gusta un Pulgar rigido, ?verdad? -se burlo el Cerebro-. Bueno, la cuestion es en parte esta: la informacion que me activa, que produce una reaccion en cadena de mis neuronas, es sensitiva y me llega enviada por otras partes del cuerpo, entre ellas tu. Mi reaccion al mundo externo es en parte resultado del tipo de datos que tu me envias cuando sondeas el entorno.

– Eso es tendencioso -objeta el Pulgar-. En primer lugar, los datos que yo te doy son completamente objetivos. Yo puedo decirte si un cuchillo esta afilado, pero no puedo aconsejarte que lo claves en otro cuerpo (yo nunca lo haria) y, en segundo lugar, recibes un suministro de informacion tan infinitamente superior de los Ojos, por ejemplo, que no hay comparacion posible.

– Puede que no -acepta el Cerebro-, pero contribuyes. Y mi argumento es que las ordenes que te doy a ti y que doy al resto del organismo son mas que nada mis reacciones naturales ante el material sensible con el que me alimentais constantemente. Mas que nada, aunque no totalmente. Porque la verdad es que mis neuronas se activan a veces de modo espontaneo sin que haya ninguna senal estimulante. Estoy sometido a un notable numero de corrientes que se generan al azar. No hay aqui tanto orden como tu te imaginas. Muchas veces, la mayoria de las veces estoy a merced de fuerzas impredecibles.

A la extrana luz de la indefinible dimension, el Pulgar vacila. Dice al fin:

– Pretendes decirme que no eres tu quien controlas.

– ?Exactamente! Demonios, crei que nunca lo entenderias.

– Bueno, si tu no controlas, ?quien lo hace?

– No lo se -dice el Cerebro, suave, solemne. La masa parece realmente triste.

– Oh, vamos. De esos trece mil millones de celulas que hierven en ti, no usas mas que un diez por ciento. El noventa por ciento de tus recursos estan siempre dormidos. Solo con que te molestases en poner a trabajar esa inmensa masa, si no fueses tan cochinamente conservador (?demonios, no es raro que seas gris!) y dejases de preocuparte constantemente por la supervivencia; si empezases a recorrer las vastas regiones no exploradas de tu pegajoso ser, descubririas muy pronto donde esta localizado el Control Central. Estoy seguro, y hallarias las respuestas a los interrogantes filosoficos y espirituales que estan volviendote loco, y volviendonos locos a todos, debido a que se les ha dado una respuesta erronea (lo ha hecho ese diez por ciento tuyo que trabaja), que ha sido el origen de las peores caracteristicas de la civilizacion. Te niegas a trabajar, eso es todo.

– Pulgar, viejo camarada, tu no eres capaz de distinguir el Culo del Codo. Claro, soy un poco conservador; tengo que serlo. Mi mision es preservar a perpetuar la especie…

– ?Y quien te ha encomendado tal mision?

– El ADN, por supuesto. Pero no me preguntes quien le da ordenes al ADN, porque sinceramente no lo se. Aunque la razon de que no lo sepa nada tiene que ver con el hecho de que aproximadamente un noventa por ciento de mi este dormido. Esta dormido porque lo inhibo. Y lo inhibo porque si no lo hiciera quedaria sumergido en informacion intrascendente. Tendria que reaccionar a tantas senales del mundo externo, que no podria pensar en absoluto. Y cada vez que los humanos abrieran los ojos, les daria algo asi como un ataque epileptico. En realidad, no hay nada en esa porcion dormida que no este ya en el resto de mi. Es solo mas igual, nada mas. Mas de lo mismo. No hay respuesta a los Grandes Misterios ocultos ahi, ningun sistema secreto superior para valorar la experiencia; se trata de una cuestion cuantitativa, no cualitativa. Reduzco el flujo de entrada para que no nos ahoguemos en excitaciones, eso es todo.

Tras esto, el Pulgar se balancea largo rato.

– Entonces no hay esperanza -dice, por fin.

– ?Que quieres decir?

– Bueno, si no tienes las respuestas a la Gran Pregunta y no sabes quien las tiene, si no eres tu quien controla y no sabes quien controla, entonces estamos donde al principio, y no existe la menor esperanza; jamas sabremos que es Que y nunca descubriremos una forma de revisar la civilizacion.

– No desesperes. Es una mala solucion.

Alteraciones sinapticas hacen vibrar suavemente al Cerebro. Parece este la ensalada de gelatina de un banquete de gnomos.

– Sospecho -continua- que quizas haya otras posibilidades. Si te fijas, yo soy una especie de herramienta, un instrumento, un aparato como tu. Puedo ser utilizado. Utilizado para pensar. En fin, he sido utilizado sobre todo torpemente y de forma esporadica. No es que los humanos no hayan pensado conmigo profundos pensamientos; lo han hecho y siguen haciendolo. Probablemente no queden ya en mi pensamientos mas profundos y mayores. Los mejores han sido ya pensados y repensados varias veces. Pero quiza sea necesario no pensar mas, ni siquiera pensar mejor, sino iniciar un tipo distinto de pensamiento. A lo largo de los siglos, ha habido un punado de humanos (poetas, locos, artistas, monjes, ermitanos, compositores, yoguis, brujos, excentricos, magos, anarquistas, hechiceras y miembros de raras y extranas subculturas corno los gnosticos y el Pueblo Reloj) que han utilizado mi maquinaria pensante de formas insolitas e impredecibles, con interesantes resultados. Quiza si se desarrollasen mas tipos de pensamiento de este genero, pudiese ser yo mas util al Universo.

– Hmmmm -murmura el Pulgar.

– Y mira, me paso casi tanto tiempo sonando como pensando, y sin embargo, ?cuantos aplican de forma iluminadora o practica sus suenos? Poquisimos, te lo aseguro. Dormir/sonar quiza sea lo que mejor hago. Quiza sea mi verdadera vocacion, y el tiempo que he de pasar cuidando de la supervivencia pura tarea rutinaria; sacar la basura, como si dijesemos.

El Pulgar parece desconcertado.

– Sabes, Cerebro, lo que me asombra es que tu te conoces a ti mismo y al mismo tiempo no te conoces a ti mismo, y sabes que te conoces a ti mismo y sabes que no te conoces… oh, esto resulta ridiculo.

– Es la vieja paradoja -dice el Cerebro, sonriendo por sus diversos pliegues y hendiduras.

– ?Pero cual es la fuerza paradojica que te permite hacer eso? -pregunta el Pulgar-. ?Que es lo que te permite pensar sobre el pensamiento y sentir sobre el sentimiento?

– La Conciencia.

– Vale, de acuerdo, muy bien. Si tienes toda esa Conciencia y la Conciencia es tan todopoderosamente poderosa, por que no puedes arreglar las cosas, equilibrarlas…

– Querido Pulgarcete, porque no tengo «toda esa» Conciencia. Tengo una cuantia notable. Pero desde luego no tengo el monopolio de ella. Todos suponen que la Conciencia es propiedad exclusiva del Cerebro. ?Que error! Yo tengo mi parte de ella, desde luego, pero no suficiente para reclamar privilegios especiales. La Rodilla tiene Conciencia y el Mundo tiene Conciencia. Hay Conciencia en el Higado, en la Lengua, en el Pijo, en ti, Pulgar. Corre a traves de ti, tambien, y tu la expresas. Cada uno de vosotros sois una parte de ella. Ademas, hay Conciencia en

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