borbotones y el gabarrero se desplomo al tiempo que Coulter saltaba a su lado. Phillips se aparto como pudo para quedar fuera de su alcance, vacilo un momento y acto seguido se lanzo hacia la primera gabarra de la hilada. No la alcanzo y cayo al agua, levantando un gran salpicon. Pero tras el primer impacto salio con dificultad a la superficie, abriendo freneticamente la boca para tragar bocanadas de aire, sacudiendo brazos y piernas.

Coulter hizo lo que cualquier hombre decente habria hecho. Lanzo una sarta de maldiciones contra Phillips y se agacho para socorrer al gabarrero herido, juntando tanta tela como pudo con el puno y apretandola contra la herida mientras Orme se quitaba el chaqueton y luego la camisa, que doblo formando una compresa para detener la hemorragia en la medida de lo posible.

Los marineros de las gabarras habian sacado a Phillips del agua y ya estaban aumentando la distancia entre ellos y la barcaza a la deriva con el transbordador. Tanto si querian como si no, su peso y velocidad les impedian detenerse facilmente. Phillips habria doblado el meandro de Isle of Dogs en cuestion de quince o veinte minutos.

Monk miro al gabarrero. Tenia el rostro ceniciento, pero si recibia asistencia medica a tiempo lograria salvarse. Eso era justamente con lo que Phillips contaba. En ningun momento habia tenido intencion de matarlo.

El patron del transbordador estaba atonito, no sabia que hacer.

– Llevelo al medico mas cercano -ordeno Monk-. Reme tan deprisa como pueda. Coulter, cuide de el. Orme, pongase el chaqueton, ayude a Coulter a trasladar a este hombre y luego venga conmigo.

– ?Si, senor!

Orme recogio su chaqueton. El barquero empuno los remos.

Orme y Coulter procedieron con mucho cuidado. No fue tarea facil trasladar al herido hasta el transbordador sin que Coulter dejara de sostener la compresa apretada contra la herida.

Manteniendo el equilibrio, Monk fue a sentarse ante el remo de la barcaza y lo asio con las dos manos. En cuanto Orme estuvo a bordo comenzo a bogar. Remar le resulto menos complicado de lo que esperaba. Le constaba, por fugaces recuerdos y cosas que le habian contado, que se habia criado en Northumberland rodeado de barcas: mayormente de pesca y, cuando hacia mal tiempo, lanchas de salvamento. La tradicion marinera estaba arraigada en su ser, confiriendole un intimo sentido de la disciplina. Uno puede rebelarse contra los hombres y contra las leyes, pero solo un loco se rebela contra el mar, y solo lo hace una vez.

– ?No lo alcanzaremos! -exclamo Orme con desesperacion-. Le ataria la soga al cuello con mis propias manos y abriria la trampilla.

Monk no contesto. Estaba haciendose al peso y el movimiento del largo remo, y hallando el modo de girarlo para lograr el maximo impulso contra el agua. Por fin iban a favor de la corriente, aunque lo mismo les sucedia a las gabarras, que les llevaban una ventaja de no menos de cincuenta metros.

Orme no podia hacer nada por ayudar; era tarea de una sola persona. Se sento desplazandose un poco hacia el otro lado para contrarrestar el peso de Monk, con la mirada al frente y el chaqueton del uniforme abrochado hasta arriba para ocultar hasta donde era posible que no llevaba camisa. Desde luego, no volveria a ponerse aquella nunca mas.

– Su eslora es mayor que la nuestra -senalo Monk con resuelto optimismo-. No pueden maniobrar entre los barcos anclados, en cambio nosotros si. Ellos tendran que rodearlos.

– Si nos metemos entre esos barcos, los perderemos de vista -advirtio Orme desalentado-. ?Sabe Dios adonde podrian llegar!

– Si no lo hacemos, los perderemos sin remedio -repuso Monk-. Ya nos llevan una ventaja de cincuenta metros y siguen distanciandose.

Apoyo su peso contra el remo y tiro de el en el sentido equivocado. En el mismo instante en que noto resistencia supo que habia cometido un error. Tardo mas de un minuto en recobrar el ritmo.

Orme miro adrede hacia otra parte para disimular que se habia dado cuenta.

Las gabarras efectuaron un amplio viraje en torno a un gran carguero de la ruta de la India fondeado delante de ellas, tenia la cubierta llena de estibadores que manejaban arcones de especias, sedas y probablemente te.

Monk se arriesgo a virar a babor para pasar entre el carguero y una goleta espanola que descargaba ceramica y naranjas. Se concentro en la regularidad de las paladas y en mantenerse en perfecto equilibrio, procurando no pensar que las gabarras podian estar dirigiendose a la orilla opuesta ahora que no estaban a la vista. En tal caso quiza las perderia, pero si no corria ese riesgo para acortar distancias, seguro que seria asi.

Paso tan cerca del carguero como le fue posible, casi bajo la sombra del gran casco. Oyo el chapoteo del agua contra el y el debil zumbido y golpeteo del viento en los obenques.

No bien estuvo de nuevo bajo el sol, miro a estribor. La fila de gabarras estaba mas cerca, a menos de veinte metros de su proa. Se contuvo con gran esfuerzo. Orme tambien miraba al frente, forzando la vista con los punos apretados, los hombros tensos. Movia los labios al contar las gabarras para asegurarse de que no hubiesen dejado ninguna la deriva mientras las habia ocultado el carguero.

La brecha se iba cerrando, pero no distinguian a Phillips. Eso no significaba nada, aunque Monk no dejo de escrutar una tras otra las lonas que cubrian la carga. Phillips podia estar detras de una paca o un barril, debajo de una lona o incluso haber cogido el chaqueton y la gorra de un marinero y a tanta distancia camuflarse como un tripulante mas. Aun asi Monk queria verlo y convencerse sin dar por valido ningun razonamiento.

Tendria que abordar las gabarras el solo. Uno de ellos debia quedarse en el transbordador, pues de lo contrario no tendrian manera de llevarse a Phillips detenido. No estaba seguro de si alguna vez habia peleado solo contra un hombre provisto de una navaja. No recordaba nada de los anos anteriores al accidente. ?Hallaria algun instinto del que echar mano?

Cuatro metros. Debia prepararse para saltar. Estaban pasando a sotavento de un cliper. Los mastiles parecian aranar el cielo, moviendose apenas ya que el casco era demasiado grande, demasiado pesado para balancearse con el escaso oleaje. La barca surcaba las aguas sin esfuerzo aparente y dio una sacudida al entrar de nuevo en la corriente, pero ahora se acercaban muy deprisa a la ultima gabarra. Dos metros, uno…, Monk salto. Orme ocupo su sitio y cogio el remo.

Monk cayo en la gabarra, se balanceo un momento y recupero el equilibrio. El patron no reparo en el. Todo aquel drama se representaba ante sus ojos sin que el participara.

Puesto que Monk se encontraba en la ultima gabarra, si Phillips se habia movido, tenia que haberlo hecho hacia delante. Monk comenzo a avanzar. Se irguio con cautela encima de la lona y fue pasando de un bulto informe al siguiente, vigilando donde apoyaba su peso, con los brazos separados, afirmando inseguro los pies. Los ojos le iban de un lado al otro, atentos a cualquier sorpresa.

Estaba casi en la proa, listo para saltar a la gabarra siguiente, cuando vio un atisbo de movimiento. De pronto tuvo a Phillips encima, atacandolo con la navaja. Monk dio una patada baja echandose a un lado, casi perdio el equilibrio, pero se enderezo en el ultimo instante.

Phillips no dio en el blanco, esperaba hincar el arma en las carnes de Monk y notar una subita resistencia que no hallo. Se tambaleo a la pata coja, agito los brazos como loco un instante y cayo de rodillas, ignorando el dano infligido por la bota de Monk. Volvio a arremeter de inmediato, alcanzando la espinilla de Monk, rasgandole el pantalon y haciendo que sangrara.

Monk se asusto. El dolor era agudo. Habia esperado que Phillips se desconcertara mas, que tardara mas en recobrarse, error que no cometeria otra vez. La unica arma que llevaba era la pistola al cinto. Ahora la saco, no para disparar sino para coaccionar. Acto seguido cambio de parecer y dio otra patada, alta y fuerte, apuntando con mas tino. El golpe alcanzo la sien de Phillips, que cayo despatarrado. Pero Phillips lo habia visto venir y, al retroceder, habia encajado el impacto con menos fuerza.

Ahora Monk tenia que avanzar por la lona desigual sin saber lo que habia debajo. Las gabarras fueron alcanzadas por la estela de otra cargada de carbon que se cruzo con ellas navegando a vela rio arriba. El casco cabeceo y se bamboleo, haciendoles perder el equilibrio a los dos. Monk padecio mas porque estaba de pie. Tendria que haberlo visto venir. Phillips lo habia hecho. Monk se tambaleo, dio un traspie y cayo casi encima de Phillips, que se retorcio y escurrio, alejandose de el. Monk se dio un buen golpetazo contra los barriles de debajo de la lona, magullandose; acto seguido tuvo a Phillips encima de el, sus brazos y piernas firmes como el acero.

Monk estaba inmovilizado. Estaba solo. Orme quizas estuviera viendo lo que ocurria pero no podia ayudarlo, y

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