Infinity, nacida en noviembre de 1955. En su primer numero, habia ofrecido The Star (La estrella), de Arthur C. Clarke, que obtuvo el Premio Hugo. Los ingresos de la revista fueron lo bastante saneados para que su editor, Irwin Stein, pensara en una publicacion hermana. Su aparicion provoco una inmediata confusion.
Durante los anos del boom, Lester del Rey habia iniciado una revista llamada Science Fiction Adventures, que, despues de nueve numeros, desaparecio en mayo de 1954, al ocupar Harry Harrison el cargo de director. En 1957, cuando aun no habian transcurrido tres anos, aparecia una nueva Science Fiction Adventures, aunque en esta ocasion publicada por Larry Shaw (nacido en 1924), director de Infinity. Lo que dejo perplejos a los lectores fue que la edicion estaba numerada como volumen 1, numero 6… ?Donde se habian metido los cinco numeros intermedios? Si se trataba de una continuacion de la antigua revista, ?por que no llevaba el numero diez? La respuesta no se conocio de inmediato. Cuando la siguiente edicion aparecio satisfactoriamente numerada con el numero dos, la mayoria de los lectores pensaron que se trataba de una errata y dejaron de preocuparse por el asunto.
Pero no se habia producido ninguna errata. La explicacion reside en la misma razon por la que Ray Palmer cambio de Other Worlds a Flying Saucers: la tan ambicionada licencia postal de segunda clase. Al mismo tiempo que lanzaba Infinity, Irwin Stein habia iniciado la publicacion de una revista hermana del genero policiaco, Suspect. En contra de lo esperado, Infinity triunfo, en tanto que Suspect se iba al garete. Stein decidio, por lo tanto, convertir Suspect en una revista de ciencia ficcion y, para evitar la perdida de su autorizacion postal, se limito a cambiarle el nombre, manteniendo la misma numeracion. De modo que, tras el quinto numero de Suspect, llego el sexto de Science Fiction Adventures. Por desgracia, Correos no admitio tal engano, y Stein hubo de atenerse a las normas. Palmer conservo la exclusiva de su formula de transito, que le permitio pasar por alto las reglas.
SF Adventures, dirigida a un publico juvenil, alardeaba de ofrecer «nuevas novelas de accion completas». El uso de la palabra «novela» requirio un verdadero esfuerzo de imaginacion, ya que el relato de fondo, The Starcombers (Los exploradores de estrellas), de Edmond Hamilton, solo tenia quince mil palabras de extension. Los otros dos, ambos colaboracion de Silverberg y Garrett con diversos seudonimos, todavia eran mas cortos. En su editorial, Larry Shaw se lamentaba de la perdida de un «sentido de lo maravilloso» en la ciencia ficcion, afirmando que SF Adventures lo restableceria. De hecho, la revista no diferia de Imaginative Tales, con la diferencia de que, en esta ultima, solo las novelas de fondo tenian cierta calidad, mientras que los cuentos de relleno se reducian a puro desecho de las fabricas de ficcion. En comparacion, SF Adventures parecia mas sustancial, y ofrecia excelentes ilustraciones de Ed Emshwiller. Eso le proporcionaba una ventaja psicologica frente al lector, incluso antes de que este llegara a la ficcion, asimismo de mejor calidad. En ella se publicaron algunas de las mejores obras de Silverberg de aquel periodo, por ejemplo su serie Chalice of Death (Caliz de muerte), firmada con el seudonimo Calvin Knox. La trilogia, que narraba el descubrimiento de la antigua Tierra miles de anos despues de que su imperio se hubiera esparcido por todo el universo y el subsecuente cumplimiento de la profecia segun la cual aquella recuperaria su antiguo poder, fue publicada mas tarde en forma de libro con el titulo Lest We Forget Thee, Earth (Para que no te olvidemos, Tierra) (1958).
SF Adventures no fue la primera de la nueva nidada de revistas. Su numero inicial estaba fechado en diciembre de 1956. Satellite SF habia aparecido en octubre del mismo ano.
Editada por Renown Publications, de la Quinta Avenida, Nueva York, Satellite SF estaba dirigida por un hombre conocido de todos en el mundo de la revista, Leo Margulies. Margulies (1900-1975) era uno de los editores mas respetados por su experiencia y sus conocimientos. Despues de abandonar Fantastic Universe, habia fundado su nueva firma editorial por diversas razones, aunque de ninguna manera para publicar Mike Shayne's Mystery Magazine y la pretendida reedicion de Weird Tales. Esta ultima no llego a materializarse, al menos no en aquella epoca, aunque su vieja companera, Short Stories, volvio a editarse, ofreciendo como minimo un relato de ciencia ficcion por numero.
Margulies solicito la ayuda de Sam Merwin para editar Satellite, reconstituyendo el equipo que habia puesto en marcha Fantastic Universe en 1953.
La idea de Satellite no era nueva. Consistia en presentar una novela completa por numero, acompanada de un punado de cuentos. La misma estructura fue adoptada ya para las antiguas Quarterlies, aparecidas entre 1928 y 1934, y constituyo la fuerza de Starling Stories. Esta ultima publicacion habia sido practicamente la unica en la que los aficionados podian encontrar novelas legibles a un precio modico. Pero, en 1956, los libros de bolsillo inundaron el mercado, de tal forma que Satellite decidio rivalizar francamente con el ofreciendo una novela completa, incluso de extension superior a la normal, por el mismo precio (treinta y cinco centavos). Margulies cumplio su palabra. A diferencia de las quince mil palabras de SF Adventures, el primer numero de Satellite presento The Man from Earth (El hombre de la Tierra), de Algis Budrys, con una extension de treinta y cuatro mil palabras, y el numero dos, A Glass of Darkness (El espejo de las tinieblas), de Philip K. Dick, con un total aproximado de cuarenta mil palabras.
La novela mas renombrada entre las publicadas en Satellite fue sin duda The Languages of Pao (Las lenguas de Pao), de Jack Vance, incluida en los numeros de diciembre de 1957. Esta intrincada narracion sobre el planeta Pao y la forma en que sus diversos idiomas gobernaban las varias culturas anadio una nueva dimension a la obra de Vance y le senalo como escritor digno de tenerse en cuenta.
Satellite no ofrecia secciones de cartas o colaboracion de los lectores, pero instituyo una de critica literaria, a cargo de Sam Moskowitz, que se metamorfoseo en una serie de articulos sobre los progenitores de la ciencia ficcion y constituiria la base de su libro Explorers of the Infinite (Exploradores del infinito) (1963). Ademas, Margulies recupero para el campo de la ciencia ficcion a los artistas Leo Morey y Frank R. Paul.
Satellite fue bien recibida en general. Publicaba buena literatura de autores competentes, con un contenido bien equilibrado. En 1953, no habria bastado con eso para mantener la revista a flote, pero en 1957 suponia una excelente baza.
Pisando los talones a Satellite y SF Adventures, nacio SuperScience Fiction con un director y un editor nuevos en el campo. El director, W. W. Scott, era un hombre muy experimentado en el terreno de la revista de aventuras de formato normal, aunque no en el de la ciencia ficcion, por lo que se limito a modelar su revista basandose en las ya existentes. Pero no sabiendo diferenciar entre buena o mala ciencia ficcion (dejando aparte que estuviera o no bien escrita), pronto adopto la solucion mas facil y recurrio a la fabrica de ficcion, en especial a Robert Silverberg, para llenar sus numeros.
El primero, fechado en diciembre de 1956, llevaba una impresionante portada de Kelly Freas, representando la determinacion del hombre de conquistar las estrellas. Con ella se pretendia subrayar lo que seria el tema preferido de Super-Science Fiction: el modo en que la ciencia del futuro afectaria al individuo. En realidad, ya en el primer numero, el proyecto quedaba reducido al intento por parte de los autores de crear personajes en el contexto de sus, por otra parte, tipicas aventuras espaciales. Catch 'Em All Alive! (?Atrapadlos vivos a todos!), de Robert Silverberg, relataba simplemente la captura de una multitud de especimenes como muestrario de la fauna extraterrestre. El relato resultaba ameno, pero mal cabia considerarlo como un estudio en profundidad de la humanidad y la ciencia. Desde luego, Silverberg no se proponia tal cosa.
Los lectores, siempre y cuando ignoraran las pretensiones de Scott, encontraron una revista bastante interesante, realmente superior al nivel de Amazing. Y aunque no podia aspirar a ser indispensable, atrajo lectores y se estabilizo en una periodicidad bimensual.