grabacion de mi segunda cinta.

– ?La tiene usted? ?Esta seguro?

– Completamente.

– ?Dios bendito! -exclamo Collins jubilosamente al tiempo que abrazaba al escritor-. Ishmael, no sabe usted la hazana que acaba de realizar.

– ?Que es lo que he hecho.? -pregunto Young perplejo. -?Ha descubierto usted el Documento R!

– ?Como dice?

– No se preocupe -dijo Collins emocionado-. Pasela. Busque la maldita cinta en la que la copio… coloquela en el magnetofono y pasela.

Los tres se agruparon alrededor del magnetofono Wollensak que habia encima de la mesa, mientras Ishmael Young buscaba la cinta y la traia. A continuacion la coloco en el magnetofono, hizo pasar la tira mas delgada de la cinta a traves del aparato y despues la ajusto al cilindro de avance.

Ishmael Young levanto la cabeza y miro a Collins, Pierce y Van Allen diciendo:

– No se de que se trata, pero, si ustedes estan dispuestos, yo tambien.

– Estamos dispuestos -dijo Collins inclinandose hacia adelante y apretando el boton de puesta en marcha.

La cinta empezo a girar.

Momentos mas tarde, la voz de Vernon T. Tynan llenaba toda la estancia.

11

Acomodado muy nervioso en el asiento trasero del Cadillac que le habia conducido desde San Francisco a las afueras de Sacramento, Chris Collins se inclino una vez mas hacia adelante para hablar con el chofer.

– ?No puede correr un poco mas? -le pregunto con voz suplicante.

– Estoy haciendo todo lo que puedo con este trafico, senor -repuso el chofer.

Collins se esforzo en reprimir su nerviosismo mientras volvia a reclinarse contra el respaldo del asiento. Encendio un nuevo cigarrillo utilizando la colilla. del anterior, miro a traves de la ventanilla y observo que se iban acercando a la distante ciudad. Se encontraban en la zona oeste de Sacramento y habian penetrado en el nudo de la gran encrucijada viaria. El chofer enfilo el carril correspondiente y paso a la autopista 275, que muy pronto les conduciria hasta el paseo del Capitolio.

Muy pronto, Collins lo sabia, pero tal vez no lo suficiente.

Penso que resultaba una ironia que el exito de su larga lucha pudiera verse comprometido en su momento culminante por culpa de una conspiracion de la naturaleza. Daba la impresion de que la niebla se estuviera disipando, pero el Aeropuerto Metropolitano de Sacramento debia de estar todavia completamente cubierto por ella.

En principio, hubiera debido llegar a Sacramento a las doce y veinticinco minutos, hora de California. Estaba citado a la una en punto con el asambleista Olin Keefe en el Derby Club de Posey’s Cottage, el restaurante en el que los legisladores y cabilderos se reunian diariamente para almorzar. En el caso de que todo se desarrollara de acuerdo con sus deseos, Keefe tendria a mano al vicegobernador Edward Duffield, presidente del Senado del estado, y al senor Abe Glass, presidente en funciones del mismo organismo. Collins tal vez tuviera tiempo para revelar el contenido del Documento R a los lideres del Senado antes de que este se reuniera a las dos en punto para efectuar la votacion.

La votacion final se iniciaria minutos despues de las dos, segun le habian informado. La resolucion conjunta tendria que leerse por tercera y ultima vez. Por acuerdo legislativo, se suspenderia el debate posterior. Y se iniciaria la votacion, que ya no podria interrumpirse. Una vez hubiera aparecido el resultado en el tablero, no podria cambiarse ni tampoco iniciar una nueva votacion. En otros tiempos, incluso tras haber votado negativamente, el cuerpo legislativo de un estado podia estudiar de nuevo un proyecto de ley, volverlo a votar y modificar su punto de vista. Esto era lo que habia ocurrido en 1972, cuando la Enmienda XXVII relativa a la igualdad de derechos se habia sometido a la ratificacion de los distintos estados. Dos de ellos, Vermont y Connecticut, habian votado en contra y despues habian cambiado de parecer. Pero eso ya no estaba autorizado en muchos de los estados, y asi ocurria en California. La votacion que se iniciara a partir de las dos seria definitiva. La Enmienda XXXV se convertiria en una de las leyes del pais. Tynan habria conseguido ganar… y el pueblo habria perdido.

Su reloj le decia que eran las dos menos diecinueve minutos.

Mientras daba nerviosas chupadas al cigarrillo, Collins fue recordando los acontecimiehtos de la noche pasada, de la madrugada y de la manana. Y los recordo como si formaran parte del presente.

Dejaron a Ishmael Young llevandose la cinta, presa de un entusiasmo casi febril. Estaban emocionados. Su mision habia pasado a convertirse en una cruzada. Abandonaron Fredericksburg y se dirigieron al Departamento de Justicia a las dos de la madrugada tratando de establecer sus diferentes cometidos. Quedaban muchas cosas por hacer y disponian de muy poco tiempo.

En el despacho de Chris Collins pasaron revista a sus distintas misiones. Collins decidio encargarse de efectuar las llamadas telefonicas. Llegaron a la conclusion de que, con la autoridad que le conferia su cargo de secretario de Justicia, conseguiria que le prestaran la necesaria atencion. Pierce acepto la tarea de verificar la autenticidad de la cinta mediante pruebas vocales. Todos ellos sabian que la cinta era autentica, pero era posible que otros exigieran una prueba definitiva. Van Allen se encargaria de reservarle a Collins los pasajes de avion a California. Habian discutido brevemente sobre la conveniencia de confiscar un aparato militar. Collins se opuso por temor a que su mision pudiera llegar a oidos de quien no debia. Aunque resultara mas lento, un vuelo comercial seria mas seguro. Van Allen se encargaria tambien de adquirir un magnetofono portatil. Una vez efectuada la verificacion de la voz, tendria que tomar la cinta de Young y grabar la parte de la misma que contenia el Documento R en una cassette que Collins llevaria consigo en su viaje.

Todas las misiones se habian desarrollado sin contratiempos, excepto la de Collins.

Su primera llamada no planteo ningun problema. Desperto al director de una importante cadena de Nueva York, invoco su autoridad, le dijo que se trataba de un asunto urgente y le convencio de que era necesario solicitar la colaboracion del director de la cadena en Washington. Una vez hecho esto, Pierce levanto de su cama al doctor Lenart, de la Universidad de Georgetown. Dado que Pierce era un antiguo amigo suyo, el criminologo accedio a reganadientes a analizar los sonidos en su laboratorio.

Pierce se dirigio a toda prisa a la sede local de la cadena para recoger una parte de la filmacion y la banda sonora de una entrevista concedida recientemente por Vernon T. Tynan, asi como un «videotape» en el que pasarla. Junto con la cinta de Ishmael Young, Pierce se llevo este material al laboratorio del doctor Lenart de la Universidad de Georgetown. Alli, el celebre experto en identificacion de voces, utilizando su espectrografo de sonidos, aplico su equipo a algunas palabras pronunciadas por Tynan durante su entrevista por television y a estas mismas palabras tal y como figuraban en la cinta de Ishmael Young. El registrador efectuaba cuatrocientos pasos por las cintas a cada ochenta segundos, reproduciendo visualmente una serie de lineas onduladas que correspodian al tono y al volumen de la voz de Tynan. Finalizado el analisis, resulto evidente que la voz escuchada en la cinta del Documento R era, sin lugar a dudas, la de Tynan. El doctor Lenart firmo un certificado de autenticidad y despidio a Pierce con su prueba.

Entretanto, tras haber conseguido un magnetofono portatil que Collins pudiera llevarse a California, Van Allen efectuo las reservas de pasaje. El primer vuelo a Sacramento salia del Aeropuerto Nacional de Washington a las ocho y diez minutos de la manana. El aparato dejaria a Collins en Chicago a las nueve y ocho minutos. Alli Collins tendria que aguardar una hora; saldria del Aeropuerto O'Hare de Chicago a las diez y diez minutos para llegar a Sacramento a las doce y veinticinco minutos, hora de California. El horario resultaba perfecto y Collins se mostro muy complacido.

Sin embargo, las mayores dificultades se le plantearon a Collins en la mision que el mismo se habia asignado. Habia llegado a la conclusion de que seria conveniente comunicar su inminente llegada a los representantes del Senado de California y concertar una cita con ellos antes de que se iniciara la votacion sobre la resolucion conjunta. Deseaba decirles que poseia unas pruebas terribles en relacion con la votacion del Senado sobre la Enmienda XXXV. Solo queria decirles eso y nada mas. Sabia que resultaria inutil explicarles por telefono la clase

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