ganan un par de dolares cuando se les presenta la oportunidad, y se marchan de la ciudad cuando les apetece. Pero tengo a gente buscandole. Si encontrarnos a Vincent, supongo que podra decirnos algo sobre el tipo que estaba sentado en el aparcamiento del Last Drop; tal vez viera, ya sabes, el asesinato de Katie.

– Si es que tuvo algo que ver con el tipo del coche.

– Moldanado nos conto que ese tipo emitia muy malas vibraciones. Habia algo raro en el, aunque estaba oscuro y no pudo ver muy bien al tio; solo dijo que de aquel coche salian malas vibraciones.

«Malas vibraciones -penso Jimmy-. ?Eso si que nos va a servir de ayuda!»

– ?Eso fue antes de que Katie se marchara?

– Si, un momento antes. La policia prohibio el acceso al aparcamiento el lunes por la manana y mando a una unidad entera de policias para que examinaran el asfalto.

Jimmy hizo un gesto de asentimiento y dijo:

– Segun parece, tambien ocurrio algo en ese aparcamiento.

– Si, eso es precisamente lo que no acabo de entender. A Katie se la llevaron en la calle Sydney, y eso esta a mas de diez manzanas de distancia.

Jimmy apuro la taza de cafe y sugirio:

– ? y si volvio?

– ?Que?

– Al Last Drop. Ya se que todo el mundo cree que llevo a Eve y a Diane a casa, subio por la calle Sydney, y entonces sucedio todo. Pero ?que pasaria si hubiera regresado al bar? Si lo hubiera hecho, se habria encontrado con ese tipo. Quiza la secuestrara y la obligara a conducir hasta el Pen Park, y despues todo hubiera sucedido realmente como cree la policia.

Val, pasandose la taza vacia de cafe de una mano a otra, replico:

– Es una posibilidad, pero ?que podia hacerle regresar al Last Drop?

– No lo se. -Se encaminaron hacia el contenedor de basuras y tiraron dentro las tazas-. ?Has averiguado alguna cosa del hijo de Ray Harris?

– He ido preguntando por ahi, y no hay ninguna duda de que es un bonachon. Nunca ha tenido problemas con nadie. Si no fuera tan atractivo, dudo mucho que nadie recordara haberle conocido. Tanto Eve como Diane nos aseguraron que la amaba, Jim. Que la amaba de verdad y para siempre. Si quieres, puedo ir a verle.

– Dejemosle estar por ahora -repuso Jimmy-. Ya le vigilaremos cuando llegue el momento. Deberiamos intentar averiguar el paradero de Vincent.

– Si, de acuerdo.

Jimmy abrio la puerta y se dio cuenta de que Val, que le observaba por encima del techo, no se lo habia contado todo.

– ?Que?

Val parpadeo a causa del sol, sonrio y espeto:

– ?Como dices?

– Se que quieres decirme algo. ?De que se trata?

Val aparto la barbilla del sol, extendio los brazos sobre el techo, y contesto:

– Esta manana he oido algo. Justo antes de que nos fueramos.

– ?De verdad?

– Si -respondio Val, volviendo la vista hacia el Dunkin Donuts por un instante-. He oido decir que esos dos policias volvian a estar en casa de Dave Boyle. Sabes a quien me refiero, ?verdad? A Sean de la colina y a su companero, el gordo ese.

– Si, ya se de quien me hablas. Dave se encontraba alli esa noche -comento Jimmy-. Tal vez se les hubiera olvidado preguntarle algo y tuvieran que volver.

Val se volvio hacia Jimmy y, mirandole fijamente a los ojos, dijo:

– Se lo llevaron, Jim. ?Entiendes lo que te quiero decir? Le pusieron en el asiento trasero.

El jefe de policia Burden se presento en el Departamento de Homicidios a la hora de comer, y llamo a Whitey mientras empujaba la pequena puerta que habia junto al mostrador de recepcion.

– ?Son la gente que me esta buscando?

– Si, haga el favor de pasar -respondio Whitey.

Al jefe Burden le faltaba un ano para cumplir los treinta anos de servicio, y lo parecia. Tenia esos ojos humedos y lechosos tan caracteristicos de la gente que ha visto mas del mundo y de si mismo de lo que deseaba, y movia su cuerpo alto y fofo como si prefiriera ir hacia atras y no hacia delante, como si sus articulaciones estuvieran en guerra con el cerebro, y el cerebro solo quisiera salir de todo aquello. Hacia siete anos que se encargaba de la Oficina de Objetos Perdidos, pero antes habia sido uno de los agentes mas importantes del Departamento Estatal de Policia. Se habia preparado para el puesto de coronel, y habia conseguido ascender de la Unidad de Narcoticos a la de Homicidios, y de esta a la de Delitos Mayores sin un solo percance hasta que un dia, segun cuentan, se desperto asustado. Era una enfermedad que por lo general padecian los policias que trabajaban de paisano, y a veces los agentes de trafico, que de repente no podian parar a un solo coche mas, tan convencidos como estaban que el conductor llevaba una pistola en la mano y no tenia nada que perder. Pero, de un modo u otro, el oficial Burden tambien se contagio, y empezo a ser el ultimo en salir por la puerta y en responder a las llamadas, y se quedo paralizado en el escalafon mientras los demas seguian subiendo.

Tomo asiento junto al escritorio de Sean, desprendiendo un aire a fruta podrida, y hojeo el calendario del Sporting News que Sean tenia sobre la mesa, a pesar de que las hojas eran del mes de marzo.

– ?Devine, verdad? -pregunto, sin alzar los ojos.

– Asi es -contesto Sean-. Encantado de conocerle. En la academia estudiamos sus metodos de trabajo, senor.

El oficial se encogio de hombros como si el recuerdo de su antiguo yo le violentara. Mientras hojeaba el calendario de nuevo, les pregunto:

– ?De que se trata? Tengo que volver dentro de media hora.

Whitey deslizo la silla hasta situarse al lado de Burden, y le dijo:

– A principios de los ochenta, estuvo en un destacamento especial con los del FBI, ?verdad?

Burden asintio con la cabeza.

– Pues arresto a un delincuente de poca monta llamado Raymond Harris, que habia robado un camion lleno de juegos de Trivial Pursuit de un area de descanso de Cranston, en Rhode Island.

Burden, que sonrio al leer una de las citas del yogui Berra [12] en el calendario, contesto:

– Si, el camionero se paro para ir a mear, y no se dio cuenta de que lo vigilaban. Harris se subio al camion y se marcho, pero el camionero nos pidio ayuda, lo comunicamos al resto de los agentes, y al final lo detuvimos en Needham.

– Pero no le encarcelaron -apunto Sean.

Burden le miro por primera vez; y Sean, que vio miedo y odio hacia si mismo en aquellos ojos apagados, deseo no pillar nunca esa enfermedad.

– Si que le arrestamos -replico Burden-, pero conseguimos que nos dijera el nombre del tipo que le habia contratado, un tal Stillson. Si, Meyer Stillson.

Sean habia oido hablar de la memoria de Burden, supuestamente fotografica, pero ver como el individuo era capaz de remontarse dieciocho anos atras y recordar los nombres de aquella gente, como si hubiera estado hablando de ellos el dia anterior, era humillante y deprimente a la vez. ?Santo cielo! ?Seguro que era capaz de recordarlo todo!

– Asi pues, delato a su jefe y ahi acabo todo -espeto Whitey.

Burden fruncio el entrecejo y replico:

– Harris tenia antecedentes penales. No se libro solamente por darnos el nombre de su jefe. No, la Unidad contra el Delito Organizado del Departamento de Policia de Boston intervino en el interrogatorio, porque queria informacion sobre otro caso. Harris se chivo de nuevo.

– ?A quien delato?

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