en su imaginacion vio millares de K que pasaban rapidamente ante sus ojos cerrados.

Los fosfenos que vibran constantemente al azar en la retina del ojo cerrado empezaban a ordenarse. En medio del caos luminoso aparecia una ventana oscura... se formaban letras... ya:

KILIMANJARO:

Monte volcanico, Africa.

Alt.: 5,9 km. Terminal del primer elevador espacial terrestre.

Con que eso era. ?Pero que significaba? Dejo que su mente meditara en la informacion.

?Tendria alguna relacion con el volcan Krakan, que ultimamente le habia dado tanto en que pensar? Eso parecia bastante absurdo; ademas, sabia que Krakan, o su turbulento vastago, podria entrar en actividad en cualquier momento.

?El primer elevador espacial? Historia antigua; el comienzo mismo de la colonizacion de los planetas, cuando la humanidad empezo a viajar libremente dentro del sistema solar. Ahora empleaban la misma tecnologia, usaban cables extraordinariamente fuertes para alzar los enormes bloques de hielo al Magallanes, en su orbita estacionaria sobre el ecuador.

Tampoco esto tenia mucho que ver con la montana africana. Era un vinculo demasiado remoto; la respuesta debia estar en otra parte.

No habia manera de descubrirlo en forma directa. Si existia un vinculo, tendria que dejar obrar al tiempo y el azar y los misteriosos mecanismos de la mente subconsciente.

Trataria de olvidar al Kilimanjaro, hasta que se produjera la erupcion en su cerebro.

37 — In vino veritas

Despues de Mirissa, el visitante preferido — y mas frecuente — era Kumar. A pesar de su apodo, Loren le vela mayor semejanza con un perro fiel o un cachorro jugueton que con un leon. Habia una docena de perros mimados en Tarna, y algun dia, tal vez, vivirian en Sagan 2 y, reanudarian su antigua relacion con el hombre.

Loren sabia que el muchacho habia arriesgado la vida en ese mar embravecido. Por fortuna para ambos, Kumar jamas salia a navegar sin llevar un cuchillo de buzo sujeto a la pierna. Aun asi, paso mas de tres minutos bajo el agua, cortando el cable enredado en las piernas de Loren. Los tripulantes del Calypso lo habian dado por muerto.

No le era facil conversar con Kumar, a pesar del lazo que los unia. Al fin de cuentas, no habia muchas maneras de decir «gracias por salvarme la vida», y sus origenes eran tan diferentes que no tenian muchos puntos de referencia comunes. Cada vez que le relataba una anecdota sobre la Tierra o la nave, debia explicarle los minimos detalles, y tardo poco en comprender que era una perdida de tiempo. A diferencia de su hermana, Kumar vivia en el mundo de las sensaciones inmediatas. Solo le importaba el aqui y ahora en Thalassa. «?Como lo envidio! — habia dicho Kaldor en una ocasion —. Vive exclusivamente el dia, no lo persigue el pasado ni el temor al futuro».

Loren se preparaba para dormir — era su ultima noche en la enfermeria, o al menos eso esperaba —, cuando llego Kumar agitando una enorme botella con gesto triunfal.

— ?Adivina que es!

— No tengo la menor idea — mintio Loren.

— El primer vino del ano. Directo desde Krakan. Dicen que sera un buen ano.

— ?Que sabes tu de eso?

— Nuestra familia tiene un vinedo alla desde hace mas de cien anos. Los vinos Leon son los mas famosos del mundo.

Kumar busco hasta encontrar dos vasos y sirvio dos generosas medidas. Loren lo sorbio cautelosamente: era demasiado dulce para su paladar, pero muy aterciopelado.

— ?Cual es la marca?

— Krakan especial.

— ?Crees que debo arriesgarme? Recuerda que Krakan casi me mato una vez.

— Ni siquiera te dejara resaca.

Loren bebio otro sorbo y no tardo en vaciar su vaso. Se lo llenaron de inmediato.

Era la mejor manera de pasar la ultima noche en el hospital, y Loren sintio que su gratitud hacia Kumar se extendia para abarcar a toda la humanidad. Ni siquiera la visita de la alcaldesa Waldron resultaria desagradable...

— ?Y como esta Brant? Hace una semana que no lo veo.

— Sigue en Isla Norte, reparando el barco y conversando con los biologos marinos. Todo el mundo esta trastornado con el asunto de los escorpios, pero nadie sabe que hacer con ellos. O si conviene simplemente dejarlos en paz.

— Es mas o menos lo mismo que siento respecto a Brant.

— No te preocupes por el — rio Kumar —. Tiene una amiga en Isla Norte.

— Aja. ?Mirissa lo sabe?

— Por supuesto.

— ?No le importa?

— ?Por que habria de molestarle? Brant la ama... y siempre vuelve.

Loren medito sobre este dato durante varios minutos. Era una nueva variable en la compleja ecuacion. ?Mirissa tendria otros amantes? ?Convenia averiguarlo? ?Seria imprudente preguntarle...?

— Ademas — prosiguio Kumar mientras servia mas vino — lo unico que importa es que sus mapas geneticos han sido aprobados y pueden tener un hijo. A partir de entonces todo cambiara. Ninguno de los dos necesitara a nadie mas. ?No era asi en la Tierra?

— A veces — respondio Loren. Entonces Kumar no esta enterado, penso. Solo ella y yo sabemos. Conocere a mi hijo, lo vere siquiera un par de meses. Y luego...

Descubrio espantado que las lagrimas surcaban sus mejillas. ?Habia llorado alguna vez? Si: doscientos anos antes, al contemplar la destruccion de la Tierra...

— ?Que te pasa? — pregunto Kumar —. ?Pensabas en tu esposa?

Parecia tan preocupado que Loren no pudo ofenderse ante semejante falta de tacto, ni ante la mencion de un tema que evitaban por mutuo acuerdo, porque no tenia nada que ver con el aqui y hora. Un hecho sucedido en la Tierra doscientos anos atras, y que se reanudaria en Sagan 2 trescientos anos despues, estaba fuera del alcance de sus emociones, sobre todo en su actual estado de confusion.

— No, Kumar... no pensaba en... mi esposa.

— ?Le hablaras... alguna vez de... Mirissa?

— Tal vez si, tal vez no. No lo se. Tengo mucho sueno. ?Ya nos bajamos la botella? Kumar. ?Kumar!

La enfermera fue a verlo durante la noche y, entre risitas maliciosas, acomodo las sabanas para impedir que se cayeran de la cama.

Loren desperto primero. Se sobresalto, luego solto una carcajada.

— ?De que te ries? — dijo Kumar, levantandose con esfuerzo.

— Pues... ya que quieres saberlo... me preguntaba si Mirissa no sentira celos.

Kumar sonrio con picardia.

— Ya se que me emborrache — dijo —, pero estoy seguro de que no paso nada.

— Tambien yo.

Pero en ese momento comprendio que amaba a Kumar. No porque le habia salvado la vida ni porque era hermano de Mirissa, sino simplemente porque era Kumar. El sexo no tenla nada que ver; se reia de solo pensarlo. Mejor asi. La vida en Tarna ya se volvia demasiado problematica.

— Tenias razon en cuanto al Krakan especial — dijo Loren —. No deja resaca. Me siento muy bien. ?Podrias

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