No pudo soportarlo mas.

— Tengo miedo, Kumar — dijo, tironeandolo del hombro —. Vamonos.

Pero Kumar seguia perdido entre las estrellas, la boca entreabierta, la cabeza apoyada contra la cinta, hipnotizado por su canto de sirena. No se dio cuenta de que Carina, tan furiosa como aterrada, habia cruzado el bloque de hielo y lo miraba desde el borde, parada sobre la tierra.

Habia percibido algo nuevo: una serie de notas ascendentes que parecian querer hablarle. Como una fanfarria para cuerdas — de alguna manera habia que llamarla —, infinitamente triste, y lejana.

Pero se acercaba, se volvia mas sonora. Kumar jamas habla escuchado un sonido tan hipnotico, y quedo paralizado por el asombro. Era como si algo bajara por la cinta hacia el.

El golpe de la onda precursora lo arrojo sobre la lamina dorada, y sintio que el bloque se estremecia. Entonces comprendio, pero ya era tarde. Por ultima vez Kumar Leonidas contemplo la fragil belleza del mundo dormido y el rostro aterrado de la muchacha que lo recordaria hasta el dia de su muerte.

No habia manera de saltar. Y fue asi como el Leoncito subio a las estrellas silenciosas, desnudo y solitario.

48 — Decision

El capitan Bey tenia problemas mas graves que resolver y fue para el un gran alivio poder delegar esa tarea. Por otra parte, el hombre mas adecuado para la mision era Loren Lorenson.

No habia tenido oportunidad de conocer a los Leonidas mayores y temia el encuentro. Mirissa le ofrecio acompanarlo, pero prefirio hacerlo solo.

En Thalassa veneraban a los ancianos y hacian todo lo posible por brindarles las mayores comodidades y felicidad. Lal y Nikri Leonidas vivian en una colonia de jubilados pequena y autosuficiente sobre la costa sur de la isla. Habitaban un chalet de seis ambientes provisto de todo tipo de electrodomesticos, entre ellos el unico robot domestico de uso general que Loren habia visto en Isla Austral. Calculo que, de acuerdo a la cronologia terrestre, tendrian poco menos de setenta anos.

Tras la bienvenida, triste pero cordial, lo invitaron a sentarse en la galeria con vista al mar, y el robot les sirvio bebidas y una bandeja de fruta. Loren trago un par de bocados con esfuerzo y luego reunio fuerzas para acometer la tarea mas dura de su vida.

— Kumar — dijo, pero el nudo en la garganta lo obligo a empezar de vuelta. — Kumar se encuentra en la nave. Le debo mi vida; arriesgo la suya para salvarme. Por eso... comprenden... haria cualquier cosa por...

Nuevamente tuvo que reprimir las lagrimas. Y cuando pudo hablar, trato de adoptar un tono cientifico y objetivo, como el que habia empleado la cirujana mayor Newton en la nave.

»Su cuerpo no ha sufrido graves danos porque la descompresion fue lenta y el congelamiento casi inmediato. Desde luego que esta clinicamente muerto, como lo estuve yo hace un par de semanas.

»Sin embargo, son dos casos muy distintos. Mi... esteee... cuerpo fue salvado antes de que el cerebro sufriera el menor dano, de modo que la reanimacion fue un proceso relativamente sencillo. En cambio demoraron varias horas en recuperar a Kumar. Su cerebro no sufrio dano fisico, pero no muestra la menor senal de actividad.

»Aun asi, tal vez sea posible reanimarlo, contando con tecnologia sumamente avanzada. De acuerdo a nuestros archivos, que contienen toda la historia de la medicina terrestre, esto se ha hecho con anterioridad. Hay un sesenta por ciento de probabilidad de exito. Eso nos plantea un dilema, y el capitan Bey me ha pedido que se lo explique con toda franqueza. En este momento no poseemos los conocimientos ni equipo necesarios para realizar semejante operacion. Pero dentro de trescientos anos... tal vez...

»Entre los centenares de medicos en hibernacion hay varios neurologos. Son tecnicos capaces de montar y utilizar cualquier tipo de aparato medico y quirurgico. Recuperaremos todos los conocimientos y equipos que existian en la Tierra poco despues de llegar a Sagan 2.

Hizo una pausa para que los ancianos pensaran en lo que acababa de decirles. El robot aprovecho ese momento inoportuno para ofrecer sus servicios: lo rechazo con un gesto.

»Estamos dispuestos... mejor dicho, estariamos encantados, porque es lo menos que podemos hacer, de llevarnos a Kumar. Aunque no podemos asegurarlo, tal vez algun dia vuelva a vivir. Nos gustaria que lo piensen; tienen mucho tiempo, no hay necesidad de tomar una decision rapida.

Los viejos se miraron en silencio durante un largo rato, mientras Loren contemplaba el mar. ?Cuanta paz, cuanta serenidad! Era el lugar ideal para pasar los ultimos anos, recibir la visita de hijos y nietos...

Al igual que el resto de Tarna, se parecia mucho a la Tierra. No habia vegetacion local a la vista, tal vez con toda intencion. Los arboles eran conocidos.

Sin embargo faltaba un elemento esencial; hacia tiempo que trataba de descubrirlo: practicamente desde la primera vez que habia bajado al planeta. Bruscamente, como si el dolor avivara la memoria, comprendio lo que faltaba.

No habia gaviotas surcando el cielo, llenando el aire con el sonido mas triste y nostalgico de la Tierra.

Lal Leonidas y su esposa no dijeron palabra, pero Loren comprendio que habian tomado una decision.

— Agradecemos su oferta, comandante Lorenson. Por favor trasmita nuestro agradecimiento al capitan Bey. No necesitamos mas tiempo para pensarlo. Pase lo que pasare, hemos perdido a Kumar para siempre. Aunque la operacion tenga exito, y usted mismo dice que no existe la menor seguridad de ello, Kumar despertara en un mundo extrano, sabra que jamas volvera a su hogar y que sus seres queridos habran muerto varios siglos atras. La sola idea es insoportable. Sus intenciones son buenas, pero le hariamos un flaco favor. Sabemos lo que debemos hacer, lo que el hubiera deseado. Devuelvanoslo. Lo devolveremos al mar, que el amaba.

Todo estaba dicho. En medio de su pena abrumadora, Loren sintio un gran alivio.

Habia cumplido con su deber. Era la decision que habia esperado.

49 — Fuego en el arrecife

El pequeno kayak quedaria incompleto, pero de todos modos realizaria su primer y ultimo viaje.

Lo dejaron sobre la playa, donde lo mojaron las suaves olas del mar, hasta el anochecer. Loren se sintio conmovido, aunque no sorprendido, al ver cuanta gente acudia a la despedida final. Estaban presentes todos los habitantes de Tarna, muchos de otras partes de Isla Austral e incluso algunos del Norte. Tal vez algunos habian acudido por morbosa curiosidad, debido a la espectacularidad del accidente, pero Loren jamas habia visto una muestra tan sincera de pesar. Habia pensado que los thalassianos eran incapaces de sentir emociones profundas, y su mente repetia la frase descubierta por Mirissa, quien habia buscado consuelo en el Archivo: «amiguito del mundo». Nadie conocia su origen, ni tampoco el nombre ni la epoca del estudioso que, siglos atras, la habia conservado para las edades futuras.

Abrazo a Mirissa y a Brant sin decir palabra, y los dejo en compania de la familia Leonidas, reunida con numerosos parientes venidos de las dos islas. No queria hablar con nadie, porque sabia que muchos estarian pensando: «El te salvo, tu no pudiste salvarlo». Llevaria esa carga por el resto de su vida.

Se mordio el labio para contener las lagrimas, indignas en un oficial superior de la nave estelar mas poderosa jamas construida, y uno de los mecanismos de defensa de la mente acudio en su ayuda. En momentos de profundo dolor, la unica manera de no volverse loco suele ser la evocacion de algun recuerdo absolutamente trivial, o comico.

Si, el universo hacia gala de un sentido del humor de lo mas extrano. Tuvo que reprimir una sonrisa: ?como se hubiera reido Kumar de esa broma final!

— No te sorprendas — le habia dicho la cirujana mayor Newton al abrir la puerta de la morgue. Los asalto una ola de aire frio con olor a formol. — Es algo que sucede con cierta frecuencia. Un ultimo estertor, como un intento inconsciente de desafiar a la muerte. Creo que la causa en este caso fue la perdida de presion exterior,

Вы читаете Voces de un mundo distante
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×