– Es muy antiguo -respondio Alex, que de inmediato se arrepintio del tono de excusa de su voz-. Tiene mas de veinte anos.

– La Iglesia no suele usar Mercedes.

Alex detecto una nota de envidia.

– La verdad es que no son nada practicos. Demasiado caros si se los usa con frecuencia.

– Todos nosotros necesitamos nuestras compensaciones -dijo.

Alex lo observo; ?cuales eran sus compensaciones?, se pregunto. ?Dios? ?Los fosiles?

Mimsa se habia marchado, dejandole una de sus notas apenas descifrables. Conecto la cafetera electrica y despues regreso al recibidor. El sacerdote paseaba de un lado a otro por el salon, mirando el techo con el ceno fruncido.

– ?Solo o con leche?

– Con leche, sin azucar, por favor.

Alex sirvio el cafe.

– Tengo que ir al lavabo. Hay uno junto a la escalera, en caso de que necesite…

– ?Ah…! -Movio la cabeza cortesmente.

Mientras subia la escalera se dio cuenta de que en la casa habia un extrano calor espeso y humedo, como si la calefaccion hubiese estado encendida todo el dia, continuamente. En el piso de arriba el calor era aun mayor.

Toco el radiador del descansillo y vio que estaba frio como el marmol. Incomoda, miro a su alrededor, entro en su dormitorio y desde alli al cuarto de bano. La temperatura alli era como la de un secadero.

Mientras se lavaba las manos contemplo su rostro en el espejo. Estaba empanado por la respiracion. Se apreto la frente con la mano.

Estaba fria, casi helada, penso al tiempo que se preguntaba si iria a enfermar de gripe.

Se seco la cara con la toalla, cuidando de que no se le corriera el maquillaje, cerro los ojos y se dio unos golpecitos en los parpados.

De repente se produjo una fuerte corriente de aire helado, como si se hubiera abierto la puerta de un gran congelador y advirtio la presencia de alguien detras de ella, observandola. Abrio los ojos lentamente y miro el espejo.

Fabian estaba de pie, inmovil, exactamente detras de ella.

Alex tuvo consciencia de un terrible espasmo dentro del pecho, como si hubiera metido el dedo dentro de un enchufe electrico, y despues sintio como si su cuerpo estuviera atravesado por cientos de agujas y alfileres que le causaban tanto dano que estuvo a punto de gritar de dolor.

Cuando se dio la vuelta para ver de frente a su hijo se dio cuenta de que no habia aire en la habitacion. No podia respirar.

El estaba alli, con una camisa blanca y su grueso jersey favorito. Una imagen solida, tan solida que parecia como si pudiera tocarla.

Pero no habia aire.

Su hijo le sonreia, una sonrisa ironica, desconocida en el, y una expresion de desden en los ojos, como si se estuviera burlando de ella; algo que nunca viera en su hijo con anterioridad y que le hacia pensar en que algo terrible le estaba ocurriendo.

Comenzo a sentir panico. El dolor del hormigueo y el calambre resultaba insoportable; temblaba, le dolian los pulmones y se sentia violentamente enferma.

Trucos de su mente, oyo el eco de la voz del sacerdote. Alucinaciones.

Se tambaleo, estuvo a punto de perder el conocimiento, puso sus temblorosas manos detras de la espalda y se sujeto con firmeza al borde del lavabo.

?Y todo paso!

Regreso al dormitorio jadeando y miro ansiosamente a su alrededor. Corrio escaleras abajo y se quedo en el recibidor, tratando afanosamente de buscar aire, temblando y dolorida en todo el cuerpo. Entro en el salon. Allsop estaba mirando su taza de cafe con intensa concentracion. Parecia incomodo cuando ella regreso.

– No sabia que tenia usted… otro hijo.

– ?Como? -Lo miro casi incapaz de hablar.

– El joven que acaba de subir las escaleras.

?Por que sonreia? ?Que le parecia tan divertido? Despues se dio cuenta de que no se trataba de una sonrisa, sino de su tic nervioso.

– ?De pelo rubio? -tartamudeo Alex.

– Si -respondio con calma.

– ?Con un jersey grueso?

El sacerdote afirmo de nuevo.

Busco apoyo en el brazo de un sillon, incapaz de seguir de pie, se sento y cerro los ojos. Los abrio al cabo de un momento y lo miro de nuevo con fijeza.

– No tengo ningun otro hijo. Era Fabian.

Oyo un repentino golpe metalico producido por la taza del sacerdote al ser dejada violentamente sobre el platillo. Alex vio como la cucharilla vibraba en su mano, rozando contra el borde de la taza, como si estuviera tocando un pequeno instrumento musical, y que un poco de cafe se derramaba por uno de sus lados.

– Ya veo -dijo finalmente.

Su ojo derecho se abria y se cerraba. Con gran dificultad dejo el platillo y la taza y su mirada recorrio la habitacion. Temblaba claramente y trato de recuperar la compostura.

– ?Es a eso a lo que se referia usted?

Alex noto algo suave y se dio cuenta de que aun continuaba con la toalla en la mano. Comenzo a doblarla, alisando cuidadosamente los pliegues.

– No lo se.

– ?No hay posibilidad de que haya alguien en la casa?

– ?Que quiere decir?

– Un fontanero, el encargado de limpiar las ventanas o algo parecido.

Ella nego con la cabeza.

– No -dijo el, abriendo y cerrando la boca varias veces. «Como un pez de colores en un acuario», penso Alex.

– ?Comprende ahora lo que quiero decir?

El cura volvio a recorrer la estancia con la mirada, que de vez en cuando se fijaba en Alex.

– ?Con respecto al exorcismo?

– Si.

El hombre unio las manos formando un caliz y suavemente se mecio adelante y atras en su asiento. Miro sus manos, ensimismado en profunda concentracion.

– Hay otras alternativas… al exorcismo, que producen el mismo efecto. El exorcismo es pocas veces aconsejable y me temo que en estos dias se requiere mucho trabajo burocratico antes de conseguir la autorizacion. Hay que exponer el caso al obispo y es el quien decide; los tramites pueden durar varias semanas, cuando menos. -La miro temeroso-. Todo esta bien regulado. A un clerigo ordinario como yo no le esta permitido celebrar una ceremonia de exorcismo.

– No puedo esperar varias semanas -dijo Alex-. Por favor, tiene que hacer algo.

– En su caso aun podria tardar mas, de acuerdo con nuestras directrices actuales.

– ?Que quiere decir?

– No se suele conceder ese permiso hasta transcurridos dos anos como minimo de la defuncion.

Alex recordo la sensacion de terror en el cuarto de bano y se sintio invadida por la desesperacion.

– ?Dos anos? -repitio debilmente, como un eco.

– Me temo que la Iglesia considera que el equilibrio mental de las personas puede verse alterado durante largo tiempo despues de un fallecimiento. Solo si las manifestaciones extranas continuan despues de transcurrido ese periodo, se toma en consideracion el Servicio de Liberacion.

– ?Liberacion?

– Asi se le llama al exorcismo en la terminologia moderna -Allsop sonrio y Alex pudo ver de nuevo su tic nervioso-. La Iglesia prefiere ese termino: la palabra Liberacion… suena, ciertamente, menos dramatica.

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