– Esa es mi especialidad.
Donnie sonrio ante la locura que llameaba en lo profundo de sus ojos.
– Entonces dime que tengo que hacer para liberarte. Hare cualquier cosa para ver sufrir y morir a mi hermano, y quiero decir
Vestida con una larga, y flotante tunica griega, Leta se desperto con un agudo grito. Le tomo varios segundos aclimatarse a sus alrededores. Todavia estaba en su mullido divan, durmiendo en la sala de los espejos en el Olimpo.
Pero algo iba mal. Podia sentirlo. La oscura mano del mal resbalaba sobre su cuerpo con un toque inconfundible.
Dolor, el mas vil de todos los dioses, habia sido convocado de regreso al reino humano lo cual habia provocado su propio despertar. El dios del dolor habia sido capturado hacia siglos por Leta quien lucho contra el hasta que ambos estuvieron sangrientos y agotados. Habiendo Zeus prohibido matarle de ninguna de las manera, se habia visto forzada a atraparle de modo que nunca hiciera otra vez lo que le habia hecho a ella.
Y una vez hubo sido atrapado, se habia puesto a si misma en extasis para sanar y esperar el momento cuando el se despertara.
Ahora alguien habia pronunciado lo que nunca se deberia pronunciar otra vez. Aspirando profundamente, permitio que sus enterrados recuerdos la asaltaran.
?Malditos fueran! Los estupidos humanos no tenian idea de lo que habian desatado. El dolor no se contentaria con atacar solo a la persona tras el que lo habian enviado. No, era sanguinario y despiadado. Dolor no respetaba nada y nadie era inmune a Dolor.
Por supuesto, acecharia y asesinaria al que se le enviara, pero una vez lo hubiese hecho, Dolor regresaria al que lo habia convocado.
Que los dioses se apiadaran del convocador entonces. Su tortura no tendria final.
Cerrando los ojos, desperto sus aletargados poderes. Dejo que sus pensamientos fueran a la deriva hasta encontrar al objetivo de Dolor.
El objetivo le daba la espalda, pero incluso aunque ella podia asegurar que el era alto y ancho de hombros. Su pelo rubio era revuelto y ondulado cayendole hasta la parte superior de su cuello.
Como una diosa de los suenos, podia sentir sus amargas emociones llamandola. Eran tan fuertes que podia sentirlas como suyas propias.
– Claro.-dijo el, su profunda voz llena de malicia-.No deja de asombrarme como una sola mentira puede deshacer toda una vida de bien.
Y ahi fue cuando ella se dio cuenta de algo. Ese hombre no necesitaba a Dolor. Este vivia realmente dentro de el junto a la Amargura y la Rabia. Lo tenian apretado comodamente contra sus pechos y por lo que sentia no tenian intencion de dejarle ir.
Entonces lo oyo…
Esa profunda risa que helaba la sangre.
– Leta…
Ella se emitio a si misma desde su esteril divan para permanecer de pie sobre el frio suelo de marmol. Un helado viento le aplasto la tunica contra el cuerpo, exponiendo sus desnudos pies hasta los tobillos. Esto hacia que las bandas de oro sobre sus antebrazos se congelaran. Las paredes a su alrededor eran blancas sin ningun cuadro, cortinas o cualquier cosa que rompiese esa baldia cualidad.
Aun asi, sentia la presencia del dios del Dolor.
– ?Donde estas, bastardo?
Dolor aparecio detras de ella. Antes de que pudiera moverse, la agarro por el pelo y tiro apoyando el dorso de la cabeza de ella contra su hombro.
– No creerias que podias tenerme atrapado para siempre, ?verdad?
Ella intento luchar, pero el la libero y se desvanecio.
– Esto no se ha acabado, Dolor.-dijo ella, su voz cargada con el peso de su determinacion.
Su risa lleno la habitacion.
– No, no lo ha hecho. Tu me ataste a esta maldicion y antes de que esto acabe, pagaras por ello. Ahora si me disculpas, tengo un humano al que torturar y matar.
Ella lo sintio retroceder todo el camino bajando por su columna y no habia nada que pudiera hacer para detenerlo. Por decreto de Zeus, sus propias emociones le habian sido drenadas. Aun asi todavia sentia algo… ?Restos quizas de emociones del pasado?
No estaba segura.
Pero una cosa era cierta, no iba a permitir a Dolor herir a otra alma si podia impedirlo. Esto era un voto solemne que se habia hecho y era el unico que mantendria. Tanto tiempo como hubiese vida en sus venas, pelearia.
Y cuando se movio hacia delante, el objetivo de Dolor se volvio en el espejo para mirarla.
Leta se congelo cuando vio las facciones de la cara del hombre. Era tan hermoso como un inmortal. A traves de la niebla que separaba el Olimpo del plano humano, pudo ver cada curva y linea de su perfecta cara. Pronunciadas cejas alzandose sobre unos ojos de un verde palido. Abrasando con inteligencia, le mostraron un alma que estaba manchada por la traicion. Una completamente desprovista de confianza.
Y en un simple momento, sintio su pena en el interior de su propio corazon. El queria confiar en alguien. Queria alcanzarlo. Pero habia olvidado como.
Solo y frio, era el dolor personificado.
Inclinando la cabeza, ella se dio cuenta de algo. Ese dolor que ardia tan violentamente en su interior era exactamente lo que necesitaba para vencer a Dolor. Si podia canalizarlo, se fundiria con sus poderes y le daria la ventaja. No habia emocion mas fuerte que la rabia…
Eso no importaba. Ella no podia ver su dolor como propio. Dolor debia ser derrotado a toda costa y si ese humano pagaba el precio, ?Que? La vida y alma de uno nunca valdrian mas que la vida y el alma de muchos.
CAPITULO 1
Leta esta completamente desconcertada por el mundo humano cuando se quedo mirando dentro de los espejos de su alrededor que le mostraban los acontecimiento diarios que sucedian en el reino del hombre. Su mirada iba de un espejo a otro mientras intentaba encontrarle sentido a las parpadeantes imagenes de personas de todo el mundo. Empezaba a sospechar que habia cometido un horrible error poniendose a si misma en extasis mientras esperaba que Dolor despertara. Todo habia cambiado.
Todo.
Habia complicados artilugios,maquinas, que ni siquiera empezaba a entender. Y los idiomas habian cambiado
– Date tiempo.
Ella se volvio para encontrar a su hermano mayor M?Adoc detras de ella. Para una criatura cuyas emociones habian sido brutalmente arrancadas, sentia que su corazon se conmovia ante su cercania. Era una debil alegria que le recordaba como se sentiria la verdadera felicidad. Pero las emociones fantasmales eran mejor que no tener emociones.
Alto y agil como ella, M?Adoc tenia el ondulado pelo negro y ojos de un azul tan palido que casi era