transparentes.
Ella le tendio la mano.
– Es bueno verte otra vez, hermano.
Hubo el mas sutil ablandamiento en su mirada cuando tomo su mano y ella se la llevo a los labios.
Leta se estremecio cuando una espontanea e inesperada imagen suya siendo torturado la atraveso. Incluso despues de cientos de anos, todavia podia oir sus gritos.
Y los suyos propios.
Como si conociese sus pensamientos, M?Adoc la atrajo a sus brazos. Acuno la cabeza en su mano y sostuvo su cara contra el hombro. Leta jadeo cuando el le paso el conocimiento de los cambios del mundo y como funcionaba.
– Te has impuesto una tarea herculea, hermanita.-susurro contra su pelo-.Deberias haberte quedado con el resto de nosotros y no aislarte.
– No podia.
Habia sido demasiado doloroso verlos a todos sin emociones cuando recordo la manera en que habian sido antes de que Zeus los castigara. La unica emocion que Zeus les habia dejado era el dolor, de modo que pudiera controlar y castigar a los dioses del sueno, y ese dolor sin fin habia alimentado un agujero en su interior.
Era un frio mundo el que habia estado forzada a vivir y eso mas que nada era el porque solo se habia contentado con dormir a traves de la eternidad.
Ella se aparto de M?Adoc de modo que pudiese encontrar su mirada.
– Tengo que detenerle.
– El no es el unico dios del dolor. El dolor impregna todo en nuestro mundo y en el del hombre.
– Lo se. Pero el
Aun asi, el se estremecio como si pudiese de hecho ver sus recuerdos.
– Todo el mundo hace lo que sienten que tienen que hacer. Te respeto por tus elecciones. No quiero decir que este de acuerdo con ellas.-su mirada se agudizo antes de volver a hablar-.Dolor te matara si tiene oportunidad.
Ella dejo que se curvara un lado de su boca en una especie de amarga sonrisa.
– Bueno. Disfrutare de la pelea de manera que pueda disfrutar al sentir su corazon en mi puno cuando le arranque la vida.
M?Adoc inclino la cabeza hacia ella.
– Entonces te dejo con tus planes de venganza…excepto por una cosa.
– ?Que es?
Sus ojos eran fascinantes.
– No es el dolor que nos infligen el que nos destruye. Es el dolor que dejamos dentro de nuestros corazones el que lo hace. No dejes que la rabia de los humanos se convierta en la tuya. Puede volverte loca si lo haces-.Y con esas sabias palabras, se desvanecio.
Leta dejo escapar un profundo suspiro mientras consideraba lo que le habia dicho. Sabia que tenia razon. Pero saberlo y hacerlo eran dos cosas completamente distintas. Necesitaba la rabia de Aidan. La queria.
Cerrando los ojos, se centro en el objetivo.
Aidan.
Estaba durmiendo en su cama, sonando que estaba perdido en medio de una atronadora tormenta. La lluvia cortaba dolorosamente contra su piel mientras seguia adelante caminando fatigosamente. Respiraba con dificultad, su cara contraida por la rabia.
Leta estaba desconcertada por sus acciones. Por su voluntad en continuar incluso cuando los relampagos golpeaban la tierra, evitandolo apenas. La estatica de las explosiones causaba que su pelo se alzara y revoloteara alrededor de sus duras facciones. Era una fiera determinacion lo que lo llevaba a continuar hacia delante. Y antes de que se diera cuenta incluso de lo que habia hecho, habia pasado a traves del portal y entrado a su lado en el sueno.
El se congelo en el lugar como si la advirtiera. La fria lluvia penetraba su piel, aplastando el pelo contra su cuerpo mientras le miraba curiosamente. En este estado, todas sus emociones estaban al descubierto para ella. Podia sentir cada onza de su rabia, su traicion.
Su insaciable necesidad de venganza.
Estaba tan cerca de sus propios sentimientos que esto alimentaba sus poderes y traia sus emociones de regreso con una claridad tan ardiente, que picaba.
El desenrollo los brazos alrededor de su pecho mientras se quedaba ante ella con esos helados y agudos ojos.
– ?Quien eres tu?
– Una amiga.-susurro ella, cogida por un escalofrio del viento que empezo a soplar contra ellos.
El se rio amargamente.
– No tengo amigos. No quiero ninguno.
– Entonces estoy aqui para ayudarte.
El bufo a modo de burla.
– ?Ayudarme a hacer que? ?Congelarme? ?O estas planeando mantenerme todavia en esta tormenta para asegurarte que los relampagos me maten?
Leta chasqueo los dedos y la lluvia se detuvo instantaneamente. Las nubes rodaron por encima mientras se apartaban para mostrar al sol. Los rayos iluminaron el desolado paisaje y lo pintaron de brillantes verdes y amarillos.
Aidan no estaba asombrado.
– Bonito truco.
Era un hombre dificil de impresionar y su hastiada mordacidad la hacia preguntarse que le habia sucedido para causarla. Ella seco sus ropas y pelo.
– ?Por que convocaste la lluvia?
– No he convocado una mierda.-gruno el-.Me estaba ocupando de mis propios asuntos cuando cayo sobre mi. Todo lo que estaba intentando hacer era conseguir atravesarla.
– ?Y ahora que se ha ido?
El miro hacia el claro cielo azul sobre ellos
– Regresara. Siempre lo hace y te golpea cuando menos lo esperas.
Ella sabia que no estaba hablando solo de la tormenta.
– Deberias encontrar refugio.
El bufo ante ella.
– No hay ninguno. La tormenta lo derriba y te deja desnudo en el huracan, asi que ?Para que preocuparse?
Y ella habia pensado estupidamente que
Pero bajo esa hostilidad sentia una cruda vulnerabilidad. Algo sobre el habia sido aplastado y aun asi luchaba para sobrevivir incluso aunque no quisiera. Esto alcanzaba el sufrimiento de su propio corazon y hacia que quisiera tocarle.
Sin un segundo pensamiento, dio un paso adelante para tender la mano a su mejilla.
El siseo igual que un gato antes de apartarse.
– No me toques.
– ?Por que no?
– No quiero tu falsa amabilidad. Claro, sonreiras y seras tan dulce conmigo hasta que confie en ti, pero en el minuto en que no te de todo lo que tu quieres en el instante en que lo pidas, te volveras contra mi e intentaras aplastarme. Eres igual que todos en el mundo. Nadie importa excepto tu.
Y con eso, dio la vuelva y se alejo caminando.
Leta se cruzo de brazos mientras lo veia poner distancia entre ellos.
Oh si, tenia mas que suficientes emociones amargas alli para derrotar a Dolor. Poco sabia el dios que su actual