dedico. Si el departamento de policia puede confiar en mi, entonces vosotros tambien.
– Lo se. De lo contrario te asesinariamos y devorariamos cada parte de tu cuerpo.
No estaba segura de si el bromeaba o no, pero algo le decia que hablaba muy en serio.
Senalandole la puerta con su pulgar le dijo:
– Si necesitas algo, estare fuera en mi escritorio. Sientete como en casa. Le indico la puerta sobre la izquierda con un movimiento de su barbilla-. El bano esta por ahi.
– Gracias.
El cerro la puerta.
Simone dejo salir un largo suspiro sintiendose exhausta. Estaba sola en un hogar extrano, algo que no acostumbraba hacer.
– ?Donde estas Jesse? No me gusta estar sola. -Los anos de amistad habian convertido la soledad en una cosa rara. Estaba tan habituada a el, que cuando se quedaba sola, casi sentia un dolor fisico.
Sintiendose un poco perdida y sobrecogida, se acerco a la cama para cubrir a Xypher con el edredon. No parecia tan feroz ahora, pero aun habia un aura en el, que te dejaba ver, cuan letal era. Ella dejo caer la vista sobre sus manos y sobre las cicatrices que estropeaban sus nudillos. Eran viejas y habian sanado, pero aun asi, ella podia notar que no habian sido causadas por una sola herida. Habian sido reabiertas y cicatrizadas en muchas peleas…
Si, en ocasiones, su trabajo le permitia conocer demasiado sobre una persona. Sin mencionar, que habia numerosas cicatrices estropeando sus pecho y brazos. Sorprendentemente, la unica cicatriz en su rostro era una apenas perceptible, sobre su sien derecha.
– ?Quien eres Xypher?
– ?Sim?
Ella sonrio al reconocer el sonido de la voz de Jesse. El reaparecio justo a su lado.
– ?Donde has estado?
– Vosotros me habeis abandonado -dijo a la defensiva-. ?Tienes idea lo dificil que es rastrear a un humano a traves del plano ectoplasmico? No, no la tienes. Y creeme, no quieres tenerla. Estoy agradecido de haberte encontrado a ti esta vez y no a esa extrana mujer alimentando a su Schnauzer con gelatina.
Ahora, podia visualizarlo…
– De aaaaacuerdo. Lo lamento mucho.
– ?Deberias! -Entrecerro los ojos al mirar a Xypher-. No se ve nada bien. ?Crees que sobreviva?
– Eso creo.
– Diria que es una maldita lastima excepto que hasta que averiguemos un modo de liberarte, moririas, tambien.
– Que agradable que recuerdes ese pequeno detalle. -Fruncio el ceno mientras le miraba y recordaba su diatriba de antes-. ?Plano ectoplasmico? ?Que demonios es eso?
– Es la jerga de aquellos de nosotros que hemos cambiado de cuerpo. Es el gran Mas Alla donde rebotamos unos contra otros como atomos flotantes. Es una tierra de brutos, que es por lo que paso el tiempo contigo. Pero solo porque eres menos bruta que ellos.
Simone le miro boquiabierta ante su critica.
– Ruego tu perdon. No soy bruta.
– Asqueroso al maximo. Y que mas. Te he visto por las mananas. No eres exactamente una dama.
Puso los ojos en blanco ante las expresiones ochenteras.
– Realmente te odio.
– Seguro que si. -El sonrio como el gato Cheshire-. Eso explica porque estabas tan preocupada por mi.
A veces era demasiado astuto. Simone se enfado juguetonamente con el antes de girarse hacia Xypher.
Era una lastima que supiera tan poco sobre el y le hacia preguntarse sobre su pasado. ?Que le habia hecho luchar todas las batallas que le habian dejado unas cicatrices tan horrendas, por otra parte hermoso cuerpo?
– ?Crees que tiene razones para ser tan hostil?
– No realmente. Personalmente creo que le gusta ser un gilipollas. Sabes, hay un monton de esos en el mundo.
Era verdad. De hecho habia conocido a mas de ellos que su parte de fracasos, tambien, y todavia… Parecia ser algo mas. Una persona no odiaba tanto como Xypher parecia hacerlo sin tener la habilidad de amar en el mismo grado.
Y su necesidad de matar hasta la exclusion de todos tambien hablaba de una extrema traicion. La unica persona a la que ella realmente habia querido matar era la que habia tomado la vida de su madre…
– No se puede odiar sin amar.
Jesse fruncio el ceno.
– ?Que?
– Es algo que mi madre solia decir.
Hizo muecas.
– Oh, hombre, no… no te atrevas.
– ?Atreverme a que?
– A poner esos ojos llorones como si estuvieras simpatizando con el. -Hizo un irritado ruido con su garganta-. Eres tan tierna. ?Hola? Este es el hombre que te ha vinculado a el mientras esta tratando de descender al infierno para matar a alguien. No le preocupan tus sentimientos. No te preocupes tu por el.
Simone ondeo para alejar su diatriba.
– Oh, deja de grunir. Ni siquiera le conozco.
– Y mejor que siga asi.
Sabia que Jesse tenia razon. Es mas, habia una parte de ella que estaba atraida por Xypher incluso contra su sentido comun. No estaba segura de por que. El parecia perdido de algun modo.
Oh, si el humor del Senor Macho Alfa estaba perdido… bien. Ella lo estaba perdiendo.
– ?Has oido algo de Gloria? -pregunto a Jesse, tratando de distraerse.
Nego con la cabeza.
– Ni siquiera un gemido. Estoy pensando que los Daimons se la comieron.
Simone odiaba esos pensamientos. Nadie merecia ese destino.
– Espero que no. Parecia realmente agradable.
– Te oigo. -Jesse floto hacia las cortinas. De repente, alguien llamo a la puerta.
– Entre -dijo Simone.
Carson entro en la habitacion llevando una pequena sierra de mano.
Simone dio un paso atras, curiosa por sus intenciones.
– ?Que vas a hacer?
Senalo a su brazalete con la sierra.
– Me estaba preguntando si esto serviria para quitar el brazalete.
Ella sonrio con alivio. Por un segundo, habia tenido miedo de que fuera a cortarle la garganta para silenciarla.
– Justo ahora eres mi persona favorita en el planeta. Si, por favor frielo.
Carson rio mientras se movia para cogerle la muneca con las manos. Hizo una pausa de un minuto para examinar el brazalete.
– Parece oro normal.
– Afrodita dijo que era Atlante. Algo hecho por los dioses.
El respiro bruscamente.
– Oh… -El se echo hacia atras-. ?Eso es malo?
– Quizas. No se lo bastante sobre ellos ni siquiera para adivinar lo que intentar cortar esto te haria. Por todo lo que se, el mundo podria acabarse.
Ella solto su brazo de su agarre.
– Por favor, no. Hubo una situacion tensa en el final de Dexter [3] la semana pasada y tengo que ver como acaba.
Sus palabras parecieron sorprenderle.
– ?Ves eso?