La mujer tomo dos menus y los condujo a una pequena mesa en una esquina.

Xypher no se perdio la manera en que Simone muy discretamente saco una silla para Jesse mientras parecia que lo hacia para su chaqueta.

Ignorando a Jesse, Xypher considero ponerse a Simone sobre el hombro y sacarla de alli. Honestamente, no podia soportar el pensamiento de oler toda esa comida y no tomar nada.

Pero estaba acostumbrado a la tortura.

Se sento con su furia apenas atada. La mujer le tendio un menu y se marcho. Xypher se sento a un lado y se quedo mirando por la ventana.

Era tan extrano volver al mundo despues de todo ese tiempo. Habian cambiado tantas cosas. La ultima vez que el estuviera alli, los caballos habian sido el mejor modo de transporte. No habia habido electricidad. La humanidad habia tenido miedo de la oscuridad. Temor de los suenos que Xypher y sus hermanos les daban.

Ahora se temian en mayor parte a ellos mismos y bien que deberian.

Simone fruncio el ceno cuando Xypher se puso comodo sin ni siquiera mirar el menu.

– ?No estabas hambriento?

La mirada que el le envio la estremecio hasta los huesos.

– No tengo dinero.

– Bueno, no pensarias que yo iba a comer y dejarte a ti pasando hambre, ?verdad?

Lo triste era que deberia hacerlo igualmente.

Ella levanto el menu y lo sostuvo hacia el.

– Pide algo o yo lo pedire por ti.

– ?Sabes que le sucedio a la ultima persona que me hablo en ese tono?

– Dejame adivinar. Desmembramiento. Probablemente doloroso. Definitivamente lento -ella arqueo las cejas ante el-. Es una suerte que no puedas matarme mientras yo lleve el brazalete puesto -ella le dedico una engreida sonrisa-. Yo voy a pedir el coctel de gambas y el pollo Alfredo tostado. ?Que hay de ti?

Por primera vez, ella vio una mirada humilde en el cuando cogio el menu igual que un nino hurano.

– La amabilidad te pone incomodo, ?no es asi?

El no respondio mientras su mirada barria el menu.

Ella dejo escapar un cansado suspiro antes de intercambiar una frustrada mirada con Jesse. No podia creer que le resultara tan facil hablar a los fantasmas como le resultaba hablar con una persona de carne y sangre de algun tipo sentado ante ella. ?Que le habian hecho para hacer que fuera tan cerrado con todo el mundo?

Xypher no estaba seguro de que pedir. Todo parecia tener buena pinta y su estomago estaba ardiendo. Por no mencionar que se sentia extremadamente incomodo alli sentado igual que un humano comun.

Nadie le habia tratado de esa forma. Jamas.

El era un Phobotory Skotos. Se paso la vida haciendo que todo el mundo a su alrededor temblara de miedo cuando les producia pesadillas. Incluso los dioses. El era la encarnacion del mal. Incluso los otros Phobatory Skoti le temian.

Y esta mujer se atrevia a dar ordenes a su alrededor.

Ella estaba loca y mientras la miraba, se detuvo. Ella era realmente bastante bonita y mas tentadora de lo que deberia ser ninguna mujer. Hasta ahora, no habia pensado en cuanto tiempo hacia que no habia estado con una mujer. Pero sus amables ojos avellana lo incendiaban.

– ?Tienes problemas para decidirte?

El parpadeo ante su pregunta.

– ?Como lo haces?

– ?Hacer que?

– Hablarme como si yo fuera normal.

Ella fruncio el ceno.

– Bueno, tu no me lo pones exactamente facil. Pero recuerdo un tiempo en el que yo tambien estaba enfadada con el mundo. Todo lo que queria era arremeter y hacer que todo el mundo a mi alrededor fuera tan miserable y estuviese tan enfadada como lo estaba yo. Esa necesidad te quema igual que un fuego por dentro y te destruye por completo. Entonces un dia me di cuenta de que a la unica que estaba haciendo dano era a mi misma. Quizas jodi a otras personas, pero en un par de horas se olvidaban de mi. Yo era la unica que vivia en un perpetuo infierno. Asi que tome la decision de dejar salir la rabia y apartarla.

Ella hacia que sonara tan facil. Pero no era tan facil solo dejarlo ir.

– Si, pero tu tienes un futuro hacia el que mirar.

Ella nego con la cabeza.

– Esto no se siente igual que en aquel momento. Tienes que recordar que yo vi asesinar a mi hermano cuando el solo tenia siete anos -ella apreto los dientes cuando el familiar dolor la lacero-. El tambien pensaba que tenia un futuro y en un parpadeo este se habia ido. Asi como mi madre y mi padre…

Su dolor lo alcanzo. Esto era algo que el podia narrar. Pero lo que le sorprendia era la pequena punzada en su interior. Una parte que realmente… no, eso no era carino. No era capaz de eso. Eso era…

No podia localizarlo.

– ?Que sucedio? -le pregunto el.

Ella mantuvo su mano en alto.

– Se que fui yo quien saco esto, pero realmente no puedo hablar de ello ahora mismo, ?vale? Solo porque ha sucedido hace mucho tiempo, no quiere decir que todavia no duela. Hay algunas heridas que el tiempo no puede entumecer.

– Entonces me entiendes.

Simone fruncio el ceno ante esa simple declaracion de el cuando se dio cuenta de que realmente lo hacia. No importaba cuantos anos habian pasado, la agonia de sus muertes estaba todavia cruda y fresca.

– Sip. Supongo que lo hago. Y si las tuyas son incluso una miseria de las mias, entonces realmente lo siento.

Xypher aparto la mirada cuando esas palabras tocaron una parte de el que no habia sido tocada en siglos. El ni siquiera sabia por que. Era igual que si hubieran tenido una conexion a partir de su dolor.

– ?Te gusta el pescado?

El todavia no entendia como lo hacia ella. Una pregunta tan sencilla y todavia lo tocaba. Le hacia sentirse… no podia describirlo.

– No lo recuerdo. Realmente no he sido capaz de saborear comida en siglos.

Ella tendio su menu sobre la mesa.

– ?Que has estado comiendo mientras estas aqui?

– Cualquier cosa que pudiera encontrar.

El corazon de Simone se encogio ante sus palabras.

– Bueno pide el plato combinado y el de ostras. Entre los dos, encontraras algo sabroso.

Xypher no sabia que decir. La cotidiana parte de el era violenta, queria arremeter contra alguien, lastimar a todo el que estuviera a su alrededor, pero alli sentado de esta manera…

El estaba tranquilo y la tranquilidad era algo que no habia experimentado en tanto tiempo que habia olvidado como se sentia.

Echando un vistazo a lo lejos, el fue atormentado por los viejos recuerdos. Incluso antes de que le hubiesen extirpado sus emociones, habia estado enfadado y amargado. Arremetiendo contra todos a su alrededor. Habia crecido entre demonios Sumerios, no entre humanos o los dioses del Olimpo.

La gente de su madre habia sido dura e implacable. Y al principio, le habia dado la bienvenida a la maldicion de Zeus de no sentir nada.

Hasta Satara. Ella le habia mostrado otras cosas. Risa. Pasion. Por un momento, se habia enganado a si mismo de que la amaba.

En retrospectiva, era suficiente para hacerlo reir. ?Que hacia que el hijo de un demonio y la diosa de las pesadillas supieran acerca del amor? Sus propios padres habian sido incapaces de ello. El amor no estaba en sus genes.

Pero la venganza…

Eso era algo en lo que el podia hundir sus garras.

Una camarera se acerco, mirandolo como si pudiera sentir sus malevolos pensamientos. Ella volvio

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