Xypher vacilo. Era algo que se preguntaba. Pero no podia abandonarla. Era vulnerable y estaba sola, y habiendo estado el mismo asi, no se sentia con el valor suficiente como para abandonarla.

– Necesitas ayuda.

– Puedo arreglarmelas sola. Siempre lo hago.

– No tengo ninguna duda de que puedes. Pero me ayudaste cuando lo necesite. Te devuelvo el favor.

Simone apoyo la cabeza contra su hombro, realmente agradecida por el apoyo.

– Gracias, Xypher.

– No hay problema.

Ella le froto el brazo mientras el total de los acontecimientos del dia se desarrollaban en su mente.

– Puesto que ahora soy un demonio, ?esta Jaden por encima de mi?

– No. Siempre que poseas tu alma y no hagas un trueque con ella, nadie tiene poder sobre ti.

Se aparto para mirarlo.

– ?Y si alguien toma mi alma?

– Nadie puede tomar tu alma sin tu consentimiento. Las almas no funcionan de ese modo.

Se alegro de saberlo. Si ser un demonio era lo bastante espeluznante, la idea de perder el alma era aun mas aterradora. Dios, tenia tanto que aprender. Era como si naciera de nuevo. Habia tanto sobre si misma que no entendia.

Queria aprender la profundidad de sus poderes y que papel jugaba Jaden en el universo.

– Tengo una pregunta… Si Jaden es tan poderoso, ?no podrias hacer un trato con el para matar a Satara?

Xypher le aparto el pelo de la cara.

– Jaden no funciona de esa manera. No tomara parte activa en nada. Mas bien, proporciona los medios para que cada uno de nosotros realicemos nuestros deseos. Si necesitas mas poder, lo encuentra. Si buscas un amuleto o un artefacto, entonces lo llamas. Como el mismo diria, es un medio para un fin, no un perro faldero.

– Entonces, ?por que no le has hecho abrir uno de los portales para ella?

– Se nego cuando se lo pedi.

– ?Se nego? ?Por que?

– Puesto que Kalosis esta controlado por la diosa Apollymi, supongo que sus poderes no funcionarian alli. Pero no lo se. Podria ser algo tan simple como que no le gusto lo que yo iba a canjear. Jaden puede ser muy caprichoso a veces.

– No me parece justo.

– Dimelo a mi. -Miro alrededor-. Ahora, no se tu, pero yo estoy hambriento.

Ella sonrio.

– Famelica. -De repente esa sonrisa se desvanecio-. No voy a beber sangre ahora, ?verdad?

– Espero que no. Si es asi, vamos a tener que aprender a sangrar a Jesse.

Jaden destello detras del arbol donde habia sido convocado inicialmente. Como pensaba, Kaiaphas lo esperaba.

– Saludos, mi senor -dijo el demonio, inclinandose de modo respetuoso.

Jaden le elogiaria por saber cuando arrastrarse. Pero el elogio no salvaria su culo.

– Hoy atacaste a tu hermano en campo abierto.

– Mi ama lo exigio.

Jaden lanzo su mano e inmovilizo al bastardo despreciable contra el arbol.

– Y por hacerlo asi, deshiciste un trato que habia hecho. ?Sabes en lo que me convierte?

– No, mi senor.

– En un mentiroso. Y esa es una cosa que nunca he sido. -Jaden queria sangre por lo que habia pasado hoy. Palackas habia dado su vida en vano y esto habia llevado a Jaden a un nivel de cabreo con el que no le gustaba actuar.

Pero aquel no era el lugar para exigir satisfaccion sobre la muerte del demonio. Frustrado, libero a Kaiaphas y le dejo que se retorciera en el suelo.

– No quiero a tus virgenes. Puedes guardartelas.

– ?Que entonces, mi senor? Nombrame tu precio y te lo entregare.

– Hay un Dimme en esta ciudad. Traeme su corazon.

– ?Eso es todo?

– Confia en mi, es bastante.

Kaiaphas parpadeo cuando Jaden desaparecio de su vista…

Un Dimme. Era mas facil decirlo que hacerlo. Primero, eran brutales y se rumoreaba que eran invencibles. No estaba seguro de si tenia incluso los poderes para mirar a uno.

Lamiendose los labios, recordo su lucha del dia anterior. La mujer…

Su sangre habia mantenido al Dimme en su interior. Estaba seguro.

Quizas si entregaba su corazon a Jaden, seria suficiente. Despues de todo, ?no era un Dimme tan bueno como otro?

Chasqueando los dedos, volvio a Kalosis para preparar una incursion en su proximo ataque. Simone era medico forense…

Sonriendo, penso en la manera de sacarla definitivamente de su casa.

CAPITULO 12

Simone estaba todavia tratando de orientarse mientras volvia a su dormitorio, pero era dificil. Todo parecia tan amplificado ahora. Cada ruido perforaba su oido. Las luces eran increiblemente brillantes, y podia oir el latido del corazon de Xypher compitiendo con el suyo. Era todo muy desconcertante.

Xypher estaba a su lado, y la estaba sujetando. Necesitaba su fuerte brazo para sostenerse. Pero el olor de su piel era obsesivo. Tambien la hacia sentir hambrienta de su sabor, de una manera en la que nunca habia querido a un hombre antes. Era casi como si fuera otra parte de ella. Una que era mas valiente, mas seductora…

Mas hambrienta.

– ?Simone!

Alzo la mirada mientras Jessi venia corriendo a la habitacion a traves de la pared.

– ?Estas levantada! ?Estas levantada! -Corrio hacia ella como un exuberante perrito.

En el pasado cuando solia hacer eso, corria a traves de ella. Hoy, golpeo contra ella tan fuerte que Simone tropezo.

– ?Que…?

Xypher le echo una mirada entre mitad divertida, mitad diabolica.

– Puntos extra para tus nuevos poderes. Ahora puedes darle una bofetada cuando te ponga de los nervios.

– ?Puedo tocar a Jesse? -Respiro las palabras, tratando de entenderlas completamente.

Girandose, se encontro con la mirada sorprendida de Jesse. En todos esos dias, nunca habian sido capaces de tocarse. La mano le temblaba, la levanto para colocar los dedos contra su frio cuello.

Era solido.

Jesse era real para ella. Podia tocarle…

Lagrimas inundaron los ojos de Jesse mientras posaba su mano sobre la de ella. Sollozando mientras las emociones la abrumaban, Simone le empujo a sus brazos y le sostuvo cerca.

– ?Puedo tocarte!

Xypher cruzo los brazos sobre el pecho mientras la emocion perforaba su corazon como un cuchillo. No tenia razones para estar celoso de un chico fantasma punk y del modo en que ella le tocaba…

Queria arrancarle la cabeza a Jesse.

– Desearia haber podido tocarte asi cuando eras pequena, -suspiro Jess-. Todas esas veces que llorabas, todo lo que podia hacer era mirar y tratar de animarte haciendo muecas.

– Lo se, Jesse. Lo se.

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