pesado hacia adelante con su fuerza de manera que la cosa colgada se angulara.
No podia verle la cara, pero tenia que ser atractivo. Su pelo cortado al ras era de color cafe, y llevaba puesto un sueter de cuello vuelto negro muy ajustado y un par de pantalones negros de nailon amplios de entrenamiento. Una pistolera cruzaba su ancha espalda.
La puerta hizo un clic cuando se cerro detras de ella.
Con un golpe de su brazo, el varon saco de repente una daga y la enterro en el saco. El abrio de un tiron la cosa, la arena y el relleno caian rapidamente sobre la alfombrilla. Y luego se dio la vuelta.
Bella puso una mano sobre su boca. Su cara estaba llena de cicatrices, como si alguien hubiera tratado de cortarla por la mitad con un cuchillo. La gruesa linea se iniciaba en su frente, bajaba por el puente de la nariz, y se curvaba sobre su mejilla. Acababa al lado de su boca, deformando su labio superior.
Los ojos estrechos, negros y frios como la noche, la acogieron y luego se ensancharon muy ligeramente. El parecio desconcertado, su gran cuerpo inmovil excepto por las respiraciones profundas que hacia.
El varon la queria, penso ella y estaba inseguro sobre que hacer con ello.
Excepto que, la incerteza y la extrana confusion fueron enterradas. Lo que tomo su lugar fue una colera helada que la asusto como el mismo infierno. Manteniendo sus ojos sobre el, ella se echo hacia atras hacia la puerta y apreto la barra de apertura. Cuando no llego a ninguna parte, tuvo el presentimiento que estaba atrapada.
El varon miro su lucha durante un momento y luego fue tras ella. Mientras atravesaba las alfombrillas, lanzaba su daga al aire y la atrapaba por el mango. Lanzandola hacia arriba, volviendola a coger. Arriba y abajo.
– No se lo que estas haciendo aqui. -Dijo el voz baja.-Aparte de joderme el entrenamiento.
Cuando sus ojos pasaron sobre su cara y su cuerpo, su hostilidad fue palpable, pero el tambien eliminaba un crudo calor, una especie de amenaza sexual por la que ella realmente no deberia haberse sentido cautivada.
– Lo siento. No sabia…
– ?No sabias que, mujer?
Dios mio, el estaba tan cerca ahora. Y el era mas grande que ella.
Ella se apreto contra de la puerta. -Lo siento…
El varon apoyo sus manos en el metal a cada lado de su cabeza. Ella vio el cuchillo que el mantenia, pero luego olvido todo sobre el arma cuando se apoyo en ella. El se detuvo justo antes de que sus cuerpos se tocaran.
Bella hizo una profunda espiracion, oliendolo. Su perfume era mas como un fuego en su nariz que cualquier otra cosa que ella pudiera identificar. Y ella le respondio, el calor, el deseo.
– Tu lo sientes. -Dijo el, colocando su cabeza a su lado y concentrandose en su cuello. Cuando el sonrio, sus colmillos eran largos y muy blanco. -Si, apuesto a que si.
– De verdad que lo siento.
– Demuestramelo.
– ?Como? Ella susurro.
– Ponte sobre tus manos y tus rodillas. Tomare tu disculpa asi.
Una puerta al otro lado del gimnasio se abrio de golpe.
– ?Oh Cristo!… ?Dejala ir! -Otro varon, con una larga cabellera, corrio a traves del vasto suelo. -Manos fuera, Z. Ahora mismo.
El varon de las cicatrices se apoyo en ella, poniendo su deformada boca cerca de su oido. Algo presiono sobre su esternon, sobre su corazon. La punta de un dedo.
– Te han salvado, mujer.
El dio un paso alrededor de ella y fue hacia la puerta, justo cuando el otro varon llego hasta ella.
– ?Estas bien?
Bella miro la diezmada bolsa perforada. A ella le parecia que no podia respirar, aunque no sabia si era de miedo o era algo enteramente sexual, no estaba segura. Probablemente una combinacion de ambos.
– Si, creo que si. ?Quien era?
El varon abrio la puerta y la llevo de regreso al cuarto de interrogacion sin contestar a su pregunta. -Hazte un favor y espera aqui, ?okay?
Un sano consejo, penso ella, cuando se quedo sola.
Capitulo 10
Rhage se desperto bruscamente. Cuando miro el reloj en su mesita de noche, se puso nervioso cuando pudo enfocar sus ojos y pudo leer algo. Entonces sintio fastidio cuando vio la hora que era.
?Donde diablos estaba Tohr? El se habia comprometido a llamarlo tan pronto como hubiese terminado con la hembra humana, pero eso habia sido hacia mas de seis horas.
Rhage trato de coger el telefono y marcar el numero del movil de Tohr. Cuando le contesto el buzon de correo, maldijo y colgo el telefono.
Cuando salio de la cama, se desperezo cuidadosamente. Estaba dolorido y enfermo del estomago, pero era capaz de moverse mucho mejor. Una ducha rapida y un set fresco de cueros hicieron que se sintiera como si fuera el mismo, y se dirigio hacia el estudio de Wrath. El amanecer llegaria pronto, y si Tohr no contestaba a su telefono, entonces debia de estar haciendo alguna transmision para el rey antes de volver a casa.
Las dobles puertas de la habitacion estaban abiertas, y mira por donde, Thorment caminaba por la alfombra Aubusson, paseando mientras hablaba con Warth.
– Te estaba buscando.- Rhage hablo arrastrado las palabras.
Tohr lo miro por encima. -Iba a ir a tu habitacion despues.
– Seguro que ibas a ir. ?Que estas haciendo, Wrath?
El Rey Ciego sonrio. -Estoy contento de ver que has vuelto a tu forma de combate, Hollywood.
– Oh, estoy preparado, todo correcto. – Rhage clavo los ojos en Tohr. -?Tienes algo que decirme?
– No realmente.
– ?Me estas diciendo que no sabes donde vive la humana?
– No se si necesitas verla, ?que pasa con ello?
Warth se apoyo hacia atras en su silla, poniendo sus pies sobre el escritorio. Sus enormes botas militares hacian que el delicado objeto pareciera un escabel.
El sonrio. -?Alguna de vosotros quiere sacar algo a colacion?
– Discutimos sobre algo privado.- Murmuro Rhage. -Nada en particular.
– Un infierno que lo es.-Tohr recurrio a Wrath. -Nuestro muchacho aqui presente parece querer llegar a conocer mejor a la traductora del nino.
Warth sacudio su cabeza. -Oh, no, no lo hagas, Hollywood. Acuestate con otra mujer. Dios sabe que, hay suficientes de ellas para ti alli fuera.- El inclino la cabeza hacia Tohr. -Como decia, no tengo objeciones a que el nino se una a la primera clase de aprendices, a condicion de que verifiques sus antecedentes. Y la humana debe ser comprobada, tambien. Si el nino desaparece de repente, entonces no quiero ser la causa del problema.
– Me encargare de ella.-Dijo Rhage. Cuando ambos lo miraron, el se encogio de hombros. -O me dejais o seguire a quien lo haga. En uno u otro caso, encontrare a esa mujer.
La frente de Tohr se convirtio en un campo arado. -?Te volveras atras, mi hermano? Suponiendo que el nino viniera aqui, hay una conexion demasiado cercana con esa humana. Dejalo estar.
– Lo siento. La quiero.
– Cristo. Puedes ser un verdadero dolor de culo, ?sabes? No controlas tus impulsos, pero mantienes un solo proposito. Menuda combinacion.
– Mira, en cualquier caso voy a tenerla. Ahora, ?quieres que la compruebe mientras lo hago o no?
Cuando Tohr se froto los ojos, y Wrath maldijo, Rhage supo que habia ganado.
– Bien. -Tohr mascullo. -Busca sus antecedentes y su conexion con el nino y luego haz lo que sea con ella. Pero cuando acabes, borra su memoria y no la veas otra vez. ?Me has oido? La limpias cuando hayas acabado y no la ves otra vez.
– De acuerdo.
Tohr abrio su telefono movil y apreto algunas teclas. -Te envio un mensaje de texto con el numero de la humana para ti.