– Bien. Saca tu mano de mi garganta y dejame ir o yo voy a darte con la rodilla donde cuenta.
El se rio. Luego hundio su cuerpo inferior sobre ella, atrapandola con sus muslos y sus caderas. Ella se quedo rigida contra el, pero el obtuvo una abundante percepcion suya. Tenia la constitucion delgada, sin embargo no habia duda de que era una mujer. Sus pechos golpean su pecho, sus caderas servian de almohada para las de el, su estomago era suave.
– Sigue hablando.-Dijo el contra su oido. Dios mio, ella olio muy bien. Limpio. Fresco. Como el limon.
Cuando ella empujo contra el, el recosto totalmente contra ella. Su respiracion se acelero.
– Por favor. -Murmuro el.
Su pecho se movio contra el de el cuando inspiro. -Yo… er, no tengo nada para decir. Excepto apartate de mi.
El sonrio, cuidadoso en mantener la boca cerrada. No hubo sentido de alardear de sus colmillos, especialmente si ella no sabia lo que era.
– Entonces di eso.
– ?Que?
– Nada. Di nada. Otra y otra y otra vez. Hazlo.
Ella se encolerizo, el perfume del miedo se cambio por una especia afilada, un acre de menta fresca en el jardin. Ella estaba molesta ahora.
– Dilo.- Le ordeno el, necesitando sentir mas de lo que ella le hacia a el.
– Bien. Nada. Nada.-Abruptamente ella se rio, y el estrecho disparo lo atraveso directamente por su columna vertebral, quemandolo. -Nada, nada. Naaada. Naaada. Naaaaaaaada. -?Esta lo suficientemente bien para ti? ?Me dejaras marchar ahora?
– No.
Ella peleo contra el otra vez, creando una friccion deliciosa entre sus cuerpos. Y el supo el momento en que su ansiedad y su irritacion se convirtieron en algo caliente. El olio su excitacion, un precioso dulce en el aire, y su cuerpo contesto a su llamada.
El se puso duro como un diamante.
– Hablame Mary. – El movio sus caderas en un lento circulo contra ella, frotando su ereccion sobre su abdomen, aumentando su dolor y su temperatura.
Despues de un momento la tension de ella disminuyo, suavizandola en contra del empuje de sus musculos y su excitacion. Sus manos aplastadas en su cintura. Y luego lentamente deslizandose aproximandose a su espalda, como si estuviera insegura de la forma en que iba a responderle.
El se arqueo contra ella, para exteriorizar su aprobacion y animarla a que lo tocara. Cuando sus palmas subieron por su columna vertebral, el se expreso con un bajo grunido en su garganta y dejo caer su cabeza de tal manera que su oido estuviera mas cerca de su boca. El queria darle otra palabra para que dijera, algo apetitoso o un susurro o una fresa.
Infiernos, podria juntarlo.
El efecto que ella tuvo sobre el era como una droga, una combinacion tentadora de necesidad sexual y desahogo profundo. Como si estuviese teniendo un orgasmo y cayese en un sueno tranquilo al mismo tiempo. No era como nada de lo que el hubiese sentido antes.
Un escalofrio paso como un relampago por el, absorbiendo el calor de su cuerpo.
Echo su cabeza hacia atras cuando recordo lo que Vishous le habia dicho.
– ?Eres virgen? -El exigio Rhage.
Volvio la rigidez de su cuerpo, como si fuera cemento. Ella intento apartarlo con un duro empujon, no moviendolo ni una pulgada.
– Perdona. ?Que el tipo de pregunta es esa?
La ansiedad hizo que apretara la mano de su hombro. -?Alguna vez has sido tomada por un macho? Contesta a la pregunta.
Su preciosa voz se elevo, asustada. -Si. Si, he tenido a… un amante.
La desilusion aflojo su apreton. Pero el alivio lo puso sobre sus talones.
Tomando todo en consideracion, no estaba seguro de necesitar responsabilizarse por su destino en estos diez minutos.
Ademas, aun si ella no era su destino, esta hembra humana era extraordinaria… algo especial.
Tenia que hacer algo.
Mary inspiro profundamente cuando la presion en su garganta disminuyo de intensidad.
Hay que ser cuidadosa con lo que se pide, penso ella, recordando como habia querido que un hombre se sintiera cautivado por ella.
Dios mio, esto no era como la experiencia que ella queria. Estaba completamente abrumada. Por cuerpo masculino presionando el de ella. Por la promesa de tener sexo con el. Por el poder letal que esgrimia si pensaba apretar su cuello otra vez.
– Dime donde vives. -Dijo el hombre.
Cuando ella no contesto, ondulo sus caderas, esa ereccion maciza moviendose, dando vueltas, presionando en su abdomen.
Mary cerro los ojos. E intentando no preguntarse sobre la impresion que tendria si el estuviera en su interior un rato haciendole eso.
Su cabeza bajo y sus labios acariciaron el lado de su cuello. Acariciandola con la nariz.- ?Donde vives?
Ella sintio un golpe suave, humedo. Dios, su lengua. Subiendo por su garganta.
– Finalmente vas a decirmelo.- Murmuro el. -Pero tomate tu tiempo. Ahora mismo no tengo mucha prisa.
Sus caderas la dejaron brevemente, regresando con su muslo empujado entre sus piernas y acariciandole el centro. La mano en la base de su cuello barrio totalmente hacia su esternon, deteniendose finalmente entre sus pechos.
– Tu corazon palpita rapidamente, Mary.
– Eeeeso es por que tengo miedo.
– El miedo no es lo unico que sientes. ?Por que no compruebas con tus manos lo que aumentas?
Dilo. Estaban levantadas sobre sus biceps. Y los agarraban, acercandolo mas. Sus unas clavandose en su piel.
Cuando ella lo solto, el fruncio el ceno. -Me gusta lo que percibo. No te detengas.
La puerta se abrio detras de ellos.
– ?Mary? Estas okey… Oh… Dios mio.- Las palabras de Bella se desvanecieron.
Mary se preparo sicologicamente cuando el hombre giro su torso y mirado a Bella. Sus ojos la miraron de reojo, atisbandola de arriba a abajo y luego regresaron a Mary.
– Tu amiga esta preocupada por ti. -Dijo el suavemente. -Puedes decirle que no deberia.
Mary trato de soltarse y no se sorprendio cuando el domino con maestria sus abruptos movimientos facilmente.
– Tengo una idea. – Mascullo ella. -?Por que no me dejas marchar, y asi no tendre que reconfortarla?
Una seca voz masculina atraveso el vestibulo. – Rhage, la mujer no ha venido aqui para tu placer, y este no es el One Eye, mi hermano. Nada de sexo en el vestibulo.
Mary trato de girar la cabeza, pero la mano entre sus pechos se deslizo hacia su garganta y tomo su barbilla, sujetandola. Sus ojos azules taladrandola.
– Vamos a ignorarlos a ambos. Si tu haces lo mismo, entonces los podemos hacer desaparecer.
– Rhage, dejala ir.- Un torrente afilado de palabras le siguio hablado en un lenguaje que ella no entendio.
Mientras la acalorada perorata continuo, la brillante mirada del rubio se mantuvo en ella, su controlado pulgar hacia a delante y hacia atras a lo largo de su mandibula. El fue perezoso, carinoso, pero cuando contestaba al otro hombre, su voz era dura y agresiva, como su poderoso cuerpo. Otra serie de palabras volvieron de nuevo, esta vez menos combativas. Como si el otro tipo tratara de razonar con el.
Bruscamente el rubio la dejo marchar y se distancio. La ausencia de su cuerpo caliente, fue como un curioso golpe pesado.
– Te vere mas tarde, Mary. El acaricio su mejilla con su dedo indice y luego se aparto de ella.
Sintio como se le debilitaban las rodillas, se apoyo contra la pared cuando la solto, estabilizandose poniendo un brazo a su lado.