viejo edificio. Quien lo iba a decir, nunca sabes sobre tus vecinos.

– Registrare el apartamento.- Dijo Tohr.

Cuando Butch le lanzo la cartera, los hermanos se levantaron, preparados para salir.

Tohr hablo antes de que nadie saliera. -Hay otra cosa. Esta noche he recibido una llamada. Una mujer civil encontro a un joven varon de los nuestros. Su nombre es Tehrror. Le dije que lo trajera al centro de entrenamiento manana por la noche.

– Interesante. -Dijo Warth.

– El no habla, y su traductora vendra con el. Es una humana, a proposito. -Tohr sonrio y se metio la cartera del lesser en el bolsillo de atras de sus pantalones de cuero. -Pero no te preocupes. Borraremos su memoria.

Cuando el Sr. X abrio la puerta principal de su cabana, su humor no habia mejorado su afecto por el Sr. O. El lesser del otro lado se veia firme, imperturbable. La humildad lo habria llevado mas alla, pero cualquier forma de debilidad o sumision no estaba en la naturaleza del hombre. Aun.

El Sr. X le hizo senas a su subordinado. -Sabes algo, esta cosa de confesion-de-fracaso que continuamos teniendo no funciona para mi. Y deberia haber sabido que no debia confiar en ti. ?Vas a explicarme por que mataste a tu escuadron?

El Sr. O se giro. -?Perdon?

– No trate de esconderse detras de mentiras, es molesto – El Sr. X cerro la puerta.

– No los mate.

– ?Pero una criatura lo hizo? Por favor, Sr. O. Al menos podria ser mas original. Mejor aun, echele la culpa a La Hermandad. Eso seria mas plausible.

El Sr. X atraveso andando el cuarto principal de la cabana, quedandose callado mientras su subordinado se recomponia y preparaba. Tranquilamente comprobo su ordenador portatil y luego recorrio con la mirada el local privado. El lugar era rustico, con escaso mobiliario, los alrededor de 4 km2 que lo rodeaban eran un buen amortiguador. El inodoro no funcionaba, pero los lessers no comian, ese tipo de facilidad era innecesaria. Sin embargo, la ducha funcionaba a pedir de boca.

Y hasta que quedaran de acuerdo en otro centro de reclutamiento, este humilde puesto avanzado era el cuartel general de la sociedad.

– Le dije exactamente lo que vi.-Le dijo el Sr. O, rompiendo el fuerte silencio. -?Por que mentiria?

– El por que es irrelevante para mi.- El Sr. X casualmente abrio la puerta que iba hacia el dormitorio. Los goznes rechinaron. -Deberias saber que envie a un escuadron a la escena mientras venias en coche hacia aqui. Dijeron que alli no habia nada mas que los cuerpos, de manera que asumo que los apunalo en un gran desconocimiento. Y confirmaron que habia habido una pelea infernal, un monton de sangre. Puedo imaginar como su escuadron peleo contra usted. Ha debido sentirse espectacular por la victoria.

– ?Si los hubiera matado asi, por que mis ropas en su mayor parte estan limpias?

– Se las cambio antes de venir aqui. Usted no es estupido. – El Sr. X se posiciono en el portal del dormitorio. - Entonces donde nos encontramos, Sr. O. Es un dolor en el culo, y la pregunta que necesito hacerme es si usted vale todo esta miserable provocacion. Eran Principales los que mato alli. Lessers con mucha experiencia. Sabe como…

– No los mate…

El Sr. X dio dos pasos hacia adelante y el Sr. O. le dio un golpe noqueador en la mandibula. El otro hombre cayo al piso.

El Sr. X puso su bota sobre la cara del Sr. O, inmovilizandole. -Vamos a dejarlo asi ?vale? Lo que yo decia era: ?tiene usted la menor idea de cuanto tiempo se necesita para hacer un Principal? Decadas, siglos. Usted arraso con tres de ellos en una noche. Que eran un total de cuatro, contando con el Sr. M, a quien corto en rodajas sin mi permiso. Y tambien estan los Betas que mato violentamente esta noche.

El Sr. O escupia locamente, sus ojos mirando fijamente hacia las exclusivas Timberland. El Sr. X apoyo su pie hasta que las botas hicieron mas presion.

– Entonces, otra vez, tengo que preguntarme, ?usted vale la pena? Solo hace tres anos que esta en la sociedad. Usted es fuerte, es efectivo, pero resulta imposible de controlar. Le puse con los Principales por que asumi que usted seria super!! Al igual que su excelente nivel y su caracter. En lugar de eso, usted los mato.

El Sr. X sintio que la sangre se le levantaba y se recordo a si mismo que la colera no era apropiada para un lider. Calma, la dominacion sensata funcionaba mejor el respiro profundamente antes de hablar otra vez.

– Usted elimino algunos de nuestros mejores activos esta noche. Y esto ha de parar, Sr. O. Ahora mismo.

El Sr. X levanto su bota. El otro lesser inmediatamente se levanto del suelo.

Cuando el Sr. O estaba a punto de hablar, algo raro, un discordante sonido atraveso la noche. El miro hacia el sonido.

El Sr. X sonrio. -Ahora si no le importa, metase en que el dormitorio.

El Sr. O se puso en una postura de ataque. -?Que es eso?

– Es la hora para modificar un poco su comportamiento. Un poco de castigo, tambien. Asi es que metase en el dormitorio.

En estos momentos el sonido era tan fuerte que era mas que una vibracion del aire que algo que sus oidos podian registrar.

El Sr. O grito. -Le dije la verdad.

– Al dormitorio. El tiempo para hablar ha pasado.- El Sr. X miro por encima de su hombro, rumbo al zumbido. -Oh, por todos los santos.

Congelo los grandes musculos del cuerpo del lesser y manipulo al Sr. O hacia el otro cuarto, empujandolo hacia la cama.

La puerta principal exploto abriendose de par en par.

Los ojos del Dr. O se le salieron de las orbitas cuando vio a Omega. -Oh… Dios… no.

El Sr. X puso en orden las ropas del hombre, enderezando la chaqueta y la camisa. Por anadidura, aliso todo ese cabello oscuro y beso la frente del Sr. O, como si el fuera un nino.

– Si me excusa.- Murmuro entonces el Sr. X.-Voy a dejarlos solos.

El Sr. X salio por la puerta trasera de la cabana. Justo cuando entraba en el coche, comenzaron los gritos.

Capitulo 8

– Ah, Bella, creo que nuestro trasporte esta aqui.- Mary dejo que la cortina volviera a caer en su lugar. – Eso o un dictador de tercer mundo se ha perdido en Caldwell.

John se dirigio hacia la ventana. Wow, el hizo signos. Mirad ese Mercedes. Esas ventanas oscuras parecen antibalas.

Lo tres dejaron la casa de Bella y caminaron hacia el sedan. Un pequeno anciano, vestido con una librea negra, salio del lado del conductor y fue a saludarlos. Incongruentemente, el era un tipo alegre, todo sonrisas. Con la piel suelta en su cara, sus lobulos largos, y esos pomulos, miraba de manera tierna, aunque su felicidad radiante sugeria que la desintegracion era una buena condicion en la que estar.

– Soy Fritz. -Dijo el, doblandose profundamente. -Por favor permitanme conducirles.

El abrio la puerta trasera y Bella se deslizo adentro la primera. John fue despues, y cuando Mary estuvo tranquilamente contra el asiento, Fritz cerro la puerta. Un segundo mas tarde estaban en el camino.

Cuando el Mercedes se deslizo hacia adelante, Mary trato de ver donde iban, pero las ventanas era demasiado oscuras. Pensaba que iban hacia norte ?Pero quien sabia?

– ?Donde es este lugar, Bella? -Pregunto ella.

– No esta lejos.- Pero la mujer no sonaba con todo confiada, de hecho habia tenido los nervios de punta desde que Mary y John habian aparecido.

– ?Sabes a donde nos llevan?

– Oh, Claro.-La mujer sonrio y miro a John. -Vamos a encontrarnos con algunos de los varones mas asombrosos que nunca has visto.

Los instintos de Mary golpearon su pecho, enviando todo genero de senales que se pisaban cuidadosamente. Dios mio, ella deseo haber cogido su coche.

Вы читаете Amante Eterno
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату