Rhage cerro sus ojos y sintonizo fuera del ruido de fondo de modo que pudo absorber el sonido de su voz. Su cuerpo revuelto y calmado, se tenso un poco.

Y luego se dio cuenta de lo que le habia dicho.

– ?Por que vamos a mentir? Vamos a cenar juntos.

Sus labios se apretaron, pero al menos ahora ella dejo de escapar.

Cuando estuvo seguro de que no iba a escaparse, el se sento y trato de colocar sus piernas bajo la mesa. Cuando ella le miro, puso sus rodillas a su alrededor.

Dios querido. Sus ojos no hacian juego con el deje tierno de su voz. Pertenecian a un guerrero.

De un gris metalizado, rodeados por pestanas del color de su cabello, eran graves, serios, le recordaban a los hombres que habian luchado y habian sobrevivido a la batalla. Eran asombrosamente hermosos en su fuerza.

Su voz temblaba. -Soy 50 (en slang, policia) voy a…tener que cenar contigo.

Esos ojos llamearon y luego se estrecharon. -?Siempre has trabajado para la caridad?

– ?Perdona?

Una camarera llego y lentamente bajo un vaso de agua delante de el. El podia oler la respuesta lujuriosa de la mujer en su cara y su cuerpo y eso le molestaba.

– Hola, soy Amber. -Dijo ella. -?Que puedo traeros para beber?

– El agua esta bien. Mary, ?quieres alguna otra cosa?

– No, gracias.

La camarera dio un paso acercandose mas a el. ?Puedo deciros nuestros especiales?

– De acuerdo.

Como la lista siguio sin parar, Rhage no aparto la vista de Mary. Ella le ocultaba los ojos, maldita fuera.

La camarera se aclaro la voz. Un par de veces. -?Esta seguro de que no quiere una cerveza? ?O tal vez algo con un poco mas fuerte? ?Que tal un trago…?

– Estamos bien, y puede volver mas tarde para el pedido. Gracias.

Amber cogio la indirecta.

Cuando estuvieron solos, Mary dijo. -Realmente, permiteme solo acabar…

– ?Te he dado yo algun indicio de que no quiera comer contigo?

Ella puso una mano sobre el menu que habia delante de ella, trazando la imagen de un plato de costillas. Abruptamente ella aparto la cosa con fuerza. -Continuas mirandome fijamente.

– Los hombres lo hacen… Cuando encuentran a una mujer que quieren, anadio para si mismo.

– Bravo, pues bien, a mi no me lo hacen. -Puedo imaginar seriamente lo anonadado que estas, pero no necesito que te concentres tu atencion en los detalles, ?Sabes lo que significa? Y realmente no tengo interes en resistir una hora por el equipo.

Dios, esa voz. Ella lo estaba haciendo otra vez, su piel sintio una llamarada con escalofrios y luego se asento, aflojandose. Respiro profundamente, tratando de coger una parte de su perfume natural, limon.

Cuando el silencio se introdujo entre ellos, el empujo el menu de vuelta a ella.-Decide lo que vas a pedir, a menos que solo quieras sentarte ahi mientras como.

– Puedo marcharme en cualquier momento si quiero.

– Es verdad. Pero no quieres.

– Oh, ?Y por que eso? – Sus ojos brillaban intermitentemente, y su cuerpo se ilumino como un estadio de futbol.

– No voy a concedertelo porque te gusta Bella demasiado como para hacerle pasar verguenza abandonandome. Y a diferencia de ti, le dire que huiste de mi.

Mary fruncio el ceno. -?Chantaje?

– Persuasion.

Ella lentamente abrio el menu y lo recorrio con la mirada.-Todavia me estas mirando.

– Lo se.

– ?Podrias mirar a alguna otra parte? El menu, aquella morena a traves del pasillo. Hay unos reservados con dos rubias mas atras, en caso de que no te hayas dado cuenta.

– ?Alguna vez te perfumas?

Sus ojos se alzaron hasta los de el. -No, no lo hago.

– ?Puedo? -El inclino la cabeza hacia sus manos.

– ?Perdon?

El no le podria decir que queria oler su piel mas de cerca. -Considerando que comeremos y demas, seria mas civico saludarnos con las manos, ?verdad? Aun cuando me la retiraste cuando trate de ser educado, estoy dispuesto a darte otra oportunidad.

Cuando ella no contesto, el la alcanzo a traves de la mesa y tomo su mano entre las suyas. Antes de que ella pudiera reaccionar, atrajo su brazo hacia adelante, se inclino, y presiono sus labios sobre sus nudillos. El aspiro profundamente.

La respuesta de su cuerpo por su perfume fue inmediata. Su ereccion golpeo la bragueta de sus cueros, estirando, empujando. Cambio de posicion para hacer mas espacio en sus pantalones.

Dios mio, el no podria esperar para tenerla en casa a solas.

Capitulo 12

Mary dejo de respirar cuando Hal le solto la mano. Tal vez estaba sonando. Si, tenia que ser eso. El era demasiado magnifico. Demasiado sexy. Y se concentraba demasiado en ella para ser real.

La camarera volvio, acercandose a Hal tanto que en realidad podria estar en su regazo. Y como no podia ser, la mujer se habia renovado el carmin. Aquella boca parecia que habia tenido un cambio con el aceite con algo llamado Fresh Pink. O Curious Coral. O algo igualmente ridiculo.

Mary movio la cabeza, sorprendida de haber sido tan maliciosa.

– ?Que va a ser? -La camarera le pregunto a Hal.

El la miro a traves de la mesa y levanto una ceja. Mary sacudio su cabeza y comenzo a hojear el menu.

– Bien, veamos que tenemos aqui. -Dijo el, abriendo el suyo.- Va a ser el Pollo Alfredo. La carne NY, poco hecha. Y una hamburguesa con queso, tambien poco hecha. Doble de papas fritas. Y algunos nachos. Si, quiero nachos con todo ello. Doble de eso tambien. ?Puedes?

Mary solo podia mirarlo fijamente cuando el cerro el menu y espero.

La camarera lo miro con un poco de incomodidad. -?Es todo lo que quieres para ti y tu hermana?

Como si la obligacion familiar fuera la unica razon de que un hombre como el estuviera con una mujer como ella. Oh, hombre…

– No, esto es para mi. Y ella es mi cita, no mi hermana. ?Mary?

– Yo…solo una ensalada Cesar, cuando – ?alimentando el comedero? -su comida llegue.

La camarera cogio los menus y se fue.

– Entonces, Mary, dime algo sobre ti.

– ?Por que no lo hacemos sobre ti?

– Por que entonces no podre oirte hablar.

Mary se puso rigida, algo burbujeaba bajo la superficie de su conciencia.

Conversacion. Quiero oir tu voz.

Di nada. Una y otra vez. Hazlo.

Podria haber jurado que este hombre le habia dicho esas cosas, pero ella no lo habia visto antes. Dios lo sabia, lo habria recordado.

– ?Que haces para ganarte la vida? – El la animo.

– Er…soy ayudante ejecutivo.

– ?Donde?

– En un despacho de abogados aqui en la ciudad.

– ?Pero haces algo mas, verdad?

Ella se pregunto cuanto le habia dicho Bella. Dios, esperaba que la mujer no le hubiera explicado lo de la

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