– Ella agito su mano. -No lo estoy.
– Si, lo estas. No te gusta la idea de cocinar para mi, ?verdad?
Su honestidad sin trabas la hizo pensar que podia decirle algo y le responderia con exactamente lo que pensaba y sentia. Bueno o malo.
– Hal, ?tienes algun tipo de filtro entre tu cabeza y tu boca?
– No realmente. -Termino el Alfredo y retiro el plato. El filete paso despues.- ?Y sobre tus padres?
Ella suspiro. -Mi madre murio hace aproximadamente cuatro anos. Mi padre fue asesinado cuando tenia dos anos, estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
El hizo una pasada. -Esto es duro. Perdiste a los dos.
– Si, asi fue.
– Yo tambien perdia a ambos. Pero al menos fue de vejez. ?Tienes hermanas? ?Hermanos?
– No. Solo eramos mi madre y yo. Y ahora solo yo.
Hubo un largo silencio. -?Entonces como conociste a John?
– John…oh, John Matthew? ?Bella te hablo sobre el?
– Algo por el estilo.
– No lo conozco muy bien. El entro en mi vida hace poco. Creo que es un nino especial, amable y creo que las cosas no han sido faciles para el.
– ?Conoces a sus padres?
– El me dijo que no tiene a ninguno.
– ?Sabes donde vive?
– Conozco la zona de la ciudad. No es muy buena.
– ?Quieres salvarlo, Mary?
Que pregunta tan extrana, penso ella.
– No creo que necesite que lo salven, pero me gustaria ser su amiga. Sinceramente, apenas lo conozco. El solo aparecio una noche en mi casa.
Hal asintio, como si ella le hubiera dado la respuesta que el queria.
– ?Cuando conociste a Bella? -pregunto ella.
– ?Te gusta tu ensalada?
Ella miro su plato. -No tengo hambre.
– ?Estas segura sobre ello?
– Si.
En cuanto termino su hamburguesa y la comida frita, el paso sobre el menu para coger la sal y la pimienta.
– ?Te gustaria mas un postre? -Pregunto el.
– No esta noche.
– Deberias comer mas.
– Almorce mucho.
– No, no lo hiciste.
Mary cruzo los brazos sobre su pecho. – ?Como lo sabes?
– Puedo sentir tu hambre.
Ella dejo de respirar. Dios, aquellos ojos brillaban otra vez. Tan azules, un color infinito, como el mar. Un oceano donde nadar. Ahogarse. Morir.
– ?Como sabes que estoy…hambrienta? -Dijo, sintiendo como si el mundo se escapara.
Su voz cayo hasta que fue casi un ronroneo. -?Tengo razon, verdad? ?Entonces por que te importa esto ahora?
Afortunadamente, la camarera volvio para recoger los platos y rompio el momento. Cuando Hal pidio una manzana crujiente, una especie de brownie y una taza de cafe, Mary sintio como si regresara al planeta.
– ?Cual es tu profesion?-Pregunto ella.
– Esto y aquello.
– ?Interpretando? ?Modelando?
El ser rio. -No. Puedo ser decorativo, pero prefiero ser util.
– ?Y como de util?
– Creo que podria decir que soy un soldado.
– ?Estas con los militares?
– Alguna cosa.
Bien, eso explicaria el aire mortal. La confianza fisica. Su agudeza visual.
– ?De que rama? -Marines, penso ella. O tal vez un SEAL. El era fuerza.
La cara de Hal se apreto. -Solo otro soldado.
Desde algun lugar, una nube de perfume invadio la nariz de Mary. Era la encargada que fue a limpiarles la mesa.
– ?Esta todo bien? -Mientras revisaba a Hal, practicamente podia oir el chisporroteo de la mujer.
– Bien, gracias. Dijo el.
– Bueno. -Ella resbalo algo sobre la mesa. Una servilleta. Con un numero y un nombre.
Cuando la mujer lo miro y paseo la mirada, Mary miro hacia abajo, hacia sus manos. Por el rabillo del ojo, observo su monedero.
Tiempo de marcharse, penso ella. Por algunas razones no queria mirar a Hal poner aquella servilleta en su bolsillo. Aunque el tuviera el derecho de hacerlo.
– Bien, esto ha sido…interesante. -Dijo ella. Recogio su bolso y arrastro los pies para salir del reservado.
– ?Por que te vas? -Su ceno fruncido lo hizo parecer un verdadero militar y alejandolo del atractivo material masculino.
La ansiedad titilo en su pecho. -Estoy cansada. Pero, gracias, Hal. Esto ha sido…Bien, gracias.
Cuando intento pasar por su lado, el cogio su mano, acariciando el interior de su muneca con el pulgar.- Quedate mientras me tomo el postre.
Ella miro su perfecta cara y sus amplios hombros. La morena del otro lado del pasillo se puso de pie y lo miro, llevaba una tarjeta de visita en la mano.
Mary, se inclino hacia el. -Estoy segura de que encontraras a muchas otras esperandote para tu compania. De hecho, hay alguien encabezando el camino ahora mismo. Te diria que buena suerte con ella, pero parece algo seguro.
Mary salio disparada hacia la salida. El aire frio y el silencio relativo fueron un alivio despues del apretujon de la gente, pero cuando se acerco a su coche, sintio misteriosamente que no estaba sola. Echo un vistazo sobre su hombro.
Hal estaba detras de ella, aun cuando lo habia dejado en el restaurante. Ella se giro, el corazon golpeaba sus costillas.
– ?Jesus! ?Que estas haciendo?
– Camino contigo hasta tu coche.
– Yo…ah. No te molestes.
– Demasiado tarde. Este Civic es tuyo, ?verdad?
– Como lo has hecho…
– Las luces brillaron intermitentemente cuando lo abriste.
Ella se alejo de el, pero cuando dio marcha atras, Hal avanzo. Cuando choco contra su coche, levanto sus manos.
– Para.
– No te asustes de mi.
– Entonces no me apretujes.
Ella se dio la vuelta alejandose de el y fue hacia la cerradura. Su mano salio disparada, sujetando la junta entre la ventana y el techo.
Si, ella iba a ponerse detras del volante. Cuando el la dejara
– ?Mary? -Su voz profunda aparecio al lado de su cabeza y ella salto.
Ella sintio su cruda seduccion y se imagino su cuerpo como una jaula cerrada a su alrededor. Con un