estar con los hermanos. Una noche la lleve al bosque y le mostre mis dagas y mis armas. Ella jugaba con mi rifle. Dios, puedo recordar la imagen del rifle en sus manos, era uno de aquellos flinlock que se hacian a principios de 1800.

?De 1800? Buen Dios ?Cuantos anos tenia? Mary se pregunto.

– De todas formas, se le cayo de las manos y escuche que algo golpeaba sobre el suelo. Era un buho. Uno de aquellos buhos blancos de granero tan graciosos. Todavia puedo ver la mancha roja de su sangre rezumando sobre sus plumas. Cuando recogi el pajaro y senti su ligero peso sobre mis manos, comprendi que el descuido era una forma de crueldad. Mira, yo siempre me decia que porque no queria hacer dano, nada de lo que pasara era culpa mia. En aquel momento, supe que estaba equivocado. Si no le hubiera mi arma a la mujer, al pajaro no le habria pegado un tiro. Yo era responsable aun cuando no aprete el gatillo.

Se aclaro la garganta. -El buho era una cosa inocente. Tan fragil y pequeno comparado conmigo que se desangro y murio. Me senti…desgraciado y pense en donde enterrarlo, cuando la Scribe Virgin llego. Estaba livida. Livida. Para empezar le gustan los pajaros y el buho de granero es un simbolo sagrado, pero desde luego la muerte era solo parte de ello. Tomo el cuerpo de mis manos y le devolvio la vida al pajaro, enviandolo hacia el cielo nocturno. El alivio que senti cuando aquel pajaro volo fue enorme. Senti como si la pizarra hubiera sido limpiada. Pero entonces la Scribe Virgin se giro hacia mi. Me maldijo y desde entonces, cuando me descontrolo, la bestia sale. Por una parte, es el castigo perfecto. Me ha ensenado a regular mi energia, mis caprichos. Me ha ensenado a respetar las consecuencias de todas mis acciones. Me ayuda a entender el poder de mi cuerpo de un modo que no lo hubiera tenido si no.

El se rio un poco. – La Scribe Virgin me odia, pero ella me hizo un favor infernal. Do todos modos…es horrible por ello. Mate un pajaro y consegui una bestia. Simple y complicado sucesivamente ?verdad?

El pecho de Rhage se amplio cuando hizo una gran respiracion. Ella podia sentir su remordimiento tan claramente como si fuera suyo propio.

– Sucesivamente. De verdad. -Murmuro ella, acariciandole el hombro.

– Las buenas noticias son que cuando hayan pasado noventa y un anos o asi, se habra terminado. – El fruncio el ceno, como si considerara la perspectiva.-la bestia desaparecera.

Gracioso, el se veia un poco preocupado.

– ?No lo echaras de menos, verdad? -Dijo ella.

– No. No, yo…Sera un alivio. De verdad.

Pero el ceno fruncido se quedo en su lugar.

Capitulo 48

Alrededor de las nueve de la manana de dia siguiente, Rhage se estiro en la cama y se sorprendio de como se sentia. Nunca se habia recuperado tan rapidamente antes y tenia el presentimiento de que era porque no habia luchado contra el cambio. Solo lo acompano.

Mary salio del cuarto de bano con una carga de toallas en sus brazos y se dirigio hacia el armario para dejarlas caer por el tobogan. Se veia cansada, triste. Lo cual tenia sentido. Habian pasado parte de la manana hablando de Bella y aunque el habia hecho todo lo posible por tranquilizarla, ambos sabian que la situacion no era buena.

Y luego habia otra razon para que estuviera preocupada.

– Quiero ir hoy al doctor contigo. Dijo el.

Ella regreso al cuarto. -Estas despierto.

– Si. Quiero ir contigo.

Mientras caminaba hacia el, tenia aquella mirada estricta, la que ponia siempre que iba a discutir.

Solto el arma de fuego sobre la objecion mas obvia. -Cambia la cita a la tarde. El sol bajara a las cinco treinta ahora.

– Rhage…

La ansiedad hizo que su voz sonara con fuerza. -Hazlo.

Ella puso las manos sobre sus caderas.-No aprecio que me empujes.

– Dejame decirtelo de otra manera. Cambia la cita, por favor. -Pero el no aligero el tono en lo mas minimo. Cuando le dieran las noticias, las que fueran, estaria a su lado.

Ella fue hasta el telefono, todo el tiempo maldiciendo bajo su aliento. Cuando colgo, se quedo sorprendida. – Ah, la Dra. Delia Croce me vera…a…las seis de esta tarde.

– Bueno. Y siento ser un bastardo. Solo quiero estar contigo cuando te lo digan. Tengo que ser parte de esto todo lo que pueda.

Ella movio la cabeza y se inclino para recoger una camisa del suelo.-Eres el gamberro mas dulce que nunca he conocido.

Cuando miro el movimiento de su cuerpo, sintio como se endurecia.

Dentro, la bestia tambien cambio, pero era muy curiosa la sensacion de tranquilidad. No era nada de la gran energia rapida, solo un lento calor, como si la criatura se pusiera contenta de compartir su cuerpo, no de tomarlo. Una comunion, no una dominacion.

Probablemente porque la cosa sabia que el unico modo de estar con Mary era a traves de Rhage.

Ella continuo moviendose alrededor de la habitacion, ordenandola. -?Que estas mirando?

– A ti.

Peinandose el pelo hacia atras, ella serio. -Asi que te ha vuelto la vista.

– Entre otras cosas. Ven aqui, Mary. Quiero besarte.

– Oh, claro. Compensa ser un bravucon ejercitandome con tu cuerpo.

– Usare cualquier activo que tenga.

Aparto las sabanas y el edredon y se paso la mano por pecho, sobre su estomago. Mas abajo. Sus ojos se ensancharon cuando se cogio la pesada ereccion con su palma. Mientras se acariciaba, el olor de su excitacion florecio como un ramo en el cuarto.

– Ven aqui, Mary. -El movio las caderas. -No estoy seguro de estar haciendolo bien. Lo siento mejor cuando tu me tocas.

– Eres incorregible.

– Solo busco algo de instruccion.

– Como si la necesitaras. -Refunfuno ella, quitandose el sueter.

Hicieron el amor lentamente, de manera gloriosa. Pero luego la abrazo, no podia dormir. Ni podia ella.

****

Aquella noche Mary intento respirar normalmente mientras tomaban el ascensor hasta la sexta planta del hospital. El San Francis estaba tranquilo por la tarde, pero todavia lleno de gente.

El recepcionista los dejo entrar y luego salio, poniendose encima una bata rojo cereza mientras cerraba la puerta tras ella. Cinco minutos mas tarde la Dra. Delia Croce entro en la sala de espera.

La mujer se las arreglo para esconder su tardia reaccion ante Rhage. Incluso aunque iba vestido como un civil, con pantalones y jersey de cuello alto negro, aquella trinchera de cuero era todavia algo para ver la caida de aquellos amplios hombros.

Bien y Rhage era…Rhage. Insoportablemente hermoso.

La doctora sonrio. -Ah, hola, Mary, ?quieres que pasemos a mi despacho? ?O estareis los dos?

– Estaremos los dos. Le presento a Rhage. Mi…

– Companero. -Dijo el alto y fuerte.

Las cejas de la Dra. Delia Croce se elevaron y Mary tuvo que sonreir a pesar de toda la tension que tenia acumulada en el cuerpo.

Los tres atravesaron el pasillo, por delante de las puertas de los cuartos de examen, las balanzas en los pequenos huecos y las estaciones de los ordenadores. Ninguna pequena charla. Ninguno hablo, nada de como- esta-el-tiempo, ?vaya!-las-vacaciones-estan-a-punto-de-llegar, ese tipo de cosas. La doctora sabia que Mary odiaba la charla social.

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