Phury.

– Ah… joder -refunfuno Z.

– Si. Mas o menos. -Otra lagrima rodo del ojo de Phury-. Dios… maldicion. Se estan escapando.

– Bien, animate.

Phury restrego su cara con las palmas.

– ?Por que?

– Porque creo que voy a tratar de abrazarte.

Las manos de Phury cayeron y lo miro con una absurda expresion.

Lanzando un juramento, Z empujo a su gemelo.

– Levanta la cabeza, condenado. -Phury estiro el cuello. Z deslizo su brazo por debajo. Los dos se congelaron en la poco natural posicion-. Sabes, este infierno era mucho mas facil cuando estabas frio en aquel camion.

– ?Eras tu?

– ?Piensas que era Santa Claus o alguna mierda?

Los colores de Z se elevaron por todas partes. Dios… El realmente estaba expuesto aqui. ?Que demonios hacia?

– Pense que eras un angel -dijo Phury suavemente cuando puso su cabeza atras en el brazo de Z. -Cuando me cantaste, pense que me enviabas sin peligro al Fade.

– No soy ningun angel. -Subio y deslizo su mano sobre la mejilla de Phury, limpiando la humedad. Entonces cerro los parpados del hombre con las yemas de los dedos.

– Estoy cansado -murmuro Phury-. Tan… cansado.

Z contemplo la cara de su gemelo, como si fuera la primera vez. Las contusiones se curaban ya, la hinchazon bajaba, el corte dentado que se habia hecho se desvanecia. Lo que se revelaban eran lineas de agotamiento y tension, con no mucha mejoria.

– Has estado cansado durante siglos, Phury. Es tiempo de dejarme ir.

– No creas que puedo.

Zsadist inhalo profundamente.

– La noche que me alejaron de la familia… No, no, mirame. Estas demasiado… cerca. No puedo respirar cuando haces… Cristo, solo cierra tus ojos, ?bien? -Z tosio, lo unico que podia decir por su apretada garganta eran unos pequenos sonidos-. Esa noche, no fue tu culpa que no te atraparan. Y no puedes compensar el hecho de que tuviste suerte y yo no. Quiero que dejes de cuidarme.

El aliento de Phury se estremecio.

– ?Tu… tienes alguna idea de lo que senti al verte en aquella celda, desnudo y encadenado y… saber lo que por mucho tiempo aquella hembra te habia hecho?

– Phury…

– Lo se todo, Z. Se todo lo que te paso. Oi sobre ello a hombres que… habian estado alli. Antes de que yo supiera que eras tu del que ellos hablaban, oi las historias.

Zsadist trago, el se sintio enfermo.

– Yo siempre espere que tu no supieras. Rezaba por eso.

– Entonces tienes que entender por que puedo morir por ti cualquier dia. Tu dolor es el mio.

– No, no lo es. Jurame que pararas esto.

– No puedo.

Z cerro los ojos. Cuando estaban juntos, queria pedirle perdon por todas las cosas de mierda que habia hecho despues de que Phury lo habia conseguido liberar… y queria gritarle a su gemelo por ser un maldito heroe. Pero sobre todo queria devolverle a Phury todos aquellos anos gastados. El hombre merecia mas de lo que habia tenido en la vida.

– Bien, entonces no me dejas ninguna alternativa.

La cabeza de Phury se sacudio del brazo de Z.

– Si te matas…

– Adivino que no deberia dejarme apunalar para no causarte mas ansiedad.

Z sintio que el cuerpo entero de Phury temblaba.

– Ah… Jesus.

– Sin embargo, no sabes como funcionan. Mis instintos…han sido afilados por la colera, entiendes. Probablemente siempre voy a ser explosivo.

– Oh, Jesus…

– Pero sabes, tal vez yo podria trabajar en eso. O algo. Joder, no se. Probablemente no pueda.

– Oh… Jesus. Te ayudare. En cualquier camino que tomes.

Z sacudio la cabeza.

– No. No quiero tu ayuda. Tengo que hacerlo solo.

Estuvieron tranquilos durante un tiempo.

– Mi brazo se durmio -dijo Z. Phury levanto su cabeza y Zsadist echo el miembro hacia atras, pero no lo alejo.

Antes de que Bella se marchara, fue al cuarto que le habian dado a Zsadist. Habia estado retrasando su partida durante dias, diciendose que no era porque ella lo esperara venir. Lo que era una mentira.

La puerta estaba ligeramente abierta, entonces llamo. Se preguntaba lo que el diria cuando la viera. Probablemente nada.

– Entre -dijo una hembra.

Bella entro al cuarto. La cama estaba vacia, un poste astillado para supervisar equipo estaba de lado como si estuviera muerto. Una enfermera recogia pedazos del suelo y los ponia en un cubo de basura. Claramente Zsadist estuvo alrededor.

La enfermera sonrio.

– ?Lo busca? Esta al lado con su hermano.

– Gracias.

Bella fue al cuarto siguiente y llamo silenciosamente. Cuando no hubo respuesta, entro.

Los dos estaban espalda contra espalda, tan fuertemente cerca el uno contra el otro que parecia que sus espinas estuvieran fundidas. Sus brazos y piernas estaban enroscados en posiciones identicas, sus barbillas metidas en sus pechos. Ella les imagino en la matriz de su madre, descansando juntos, inocentes de todos los horrores que les esperaban en el exterior.

Raro penso, su sangre estaba en ambos. Era su unica herencia al par, la unica cosa que ella les dejaba.

De repente los ojos de Zsadist se abrieron. El brillo amarillo-oro fue tan sorpresivo, que brinco.

– Bella… -Extendio la mano hacia ella-. Bella.

Ella dio un paso atras.

– Vine para decir adios.

Cuando el dejo caer su mano, ella tuvo que mirar hacia otra parte.

– ?Donde vas? -pregunto-. ?A algun sitio seguro?

– Si. -Ella agacho la cabeza, a Charleston en Carolina del Sur, con unos parientes quienes estan felices de tenerme-. Esto va a ser un nuevo principio para mi. Una nueva vida.

– Bueno. Esta bien.

Ella cerro sus ojos. Solo una vez… solo una vez le habria gustado oir un poco de pena en su voz mientras ella se marchaba. Ya que, este era su ultimo adios, al menos no tendria que sufrir mas decepciones.

– Eres tan valiente -dijo el-. Te debo mi vida. La de el, tambien. Eres asi… valiente.

Al infierno, ella no era valiente. Estuvo a punto de derrumbarse completamente.

– Espero que tu y Phury se curen rapido. Si, lo espero…

Hubo un largo silencio. Entonces ella lanzo una ultima mirada a la cara de Zsadist. Sabia entonces que, aun si ella se apareara alguna otra vez, ningun macho podria tomar su lugar.

Y tan romantico como sonaba, en realidad la idea apestaba. Seguramente supuso que ella triunfaria sobre la perdida y todo eso. Pero lo amaba y no iba a terminar con el, todo lo que ella queria hacer era meterse en una cama en algun sitio, apagar las luces, solo estar ahi. Solo, como, un siglo.

– Necesito saber algo -dijo ella-, me dijiste que un dia yo me despertaria y lamentaria estar contigo. Bien, lo

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