estaba matando.
– ?Quien… cono… eres tu?
– El primero… al que querias -disparo Z, respirando con fuerza.
– ?Como… haces… esto?
– Mire las cicatrices… en su estomago se curan. Hasta su marca… ha desaparecido.
El
Ahora era el momento para aprovechar la ventaja, excepto que Z estaba demasiado agotado.
– Ella esta muerta -susurro el asesino.
– No.
– Su retrato.
– Esta viva. Respira. Y no vas a… nunca la encontraras otra vez.
La boca del asesino se abrio y un grito de furia salio como una rafaga.
En medio del ruido Z se calmo. De repente la respiracion le era facil. O tal vez acababa de pararse totalmente. Miro como el asesino se movia, desenvainando una de las dagas negras de Z y levantandola arriba con ambas manos.
Zsadist rastreo sus pensamientos con cuidado porque queria saber cual seria el ultimo. Penso en Phury y quiso llorar, porque sin duda su gemelo no duraria mucho tiempo. Dios. ?Siempre le fallaba a aquel macho, no tenia…?
Y luego penso en Bella. Las lagrimas vinieron a sus ojos como imagenes de ella parpadeado por su mente… tan vividas, tan borrosas… hasta que sobre el hombro del lesser, una vision de ella aparecio. Era tan verdadera, como si realmente estuviera de pie en la entrada.
– Te amo -susurro cuando su propia daga bajaba hacia su pecho.
– David -demando su voz.
El cuerpo entero del lesser se sacudio, la trayectoria de la daga aterrizo en los entarimados al lado del brazo de Z.
– David, ven.
El
– Esta muerta -dijo el lesser, con voz quebrada.
– No.
– Fui a tu casa… vi. El retrato. Oh, Dios… -el
– No lo hiciste. Ven.
Z trato desesperadamente de hablar, Tenia la horrible sospecha que esta no era ninguna vision. Comenzo a gritar, pero solo salio un gemido. Y luego el lesser estaba en los brazos de Bella llorando abiertamente.
Z miro cuando la mano subio por la espalda del asesino. Con una pequena pistola, la que le habia dado antes de ir a la casa.
Bella estaba en un estado de extrana calma cuando atrajo el arma mas alto y mas alto. Moviendose despacio, siguio murmurando palabras que lo calmaron hasta que el canon estuvo en nivel con el craneo de David. Ella se inclino hacia atras, y cuando el levanto su cabeza para encontrar sus ojos, elevo su boca hacia su oido.
– Te amo -dijo el.
Ella apreto el gatillo.
La explosion hizo girar su brazo y apartar su mano, haciendola perder el equilibrio. Cuando el sonido se disipo oyo un ruido sordo y miro hacia abajo. El
La nausea la golpeaba, pero no hizo caso, paso por encima del cuerpo y fue hacia Zsadist.
Oh, Dios. Habia sangre en todas partes.
– Bella… -Sus manos se levantaron de la tierra y su boca era lenta.
Ella lo interrumpio alcanzando la pistolera del pecho y tomando la daga restante.
– ?Tengo que enterrarselo en su esternon, verdad?
Ah, infiernos. Su voz estaba tan mal como su cuerpo. Tambaleante. Debil.
– Ejecutalo… saca… de…
– ?En el corazon, verdad? O no estara muerto. ?Zsadist, contestame!.
Cuando asintio con la cabeza, se acerco al
Retrocedio y golpeo el suelo, pero dos alientos eran todo lo que podia ahorrar. Fue hacia Zsadist, arrancandose su abrigo de lana. Le coloco el jersey alrededor de su hombro, luego se quito el cinturon, lo envolvio alrededor del grueso hombro, y lo cincho apretando para que se quedara en su lugar.
Todo el tiempo Zsadist lucho contra ella, impulsandola a irse, a dejarlos.
– Callate -le dijo, y corto su propia muneca-. Bebe esto o muere, es tu opcion. Pero decide rapido, porque tengo que comprobar como esta Phury y luego tengo que conseguir sacarlos de aqui.
Ella le ofrecio el brazo, directamente sobre su boca. Su sangre manaba y goteaba en sus labios cerrados.
– Tu bastardo -susurro ella-. Haz cuenta que me odias…
Levanto su cabeza y empezo a tomar de su vena, su boca fria le decia lo cerca que estaba de la muerte. El bebio despacio al principio y luego con avaricia creciente. Pequenos sonidos salieron de el, sonidos en desacuerdo con su cuerpo grande de guerrero. Sonaba como si maullaba, un gato hambriento en una fuente de leche.
Cuando dejo a su cabeza retroceder, sus ojos se enzarzaron con la saciedad. Su sangre se filtro en el; ella lo vio respirar por la boca abierta. Pero no habia tiempo para mirar fijamente. Corrio a traves del cobertizo para ver a Phury. Estaba inconsciente, encadenado a la mesa, ensangrentado como el infierno. Pero su pecho subia arriba y abajo.
Y fue cuando vio el cuerpo en la esquina. Una hembra joven con el pelo rubio corto.
Las lagrimas manaron y fluyeron cuando comprobo para asegurarse que la muchacha estaba muerta. Cuando era obvio que estaba empezando a debilitarse, Bella golpeo sus propios ojos claros y se obligo a concentrarse. Necesitaba la vida aqui; ellos eran su primera prioridad. Despues… uno de los Hermanos podria volver y…
Estremeciendose, cerca de la histeria, recogio una sierra, la encendio, e hizo el trabajo rapido en las cadenas de Phury. Cuando no desperto despues de todo el ruido chillon, se aterrorizo otra vez.
Miro Zsadist, quien estaba luchando por levantarse del suelo.
– Voy a conseguir aquel camion de la cabana -dijo ella-. Tu te quedas aqui y conservas tu fuerza. Te necesito para ayudarme a mover a Phury. Esta frio. Y la muchacha… -Su voz se ahogo-. Tendremos que dejar su…
Bella encontro la cabana a traves de la nieve, desesperada, esperando encontrar las llaves del camion, tratando con fuerza de no pensar lo que pasaria si no lo hacia.
Virgen Misericordiosa, estaban en un gancho en la puerta. Las agarro, corrio hacia el F-150, arranco la maldita cosa, y salio disparada alrededor del cobertizo. Una vuelta rapida patinando y llego a la entrada.
Salia del lado del conductor cuando vio a Zsadist caminando como borracho entre las jambas de la puerta. Phury estaba en sus brazos, Zsadist no iba a durar mucho tiempo sosteniendo todo aquel peso. Ella abrio la caja y los dos se cayeron, con todos los miembros enredados y sangrando. Empujo los cuerpos con sus pies, luego salto y los tiro mas atras por sus cinturones.
Cuando estaban lo bastante lejos, alzo una pierna sobre la borda del camion y salto a la tierra. Cerro de golpe la caja, los ojos de Zsadist cerrandose la encontraron.
– Bella. -Su voz era un mero susurro, solo un movimiento de sus labios hechos una copia de seguridad con un suspiro de tristeza-. No quiero esto para ti. Toda esta fealdad…
Ella dio la vuelta lejos de el. Un momento despues piso a fondo el acelerador.
El camino, una vereda que llevaba a la cabana era su unica opcion, y rezo para no encontrar a nadie por el