Zsadist cerro los ojos. Como un esbozo frio, una onda de desesperacion salio de el y paso por el cuarto.

– Me alegro que lo hayas hecho. ?Ahora vas a darme tu palabra?

– Venga Z…

– Todo lo que quiero es tu promesa. Nada mas.

– Seguro. Nada mas.

Cristo, bien.

Phury derrotado fue hacia Wrath, doblando la rodilla, se inclino sobre el anillo del rey. En la Vieja Lengua, dijo:

– Mientras que respire, permanecere dentro de la Hermandad. Humildemente ofrezco este voto, que puede ser aceptable para tus oidos, Mi Senor.

– Es aceptable -Wrath contesto-. Ofrece tus labios al anillo y sella las palabras sobre tu honor.

Phury beso el diamante negro del Rey y se elevo otra vez.

– Ahora, si el drama termino, me voy de aqui.

Cuando llego a la puerta, se paro y miro hacia atras a la cara de Wrath.

– ?Te he dicho alguna vez cuan honrrado estoy de servirte?

Wrath retrocedio un poco.

– Ah, no, pero…

– Realmente ha sido un honor. -Cuando los ojos del Rey se estrecharon, Phury sonrio un poco-. No se por que de repente me sobrevino. Probablemente la vista de postrarme a tus pies justo ahora.

Phury se marcho y se alegro cuando vio a Vishous y Buth fuera del estudio.

– Oidme, muchachos. -Les toco brevemente en los hombros-. Sois un verdadero par, ?Lo sabeis? Nuestro genio residente y un tiburon humano juntos. ?Que os parece? -Mientras lo miraron de una manera rara, pregunto- ?Esta Rhage en su cuarto?

Cuando asintieron, se acerco y llamo a la puerta de Hollywood. Rhage contesto y Phury sonrio, puso su mano en aquel grueso picaporte.

– Oye, hermano.

Debio de haber hecho una pausa demasiado larga, porque los ojos de Rhage se volvieron perspicaces.

– ?Que pasa, Phury?

– Nada. -Dejo caer su mano-. Solo pasaba por aqui. Ten cuidado con tu hembra, ?Me entiendes?… afortunado, afortunado… eres un afortunado macho, muy afortunado. Es tarde.

Phury fue a su cuarto, deseando que Tohr estuvieran alrededor…, deseaba saber donde estaba su hermano. Mientras que se lamentaba por el macho se armo, entonces comprobo el pasillo. Podia oir a la Hermandad que hablaba en el estudio de Wrath.

Evitandolos se desmaterializo al pasillo de estatuas y entro en el cuarto contiguo al de Zsadist. Despues de cerrar la puerta, se dirigio al bano y encendio la luz. Contemplo su reflejo en el espejo.

Desenvainando una de sus dagas, agarro un trozo grueso de su pelo y tomo la cuchilla, cortando las ondas. Hizo esto repetidas veces, dejando que el pelo rojo, rubio y castano cubriera el piso. Cuando solo quedaba aproximadamente una pulgada de largo en toda la cabeza, agarro una lata de crema de afeitar, enjabono su craneo, y tomo una navaja de afeitar de debajo del lavabo.

Cuando quedo calvo limpio los residuos de su cuero cabelludo y de su camisa. Le picaba el cuello por el pelo que le habia caido, su cabeza se sentia demasiado ligera. Froto su mano sobre su cuero cabelludo, apoyandose en el espejo, y se miro.

Entonces tomo la daga y puso la punta en su frente.

Con mano temblorosa, dibujo con el cuchillo hacia abajo desde el centro de la cara, terminando con una S curva en su labio superior. La sangre mano y goteo. La limpio con una toalla blanca.

Zsadist se armo con cuidado. Cuando estuvo listo camino hacia su armario. El dormitorio estaba a oscuras, y andaba por habito mas que por ver algo, dirigiendose hacia el fondo al cuarto de bano. Fue al lavabo, y se inclino sobre el agua que se precipitaba, acuno el torrente frio en sus manos. Salpico su cara y se froto los ojos. Bebio un poco con las palmas.

Cuando se estaba secando, sintio que Phury entraba en el dormitorio y se movia a su alrededor, aunque no pudiera ver al macho.

– Phury… Te iba a ver antes de marcharme.

Con la toalla bajo su barbilla, Z miro su reflejo en el espejo, viendo sus nuevos ojos amarillos. Penso en su vida y supo que la mayor parte de ella era una mierda. Pero habian dos cosas que no lo eran. Una hembra. Y un macho.

– Te quiero -dijo con una voz aspera, comprendiendo que era la primera vez que le habia dicho estas palabras a su gemelo-. Solo necesitaba sacar esto.

Phury camino hacia el.

Z retrocedio con horror ante el reflejo de su gemelo. Sin cabello. Con una cicactriz en su cara. Ojos llanos y sin vida.

– Oh, dulce Virgenv -respiro Z-. Que joder ?Que te hiciste…?

– Yo tambien te quiero, hermano. -Phury levanto su brazo. En su mano habia una jeringuilla hipodermica, uno de los dos habia sido abandonado por Bella-. Y tu tienes que vivir.

Zsadist giro alrededor y vio como el brazo de su gemelo se balanceaba hacia abajo. La aguja se clavo en el cuello de Z y sintio que la morfina iba directamente a su yugular. Gritando, agarro de los hombros a Phury. Cuando la droga empezo a surtir efecto, el cedio y con alivio cayo al suelo.

Phury se arrodillo a su lado y acaricio su cara.

– Solo te tengo a ti para vivir. Si mueres no tengo nada. Estoy completamente perdido. Y tu eres necesario aqui.

Zsadist trato de extender la mano, pero no pudo levantar los brazos cuando Phury se incorporo.

– Dios Z, sigo pensando que nuestra tragedia va a terminar. ?Pero no se acabara, verdad?

Zsadist se desmayo con el sonido de las botas de su gemelo que salian del cuarto.

CAPITULO 45

John estaba acostado en la cama, enroscado de lado, mirando fijamente la oscuridad. El cuarto que le habian dado en la mansion de la Hermandad era lujoso, anonimo y no lo hacia sentirse ni mejor ni peor.

En algun sitio en la esquina, oyo el tanir del reloj una vez, dos veces, tres veces… Siguio contando los tonos bajos, ritmicos hasta que consiguio llegar ha seis. Dando una vuelta sobre su espalda, considero el hecho que en otras seis horas esto seria el principio de un nuevo dia. Medianoche. Ya no el martes, sino el miercoles.

Penso en los dias, semanas, meses y anos de su vida, tiempo que tenia porque lo habia experimentado y por lo tanto podria poner la demanda de su paso.

Cuan arbitraria, esta diferencia de tiempo. Como gente humana y vampiros, para tener que reducir el infinito en algo que ellos pudieran creer que controlaban.

Que sandez. Tu Nunca controlaste nada en tu vida. Y tampoco en la de ellos.

Dios, si solo hubiera un modo de hacer esto. O al menos ser capaz de volver a hacer algunas cosas. Que maravilloso seria si pudiera golpear solo un boton de rebobinado y luego corrigiera el infierno del dia pasado. De este modo no se sentiria como se sentia ahora.

Gimio y dio vuelta sobre su estomago. Este dolor era… incomparable, una revelacion de la peor clase.

Su desesperacion parecia una enfermedad, afectando su cuerpo entero, haciendolo temblar aunque no tenia frio, sacudiendo su estomago aunque estaba vacio, haciendo florecer el dolor en sus articulaciones y pecho. Nunca habia pensado que la devastacion emocional era una afliccion, peor aun, y sabia que iba a estar enfermo un rato.

Dios… Deberia haber ido con Wellsie, en vez de quedarse en casa para trabajar en las tacticas. Si hubiera estado en aquel coche, tal vez podria haberla salvado… ?o tal vez estaria muerto tambien?

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