– Una mujer. No me ha dicho el nombre.

– Agente Levy al habla-dijo Mort.

Entonces, oyo el sonido producido por una respiracion asustada, y a continuacion el clic que dejo la linea muerta.

El periodista de la WCBS, Alan Graham, se acerco al coche patrulla en que habia entrevistado a Catherine Dornan hacia una hora, al dar la noticia de la desaparicion del nino.

Eran las ocho y media, y las rafagas de nieve intermitentes se habian convertido en una regular nevada de copos grandes.

Graham escucho por los auriculares las ultimas noticias sobre el preso fugado. 'El estado de Mario Bonardi, el guardian herido, todavia es extremadamente grave. El alcalde Giuliani y el comisario de policia Bratton han hecho una segunda visita al hospital donde la victima, tras una delicada operacion, se encuentra en cuidados intensivos. Segun los ultimos informes, la policia sigue una pista segun la cual el agresor, el sospechoso de asesinato Jimmy Siddons, podria reunirse con su novia en California para dirigirse a Mexico. La patrulla de fronteras de Tijuana ha sido alertada.'

A uno de los periodistas le habian informado de que el abogado de Jimmy afirmaba que Siddons pensaba entregarse en la catedral de San Patricio despues de la Misa del Gallo. Alan Graham se alegraba de que la informacion no hubiera sido difundida. Ninguno de los altos mandos de la policia lo creia, y no querian que los fieles fueran perturbados con ese rumor.

En aquel momento quedaban pocos transeuntes en la Quinta Avenida, y Graham penso que abrir los informativos de Nochebuena con esas noticias tenia algo obsceno: un asesino fugitivo; un oficial de prisiones al borde de la muerte; un nino de siete anos desaparecido, y que se sospechaba que era victima de algun abuso sucio.

Golpeo el cristal de la ventanilla del coche patrulla.

Catherine levanto la mirada y la abrio a medias. Graham se pregunto al verla por cuanto tiempo mantendria su notable compostura. Estaba sentada en el asiento del pasajero, al lado del agente Ortiz. Su hijo Michael se encontraba en el asiento trasero junto a una bella anciana que lo rodeaba con un brazo.

Catherine respondio a la pregunta sin formular.

– Sigo esperando -dijo en voz baja-. El agente Ortiz ha tenido la amabilidad de quedarse conmigo. No se por que, pero siento que, de algun modo, encontrare a Brian aqui mismo. -Se volvio ligeramente-. Mama, este senor es Alan Graham, de la WCBS. Me ha entrevistado despues de hablar contigo.

Barbara Cavanaugh vio la compasion en el rostro del joven periodista. Aunque sabia que si tenia algo que decirles ya lo sabrian, no pudo evitar preguntarle.

– ?Alguna novedad?

– No, senora. En la emisora recibimos montones de llamadas, pero todas expresando solidaridad.

– Se ha esfumado -dijo Catherine con voz monotona-.

Tom y yo educamos a los ninos para que confien en la gente, pero tambien para que sepan que hacer en una emergencia. Brian sabe ir a buscar a un policia si se ha perdido. Y tambien marcar el numero de la policia.

Alguien se lo ha llevado. ?Quien es capaz de llevarse a un nino de siete anos y retenerlo como no sea un…?

– Catherine, hija, no te tortures-dijo su madre-. Todos aquellos que te han escuchado por radio estan rezando por Brian. Debes tener fe.

Catherine sintio que la frustracion y la ira brotaban en su interior. Si, se suponia que debia tener 'fe'. Sin duda Brian la habia tenido, creia en aquella medalla de San Cristobal, tal vez lo suficiente como para seguir al que cogio el monedero, y penso que tenia que recuperarlo.

Volvio la cabeza y miro a su madre y a Michael. Sintio que su ira se disipaba. Su madre no tenia la culpa de cuanto sucedia. No, la fe (incluso en algo tan inverosimil como una medalla de San Cristobal) era algo bueno.

– Tienes razon, madre -dijo.

Por los auriculares, Graham oyo al locutor:

– Adelante, Alan.

Se alejo un paso del coche y empezo.

– La madre de Brian Dornan sigue esperando en el lugar donde su hijo desaparecio poco despues de las cinco de la tarde. Las autoridades creen en la teoria de Catherine Dornan acerca de que quiza su hijo viese a la persona que le robo el monedero y decidiera seguirla. El monedero contenia una medalla de San Cristobal que Brian estaba desesperadamente ansioso por llevar a su padre al hospital.

Graham tendio el microfono a Catherine.

– Brian cree que la medalla ayudara a su padre a ponerse bien. Si yo hubiese tenido la fe de Brian, habria guardado el monedero con mas cuidado por la medalla que llevaba dentro. Quiero que mi marido mejore. Quiero que mi hijo vuelva -dijo con voz firme, pese a la emocion-. Por el amor de Dios, si alguien sabe que le ha sucedido a Brian, quien lo tiene o donde este, por favor, por favor, que nos llame.

Graham se aparto del coche patrulla y anadio:

– Si alguien que escucha el dolor de esta joven madre sabe algo sobre el paradero de Brian, le rogamos que llame al siguiente numero: 2125550748.

Con los ojos llenos de lagrimas y los labios temblorosos, Cally apago la radio. 'Si alguien sabe algo sobre el paradero de Brian…'

'Lo he intentado -se dijo-. Lo he intentado.' Habia marcado el numero del detective Levy, pero cuando oyo su voz, la enormidad de lo que estaba a punto de hacer la abrumo. La detendrian. Le quitarian a Gigi otra vez y se la darian en adopcion a una familia. 'Si alguien sabe algo sobre el paradero de Brian…'

Tendio la mano para coger el telefono.

Un sollozo le llego desde el dormitorio. Gigi tenia otra pesadilla. Entro deprisa en la habitacion y se sento en la cama. Cogio a su hija entre los brazos y empezo a mecerla.

– Chist, no pasa nada, todo esta bien.

– Mami, mami, he sonado que te ibas otra vez. No te vayas, mami, por favor. No me dejes. No quiero vivir con otra gente, nunca mas.

– Eso no sucedera, hijita, te lo prometo.

Sintio como Gigi se relajaba. Se apoyo suavemente en la almohada y le acaricio la cabeza.

– Ahora vuelve a dormir, angel mio.

Gigi cerro los ojos, pero los abrio de nuevo.

– ?Puedo ver como abre Papa Noel su regalo? -murmuro. Jimmy Siddons bajo el volumen de la radio.

– Tu madre esta armando mucho jaleo por ti, chaval.

Brian tuvo que contenerse para no inclinarse hacia el salpicadero y tocar la radio. Mama parecia tan preocupada. Tenia que volver a su lado. Estaba seguro de que ahora ella tambien creia en la medalla de San Cristobal.

En la autopista habia muchos coches, y, aunque nevaba copiosamente, todos iban a bastante velocidad. Pero Jimmy avanzaba por el carril de la derecha, por ello no habia coches del lado de Brian, y este empezo a hacer planes.

Si lograba abrir la portezuela muy rapido, se tiraria a la carretera y rodaria hacia el lado derecho, para asi no ser atropellado. Apreto la medalla de San Cristobal y deslizo la mano a hurtadillas hasta la manija de la portezuela. La apreto suavemente y se movio. Tenia razon: Jimmy no habia echado los seguros despues de abandonar la gasolinera.

Estaba a punto de abrir cuando recordo el cinturon de seguridad. Tenia que desabrocharselo en el momento en que abria la portezuela. Con cuidado de no atraer la atencion de Jimmy, apoyo el indice de la mano izquierda en el boton del cinturon.

En el momento en que iba a mover la manija y apretar el boton, Jimmy lanzo un taco. Un coche que coleaba intentaba adelantarlos por la izquierda. Al cabo de un instante, los paso tan cerca que casi rasco el Toyota. Luego se cruzo delante de ellos y obligo a Jimmy a frenar de golpe. El coche patino y coleo, mientras se oyo el ruido de metal contra metal. Brian contuvo el aliento. 'Choca' -rogo-. '?Choca!' Alguien lo ayudaria despues.

Pero Jimmy enderezo el coche y esquivo a los demas. Justo delante, Brian oyo el sonido de las sirenas y vio el resplandor de las luces giratorias reuniendose alrededor de otro accidente, que tambien adelantaron

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