a expulsarlos, lo que deja a los pacientes sin atencion. Se afirmaba que uno de esos medicos (no se especificaba su residencia) habia dicho: «No podia permitirme las primas y estaba cansado de desperdiciar mi tiempo en declaraciones y juicios, asi que lo deje sin mas. Sigo preocupado por mis pacientes». Un hospital de West Virginia se habia visto obligado a cerrar despues de haber recibido una escandalosa sentencia. Un codicioso abogado litigante tenia la culpa.

A continuacion, atacaba el bolsillo. Segun un estudio, la proliferacion de litigios cuesta a un hogar con ingresos medios unos mil ochocientos dolares al ano. Este gasto es el resultado directo de mayores primas de seguros de automovil y del hogar, ademas del aumento del precio de miles de articulos de primera necesidad cuyos fabricantes reciben demandas constantemente. Los medicamentos, tanto los prescritos con receta como los que no, son un ejemplo perfecto: serian un 15 por ciento mas baratos si los abogados litigantes no persiguieran a sus fabricantes con casos masivos de demandas colectivas.

Acto seguido sorprendia al lector con una retahila de algunas de las sentencias mas absurdas del condado, una lista muy usada y conocida, que siempre levantaba ampollas. Tres millones de dolares contra una cadena de comida rapida por un cafe caliente vertido encima; ciento diez millones contra un fabricante de automoviles por una pintura defectuosa; quince millones contra el propietario de una piscina por haberla vallado y cerrado con candado. La indignante lista seguia y seguia. El mundo se esta volviendo loco, llevado de la mano por taimados abogados litigantes.

Tras el fuego indiscriminado de aquellas primeras tres paginas, acababa con una explosion. Cinco anos atras, Mississippi habia sido calificado por un grupo pro empresarial como un «infierno judicial»; solo cuatro estados mas compartian aquella distincion. Nadie habria reparado en lo que estaba sucediendo de no haber sido por la Junta de Comercio, que aprovecho la noticia para difundirla a traves de anuncios insertados en los periodicos. Habia llegado el momento de volver a sacarlo a colacion. Segun la asociacion Victimas Judiciales por la Verdad, los abogados litigantes han abusado de tal modo del sistema judicial de Mississippi que en estos momentos el estado es terreno abonado para todo tipo de procesos de gran repercusion. Algunos implicados, tanto demandantes como abogados litigantes, viven en otros estados. Estos hacen un sondeo de tribunales hasta dar con un condado afin y un juez amistoso don4e poder interponer una demanda, y las sentencias desorbitadas son el resultado. El estado se ha ganado una dudosa reputacion y por eso mismo muchos empresarios evitan Mississippi. Multitud de fabricas han cerrado puertas y se han ido, con la consecuente perdida de miles de puestos de trabajo.

Todo gracias a los abogados litigantes, que, por descontado, adoran a Sheila McCarthy y su inclinacion hacia la parte demandante, y que seguiran invirtiendo lo que sea necesario para mantenerla en el tribunal.

El mailing acababa con una llamada a la sensatez. Jamas se mencionaba a Ron Fisk.

Un envio masivo de correos electronicos hizo llegar el folleto publicitario a sesenta y cinco mil direcciones del distrito. Al cabo de unas horas habia caido en manos de los abogados litigantes y habia sido enviado a los ochocientos miembros de la ALM.

Nat Lester estaba encantado con aquella publicidad. Como director de campana, habria preferido un apoyo mas amplio de distintos grupos, pero la realidad era que los unicos donantes importantes de McCarthy eran los abogados litigantes. Los queria cabreados, comiendose las unas y echando espumarajos por la boca, dispuestos a una pelea a puno limpio, a la vieja usanza. Hasta el momento, sus donaciones apenas alcanzaban los seiscientos mil dolares y Nat necesitaba el doble. El unico modo de conseguirlo era lanzando granadas.

Envio un correo electronico a todos los abogados litigantes, en el que explicaba la necesidad de responder a aquel ataque lo antes posible. Habia que contrarrestar de inmediato la publicidad negativa, tanto la impresa como la televisada. La publicidad por correo era cara, pero muy efectiva. Calculaba que Victimas Judiciales por la Verdad habia gastado unos trescientos mil dolares (coste real: trescientos veinte mil). Dado que tenia intencion de utilizar la publicidad por correo en mas ocasiones, pedia una aportacion inmediata de quinientos mil dolares e insistia en una garantia a vuelta de correo electronico. Publicaria una actualizacion de las nuevas contribuciones de los abogados litigantes a traves de su direccion de correo codificada, y hasta que no se alcanzara la cifra de quinientos mil dolares, la campana estaria oficialmente paralizada. Su tactica rayaba en la extorsion, pero en el fondo el seguia siendo un abogado litigante, y conocia a los de su especie. El mailing les subio la tension a niveles casi letales; sin embargo, adoraban la lucha y las garantias empezaron a llover a raudales.

Mientras los manipulaba, se encontro con Sheila e intento tranquilizarla. McCarthy jamas habia sufrido un ataque de aquella magnitud. Estaba preocupada, pero tambien muy enojada. Se habian quitado los guantes y el senor Nathaniel Lester se frotaba las manos pensando en la pelea. Al cabo de dos horas, habia disenado y redactado una respuesta, se habia visto con el impresor y habia encargado el material necesario. Veinticuatro horas despues de la encerrona de Victimas Judiciales por la Verdad enviada por correo electronico, trescientos treinta abogados defensores habian aportado quinientos quince mil dolares.

Nat tambien apelo a la Asociacion Americana de Abogados, muchos de cuyos miembros habian ganado fortunas en Mississippi. Envio por correo electronico la perorata de Victimas Judiciales por la Verdad a catorce mil de sus miembros.

Tres dias despues, Sheila McCarthy contraataco. Se nego a refugiarse detras de una estupida asociacion organizada unicamente para enviar propaganda electoral y (Nat) decidio enviar la correspondencia desde su propia campana. Fue en formato de carta, con una foto muy favorecedora de ella en el encabezado. Agradecia el apoyo a los votantes y, sin mayores preambulos, repasaba su experiencia y curriculo. Aseguraba que sus oponentes le merecian el mayor de los respetos, pero que ninguno de ellos se habia ganado nunca la toga. En verdad jamas habian mostrado ningun interes en la judicatura.

A continuacion, lanzaba una pregunta: «?Por que el gran capital financia a Ron Fisk?». Porque, tal como explicaba en detalle, el gran capital se encuentra ahora enfrascado en la tarea de comprar cargos en los tribunales supremos de todo el pais. Ponen en su punto de mira a jueces como ella, juristas comprensivos que luchan por el bien comun y simpatizan con los derechos de los trabajadores, los consumidores, las victimas de las negligencias de los demas, los pobres y los acusados. La mayor responsabilidad de la leyes la de proteger a los mas debiles de nuestra sociedad. Los ricos suelen saber como cuidar de si mismos.

El gran capital, a traves de su miriada de grupos y asociaciones de apoyo, esta urdiendo una gran conspiracion que cambiara drasticamente nuestro sistema judicial. ?Por que? Para proteger sus propios intereses. ?Como? Atrancando la puerta de los tribunales, limitando la responsabilidad civil de las companias que fabrican productos defectuosos, la de medicos negligentes, la de hogares de ancianos donde se cometen irregularidades, la de las arrogantes aseguradoras. La lista era interminable.

Acababa con un parrafo campechano donde pedia a los votantes que no se dejaran enganar por la presentacion del producto. La tipica campana dirigida por el gran capital en este tipo de elecciones suele recurrir a sucias tacticas. Los insultos son su arma preferida. Los anuncios donde se ataca al contrario no se harian esperar y serian implacables. El gran capital invertiria millones para derrotarla, pero ella tenia fe en sus votantes.

A Barry Rinehart le impresiono la respuesta. Tambien le gusto ver con que rapidez se apresuraban a contribuir con mas dinero los abogados litigantes. Queria que lo gastaran a espuertas. Calculaba que la campana de McCarthy seria capaz de recaudar un maximo de dos millones de dolares, de los cuales el 90 por ciento lo aportarian los abogados litigantes.

Su hombre, Fisk, podia doblar esa cantidad sin ningun problema.

El siguiente anuncio, de nuevo mediante publicidad por correo, era un golpe a traicion que se convertiria en la tonica dominante del resto de la campana. Espero una semana, tiempo suficiente para que el polvo se asentara despues del primer intercambio de punetazos.

La carta la enviaba directamente Ron Fisk, con su propio encabezado de campana junto a una foto de la perfecta familia Fisk. El inquietante titular rezaba: «El tribunal supremo de Mississippi decidira un caso de matrimonio entre homosexuales».

Tras un cordial saludo, Ron se lanzaba sin mayores preambulos a discutir la cuestion que tenian entre manos. El caso Meyerchec y Spano contra el condado de Hinds atania a dos hombres que deseaban casarse, y el tribunal supremo debia pronunciarse sobre el caso al ano siguiente. Ron Fisk -cristiano, esposo, padre y abogado- se oponia ferreamente al matrimonio entre parejas del mismo sexo y defenderia esa creencia inquebrantable en el tribunal supremo. Consideraba que ese tipo de uniones iban contra natura, contra las claras ensenanzas de la

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