– Una pequena represalia, ?eh?
– Eso parece. No es ni ilegal ni va contra la etica. La compania aseguradora decide no llegar a un acuerdo y prefiere ir a juicio. Ocurre todos los dias. No puedes hacer nada, salvo machacarlos en el juicio. Littun Casualty obtiene beneficios de veinte millones, asi que no les preocupa un pequeno jurado del condado de Pike, Mississippi. Yo creo que lo alargaran lo que puedan hasta llegar a juicio y entonces intentaran obtener un acuerdo.
– No se que decir, Alan.
– Siento que haya ocurrido, Wes. Yo ya no pinto nada en este asunto, y recuerda que yo no te he dicho nada.
– No te preocupes.
Wes se quedo mirando la pared largo rato y luego consiguio reunir las fuerzas y la entereza necesarias para levantarse, echar a caminar, salir de la oficina e ir a buscar a su mujer.
25
Puntual como un reloj, Ron Fisk se despidio de Doreen con un beso en la puerta de entrada a las seis en punto del miercoles por la manana y a continuacion le tendio su bolsa para una noche y el maletin a Monte. Guy estaba al volante del monovolumen. Ambos ayudantes saludaron a Doreen con la mano y luego partieron a toda velocidad. Era el ultimo miercoles de septiembre, la vigesimoprimera semana de la campana y el vigesimoprimer miercoles consecutivo que se habia despedido de su mujer con un beso a las seis de la manana. Tony Zachary no podria haber encontrado un candidato mas disciplinado.
En el asiento de atras, Monte le tendio el programa del dia, que uno de los subordinados de Tony preparaba en Jackson por la noche y enviaba por correo electronico a Monte a las cinco en punto de la manana. La primera pagina era el programa, la segunda era una descripcion de los tres grupos a los que se dirigiria ese dia, junto con los nombres de la gente importante que asistiria a los actos.
La tercera pagina era una actualizacion de las campanas de sus oponentes. En su mayoria no eran mas que rumores, pero aun asi seguia siendo su parte preferida. La ultima vez que se habia visto a Clete Coley habia sido dirigiendose a un pequeno grupo de ayudantes de sheriff en el condado de Hancock; luego se habia retirado a las mesas de blackjack del Pirate?s Cave. Ese dia se suponia que McCarthy estaria trabajando y que no habria actos de campana.
La cuarta pagina era el resumen financiero. Hasta el momento, las contribuciones ascendian a un total de un millon setecientos mil dolares, el 75 por ciento de las cuales procedia de donantes del estado. Los gastos subian a un millon ochocientos mil dolares, pero no habia que preocuparse por el deficit. Tony Zachary sabia que el dinero de verdad llegaria en octubre. McCarthy habia recibido un millon cuatrocientos mil dolares, practicamente todo de los abogados litigantes, y se habia gastado la mitad. En el bando de Fisk todos eran de la opinion de que a los abogados litigantes ya no les quedaba un centavo.
Habian llegado al aeropuerto. El King Air despego a las seis y media, momento en el que Fisk estaba hablando con Tony por telefono, en J ackson. Era la primera conversacion del dia. Todo iba como la seda. Fisk incluso habia llegado a creer que no era tan complicado organizar una campana. Siempre estaba listo, fresco, preparado, descansado, sin preocupaciones economicas y dispuesto a trasladarse al siguiente acto electoral. Apenas tenia contacto con las dos docenas de personas que, bajo la direccion de Tony, sudaban tinta para que todo estuviera a punto.
La version del informe diario de la jueza McCarthy era un vaso de zumo con Nat Lester en las oficinas de Jackson. Todas las mananas se proponia llegar a las ocho y media, y casi siempre lo conseguia. Para entonces, N at llevaba dos horas al pie del canon, gritando al personal.
No les interesaban lo mas minimo las andanzas de sus dos oponentes. Apenas malgastaban el tiempo en las cifras que arrojaban las encuestas. Sus datos mostraban que iban empatados con Fisk y eso ya era suficientemente preocupante. Daban un breve repaso a las ultimas recaudaciones y charlaban sobre contribuyentes potenciales.
– Puede que tengamos un nuevo problema -dijo Sheila esa manana.
– ?Solo uno?
– ?Recuerdas el caso de Frankie Hightower?
– No, ahora mismo no.
– Hace cinco anos, un policia del estado fue abatido a tiros en el condado de Grenada. Paro a un coche por exceso de velocidad y dentro del vehiculo iban tres hombres y un adolescente negros. El chico era Frankie Hightower. Alguien abrio fuego con un arma de asalto y alcanzo al policia ocho veces. Lo dejaron en medio de la carretera 51.
– Dejame adivinar: el tribunal ha tomado una decision.
– El tribunal esta a punto de hacerlo. Seis de mis colegas estan dispuestos a ratificar la sentencia.
– Dejame adivinar: tu disientes.
– Voy a disentir. El chico no tuvo una defensa justa. Su abogado era un inutil sin experiencia y, por lo visto, corto de entendederas. El juicio fue de chiste. Los otros tres se jugaban una condena a pena de muerte y senalaron a Hightower, que tenia dieciseis anos e iba en el asiento de atras, sin armas. Si, voy a disentir.
Las sandalias de Nat golpearon el suelo y empezo a pasear arriba y abajo. Discutir el caso seria una perdida de tiempo y para debatir las implicaciones politicas se necesitaria cierta expenencIa.
– Coley se subira por las paredes.
– Coley me importa un bledo, es un payaso.
– Los payasos consiguen votos.
– Coley no me preocupa lo mas minimo.
– Fisk recibira la noticia como un regalo de Dios. Una prueba mas de que su campana esta tocada por la inspiracion divina. Mana caido del cielo. Ya estoy viendo los anuncios.
– Voy a disentir, Nat, y ya esta.
– No, nunca es tan simple. Puede que alguno de los votantes comprenda lo que haces y admire tu valor. Quiza tres o cuatro. Los demas veran el anuncio de Fisk con el rostro sonriente del joven y apuesto policia junto a la fotografia de la ficha policial de Frankie no se que mas.
– Hightower.
– Gracias. En el anuncio haran referencia a los jueces liberales diez veces como minimo, y seguramente tambien sacaran tu cara. Es material de alto voltaje. Para el caso, ya podrias retirarte ahora mismo.
Su voz se fue apagando, pero aun asi sus palabras habian sido glaciales. Guardaron un largo silencio.
– No es mala idea -dijo Sheila, al fin-o Lo de dejarlo.
Me he pillado revisando los casos y preguntandome que pensarian los votantes si decidia una cosa u otra. He dejado de ser jueza, Nat, ahora soy politica.
– Eres una gran jueza, Sheila. Uno de los tres que nos quedan.
– Todo es politica.
– No vas a dejarlo. ?Ya has redactado tu disension?
– Estoy en ello.
– Mira, Sheila, las elecciones son dentro de cinco semanas. ?Hasta cuando podrias retrasarlo? Joder, el tribunal es famoso por tomarse su tiempo. Valgame Dios, seguro que puedes alargar el asunto hasta despues de las elecciones. ?Que son cinco semanas? Nada. El asesinato fue hace cinco anos.
Continuaba paseandose arriba y abajo a grandes zancadas y agitando los brazos.
– Tenemos un calendario.
– Gilipolleces. Puedes manipularlo.
– Por politica.
– Pues claro que por politica, Sheila. Dame un respiro. Estamos partiendonos la espalda por ti y tu te comportas como si fueras demasiado digna para ensuciarte las manos. Es un negocio sucio, ?de acuerdo?
– Baja la voz.
La bajo varias octavas, pero no dejo de pasear por la habitacion. Tres pasos hasta una pared y luego otros