suficiente. No pienso leer esa mierda en un mes como minimo.
Se levanto y salio de la habitacion.
– No podemos decir que sea una sorpresa -comento Wes.
Nadie respondio.
F.Clyde Hardin lloriqueo sobre su escritorio. Aunque aquella tragedia llevaba meses rondandolo, no por ello fue menos demoledora. Su unica oportunidad de hacerse rico se habia desvanecido y con ella todos sus suenos. Maldijo a Sterling Bintz ya su disparatada demanda colectiva. Maldijo a Ron Fisk ya los otros cuatro payasos que habian formado la mayoria. Maldijo a los borregos ciegos del condado de Cary y de todo el sur de Mississippi a los que habian enganado para que votaran en contra de Sheila McCarthy. Se sirvio otro vodka y siguio maldiciendo y bebiendo hasta que se desmayo, con la cabeza sobre el escritorio.
Siete puertas mas abajo, Babe recibio una llamada y le comunicaron la noticia. La cafeteria pronto se lleno de la gente que pasaba por Main Street en busca de respuestas, rumores y animos. Para muchos, la noticia no tenia sentido. No limpiarian el agua, no se recuperarian, no recibirian ninguna compensacion, ni una disculpa. Krane Chemical se libraba y se burlaba de la ciudad y de sus victimas.
Denny Ott recibio una llamada de Mary Grace, que le hizo un breve resumen de la situacion, poniendo especial enfasis en que el litigio habia acabado. No quedaban opciones viables. La unica salida era apelar al Tribunal Supremo de Estados Unidos y ellos, por descontado, presentarian la documentacion necesaria, pero era muy poco probable que el Supremo aceptara un caso como aquel. Wes y ella se pasarian por alli para hablar con sus clientes.
Denny y su mujer abrieron la sala auxiliar, sacaron galletas y botellas de agua y esperaron a que la gente llegara para ofrecerle consuelo.
A ultima hora de la tarde, Mary Grace entro en el despacho de Wes y cerro la puerta. Llevaba dos hojas de papel y le tendio una de ellas. Era una carta dirigida a los clientes de Bowmore.
– Echale un vistazo -dijo, y se sento para leerla ella tambien.
Decia asi:
Apreciado cliente:
Hoy, el tribunal supremo del estado de Mississippi ha fallado a favor de Krane Chemical. La apelacion de Jeannette Baker ha sido revocada y sobreseida, lo que significa que no hay posibilidad de repetir el juicio ni de presentar una nueva demanda. Tenemos intencion de solicitar una revision de la causa, que es lo acostumbrado, aunque tambien una perdida de tiempo. Asimismo, apelaremos al Tribunal Supremo de Estados Unidos, si bien unicamente se trata de un mero formalismo, ya que rara vez dicho tribunal revisa causas procedentes de tribunales estatales, como es el caso.
El fallo de hoy, del cual os enviaremos una copia la semana que viene, impide cualquier actuacion contra Krane. El tribunal exige un estandar de prueba que imposibilita hacer recaer la responsabilidad en la compania, y es tristemente obvio lo que ocurriria con un nuevo veredicto ante este mismo tribunal.
No hay palabras para expresar nuestra decepcion y frustracion. Llevamos cinco anos batallando contra enormes obstaculos y hemos perdido en muchos frentes.
Sin embargo, nuestras penalidades no son comparables a las vuestras. Seguiremos dedicandoos nuestros pensamientos, nuestros rezos y estaremos a vuestra disposicion siempre que lo necesiteis. Nos sentimos honrados por la confianza que habeis depositado en nosotros. Que Dios os bendiga.
– Muy bonito -dijo Wes-. Enviemosla por correo.
Con los movimientos de la tarde, Krane Chemical regreso al mercado con mayor fuerza que nunca. Gano cuatro dolares con setenta y cinco por accion y cerro a treinta y ocho con cincuenta. El senor Trudeau habia recuperado los mil millones que habia perdido, y todavia quedaban muchos mas por venir.
Hizo llamar a Bobby Ratzlaff, a Felix Bard y a dos confidentes mas a su despacho para celebrar una pequena fiesta. Bebieron champan Cristal, fumaron unos habanos y se felicitaron por el sorprendente giro. Ahora consideraban a Carl un verdadero genio, un visionario. No habia flaqueado ni en los peores momentos. Su mantra habia sido: «Comprad, comprad».
Le recordo a Bobby la promesa que le hizo el dia de la sentencia. Ni un solo centimo, que tan duramente habian ganado, pasaria jamas a manos de aquella panda. de ignorantes y sus malditos abogados.
39
Entre los invitados se encontraban desde los estereotipos de Wall Street, como el propio Carl, hasta el peluquero de Brianna y dos actores de Broadway subempleados. Habia banqueros con sus mujeres envejecidas aunque adecuadamente retocadas, y magnates con sus trofeos magnificamente famelicas. Habia ejecutivos del Trudeau Group que habrian preferido estar en cualquier sitio menos alli y pintores en apuros del MuAb emocionados por la rara oportunidad de poder codearse con la
Estaba fondeado en el Hudson, en los muelles de Chelsea.
En esos momentos, la unica embarcacion que lo superaba era un portaaviones fuera de servicio, a unos cuatrocientos metros al norte. En el elitista mundo de los paseos en barco obscenamente caros, el
La invitacion rezaba: «Le invitamos a acompanar al senor ya la senora Trudeau en el viaje inaugural de su megayate,
Tenia cincuenta y ocho metros de eslora, lo que lo situaba en la posicion vigesimoprimera de la lista de mayores yates registrados en Estados Unidos. Carl habia pagado por el sesenta millones de dolares dos semanas despues de que Ron Fisk fuera elegido, y luego se gasto quince millones mas en renovaciones' mejoras y caprichos.
Habia llegado el momento de presumir de el y exhibir uno de los resurgimientos mas espectaculares de la historia reciente de las finanzas. La tripulacion, compuesta por dieciocho miembros, acompanaba a los invitados a realizar visitas guiadas por el yate a medida que iban llegando y les servian copas de champan. Gracias a las cuatro cubiertas por encima del nivel de flotacion, la embarcacion podia acomodar facilmente a treinta amigos agasajados en alta mar durante un mes, aunque, por descontado, Carl ni siquiera se planteara tener a tanta gente viviendo cerca de eL Los afortunados que se encontraran entre los elegidos para realizar un largo crucero tendrian acceso a un gimnasio con entrenador, un spa con masajista, seis jacuzzis y chef las veinticuatro horas del dia. Comerian en una de las cuatro'mesas repartidas por el barco, la mas pequena para diez comensales y la mayor para cuarenta. Para cubrir las horas de recreo, habia equipos de submarinismo, kayaks con el suelo transparente, un catamaran de nueve metros de eslora, motos acuaticas, equipo de pesca y, por descontado, ningun megayate esta completo sin un helicoptero. Entre otros lujos, tambien podrian disfrutar de una sala de proyeccion, cuatro chimeneas, un salon descubierto, suelos con calefaccion en los banos, una piscina privada nudista para tomar el sol y caoba, laton y marmol italiano por todas partes. El camarote de los Trudeau era mas amplio que su dormitorio en tierra. Ademas, Carl habia encontrado por fin el lugar permanente para