Un frio desierto se ha recogido entre las hojas de los helechos silenciosos. A su lado, canta mi afliccion dulcemente. Enhebro la mitad del dia ^ en el verde oscuro de los aires que el poniente traiciona. – Hay mieses que crecen delicadas en el fondo marino de las nubes-. ?Donde me llevo el cierzo? ?Donde ire a dormir, que azul rocio me mecera en sus brazos? ?Acaso habre abierto mi alcoba a la penumbra? – El alma es una lira ennegrecida que sangra inconsolable por dentro de las cosas-. Mi corazon tiene la fuerza con que se bate el mundo por los barrancos florecidos de una manana de verano. – ?Vendras de nuevo con el olor a lecho de un animal hermoso?- Recibo de rodillas al deseo. ?Cuanto valdra, si nunca esta dormido? Le pido de una vez que me lleve en sus brazos, como un cuenco de rosas que a nadie le de miedo. Acaricio las ruinas tibias de la tarde. Astillas de sol oscuro, temblor, susurros, voluntad. Urdire los secretos que han de dar nombre a todas las estrellas. Son mis dedos Golondrinas que el azul ensortija entre el cielo y los campos. (Cumulo Omega Centauri)
Hay una miel nocturna que ata al aire y lo engana, recompone tramas de luz muy dulces. El pensamiento es la mision donde agota la vida sus fuerzas. Y el mar es el espejo en que la Luna descubre sorprendida sus colores de tiza solitaria. (Beta Centauri, estrella gigante azul)
Y cada copo de luz es una queja suave