—Pareces cansado, amor mio. —Su voz era calida y solicita—. Deberias tomarte un rato para descansar; el mundo no dejara de girar mientras tu duermes.

El sonrio de nuevo y le rodeo los hombros con un brazo, estrechandola contra su cuerpo.

—Mas tarde dormire un poco. —Senalo con la cabeza a la ventana, donde despuntaba el dia—. Todavia estamos esperando que regresen las primeras aves mensajeras. Tardan mas de lo que yo quisiera; esperaba que, a estas horas, la noticia se habria difundido por todas las provincias.

Sashka suspiro debilmente.

—?Y no hay noticias del paradero de Tarod?

—No. Desde luego, hemos tratado de localizarle por medios magicos, y las videntes de la Hermandad estan empleando todos sus recursos. Pero conozco a Tarod; si no quiere que le encuentren, se necesitaria, para descubrirle, mucho mas de lo que son capaces nuestros Adeptos.

—Le encontrareis —dijo ella, con tal veneno en la voz que Keridil se quedo momentaneamente sorprendido al ver que su odio igualaba al suyo—. Le encontrareis, Keridil. Y entonces...

Las unas de una mano se clavaron en la palma de la otra al cerrar ella los dedos. Cuando Tarod fuese capturado de nuevo gozaria con su muerte lenta. Dos veces habia burlado el al Circulo; estaba resuelta a no verse privada esta vez del placer de su destruccion final. Y quiza se permitiria verle por ultima vez, para recordarle que la habia conocido tocado y amado... Un ligero y agradable escalofrio recorrio su espina dorsal, y Keridil, al advertirlo, le pregunto, solicito:

—?Tienes frio, amor mio?

—No...

Apoyo una mano en su cadera y se apreto mas a el, excitada por sus propios pensamientos y por recuerdos de dias anteriores a aquel en que Keridil habia sustituido a Tarod en su corazon. Entonces, sin quererlo ella, la imagen de otra joven aparecio en su mente: pequena, vulgar, angulosa, desalinada, con unos cabellos que parecian de plata..., y un frio arranque de colera destruyo el naciente deseo. Se aparto bruscamente hacia la ventana, cerrando de nuevo los punos, y dijo, tratando de disimular lo que sentia:

—?Y que hay de aquella campesina?

— ?Cyllan Anassan? —Keridil la observo, consciente del torbellino en la mente de ella y procurando reprimir una punzada de sospecha en cuanto a su causa—. La estaran buscando; no me cabe duda de ello..., y tiene la piedra del Caos. Es imperativo que la encontremos antes que el.

Sashka encogio los hombros como un ave de presa.

—No quise decir eso. Se que la prendereis, Keridil; lo se. Pero, cuando la traigan al Castillo, ?que pasara?

El no respondio inmediatamente, y ella volvio la cabeza para mirarle. Keridil le devolvio la mirada todavia no despejadas del todo sus dudas, y al fin dijo:

—Ha sido puesto precio a su cabeza, no solamente por ser complice del Caos, sino tambien por el asesinato de Drachea Rannak. En conciencia, no podia decretar otra cosa. Pero si he de ser sincero, no me gusta la idea de ejecutar a una mujer.

Sashka fruncio los parpados.

— ?Ni siquiera a una mujer que mato al hijo y heredero de un Margrave a sangre fria?

—Ni siquiera a esa mujer. —Y anadio, con cierta brusquedad—: ?No podrias tu matar, Sashka? ?No lo harias por algo en lo que creyeses de verdad?

—Si ella cree en el Caos, ?solo merece la muerte!

— No he dicho que crea en el Caos —replico Keridil—. No creo que sea asi. Pero cree en Tarod.

Su expresion puso sobre aviso a Sashka justo a tiempo de controlar su reaccion, y se dio cuenta de que aquellas palabras eran un des a-fio. Si discutia, si mostraba emocion o colera, Keridil sospecharia la verdad: que su odio era en buena parte causado por los celos. Ella habia desdenado y traicionado a Tarod por el Sumo Iniciado, pero el conocimiento de que los sentimientos de Tarod se habian desviado hacia otra persona era mas de lo que podia tolerar. Especialmente cuando aquella otra persona era una campesina y vaquera vulgar, sin belleza ni educacion. Ahora, menos que nunca, debia permitir que Keridil percibiese la verdad...

Con rostro sereno, cruzo despacio la estancia, dirigiendose a el y apoyando una mano en su manga. Sus dedos trazaron sensualmente un dibujo sobre el brazo de el.

—Desde luego, tienes razon —dijo suavemente, alegrandose de conocer ahora lo bastante a su amante para saber lo que podia revelar y lo que debia ocultar—. Es dificil condenar de subito. Por ejemplo, si yo te estuviese defendiendo...

El se rio de esta idea, pero la tension habia cesado.

—?Espero no necesitarlo nunca!

Sashka bajo los ojos y levanto la mano de el hasta sus labios para besarla, lamiendo ligeramente su piel.

—Sin embargo, si llegase el momento de hacerlo... — Mordisqueo sus dedos—. Si me necesitases...

Dejo sin terminar la ambigua sugerencia y se alegro al sentir, al cabo de un momento, que el le rodeaba la cintura y la atraia hacia si.

—Si... —empezo a decir Keridil, pero se interrumpio al oir ruido en el patio.

Se volvio en redondo hacia la ventana y miro.

—?Un ave! ?Uno de los mensajeros ha vuelto! —Su abrazo cambio de naturaleza, y la beso rapidamente, como en un breve saludo, antes de soltarla del todo—. Disculpame, amor mio, pero he de ver lo que trae.

Y antes de que ella pudiese hablar, salio corriendo de la habitacion, cerrando de golpe la puerta a su espalda.

Sashka miro fijamente la puerta y despues lanzo una maldicion que, en labios de una joven noble y educada, habria hecho que su madre se desmayase del susto.

El halcon venia del sur de Chaun. Keridil reconocio el sello distintivo de la Matriarca, la Hermana Ilyaya Kimi, mientras se abria paso entre los mirones. El halconero del Castillo desprendio el mensaje de la pata del ave y se lo tendio gravemente, mientras el halcon aleteaba y se posaba en el puno de su amo, cansado pero todavia dispuesto a darle un picotazo a cualquiera que hiciese un movimiento imprudente. Keridil se alejo un poco y, mientras rompia el sello del enroscado pergamino, vio que Gant Ambaril Rannak se acercaba a traves del grupo de curiosos.

—Sumo Iniciado. —El Margrave habia presenciado la llegada del halcon desde su ventana, y sus cansados ojos tenian una expresion afanosa y atormentada—. ?Hay alguna noticia...?

—Una carta de la Matriarca de la Hermandad. —Keridil no desenrollo el pergamino, a pesar de la evidente ansiedad del otro hombre—. Me parece improbable que tenga noticias de los fugitivos. Lo siento. —Trato de suavizar sus palabras con una simpatica sonrisa—. En cuanto se sepa algo de la asesina de Drachea, te enviare a buscar.

Gant asintio con la cabeza, disimulando su contrariedad y recordando, de mala gana, que las cartas que se cruzaban entre dos de las tres primeras autoridades del pais no eran de incumbencia de un simple Margrave provincial.

—Desde luego... Gracias —dijo—. Pero cuando vi el pajaro, me pregunte si... —Irguio un poco los hombros—. Volvere junto a mi esposa.

Keridil le acompano hasta la puerta principal y, cuando el Mar-grave empezo a subir la escalera de los pisos superiores, volvio a toda prisa a su estudio. Sashka se levanto de su sillon al verle entrar.

—?Que es? —Habia cierta vivacidad en su tono.

—Un mensaje de la Hermana Ilyaya Kimi.

—?La Matriarca?

Por un instante, los ojos de Sashka permanecieron muy abiertos; como Novicia de la Hermandad le habian ensenado a reverenciar a su superiora casi como si fuese encarnacion de la sabiduria. Y por muy alta que fuese su posicion como prometida del Sumo Iniciado, aquel habito no se extinguia facilmente. Cuando Keridil se sento en el borde de la mesa y abrio la misiva, no trato de mirar por encima de su hombro como habria hecho en otra circunstancia, sino que observo, con los nervios en tension, mientras el leia en silencio. A los pocos momentos, comprendio que algo grave estaba ocurriendo.

Keridil leyo varias veces la enrevesada y adornada escritura de bien meditadas frases, esperando a medias que hubiese interpretado mal las palabras. Pero no podia haber error; la pregunta que formulara con tanta agitacion fue contestada.

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