Genevieve sintio un escalofrio. Si hubiera llegado unos segundos antes y ella no hubiera notado su presencia, la habria visto mientras se acariciaba.
Al pensar en ello, sus pezones se endurecieron.
– Todavia no me ha explicado el motivo de su presencia en mi propiedad, senor Cooper.
–
Genevieve miro a la perrita, que ladro junto al monton de ropa.
– Me ha traido corriendo desde Little Longstone -continuo el-. Y luego se ha escapado y me ha obligado a seguirla hasta aqui.
– Comprendo.
Simon la miro con una mezcla de humor y enojo.
– Mirela. Hace que cruce medio condado y ahora se tumba y se echa una siesta. ?Por que no te has dormido unos cuantos kilometros antes, pequeno monstruo?
Genevieve apreto los labios para no reir.
– El ejercicio es bueno para el cuerpo y para el espiritu, senor Cooper.
– Si, por la manana o por la tarde, no en mitad de la noche. A estas horas es una desgracia… ?seguro que no quiere una perra?
Ella rio.
– No, gracias. Si la llevara a casa,
– ?Y si se la cambio por su gata?
– Estoy tentada de aceptar el ofrecimiento, porque se que no lo dice en serio. Adora a esa perrita… no me lo niegue.
– Si, es verdad. Cuando esta dormida, es un angel.
– ?Que ha pasado con el hombre que disfrutaba con los retos?
– Sigue aqui, pero se ha quedado sin aliento despues de la caminata y de mirarla a usted -contesto, mientras se sentaba-. Una vision maravillosa, por cierto. Pero ahora es su turno… ?Que esta haciendo aqui?
– Yo diria que es obvio. Tomando las aguas.
– ?A esta hora de la noche? -pregunto, mirando a su alrededor-. ?Sola?
– Lo hago con frecuencia. Me ayuda a dormir. Y estaba completamente sola hasta que
Simon extendio un brazo y jugueteo con el agua.
– ?Baxter no esta en las cercanias?
– No.
– En tal caso, no debe de saber que ha salido. Es muy protector y no se lo permitiria.
– No, no lo sabe. Pero no es asunto suyo; ni de usted, por cierto. Como ha tenido ocasion de comprobar, voy armada… Aunque esto no es Londres; aqui no hay delincuentes que acechen en las sombras. De hecho, usted es la primera persona con quien me encuentro durante mis escapadas nocturnas.
– ?Y dice que viene con frecuencia? ?A medianoche?
Genevieve aparto la vista de la imagen extranamente excitante de los dedos de Simon, que seguia jugueteando con el agua.
– A decir verdad, si.
– Y ha venido esta noche porque no podia dormir.
El comentario de Simon, pronunciado con voz ronca, no fue tanto una pregunta como una afirmacion.
– Si.
– ?Y por que no podia dormir?
Genevieve penso que no podia porque no dejaba de pensar en el, de imaginar que la tocaba, la besaba y le hacia el amor. Porque el deseo que sentia era tan abrumador que no lograba concentrarse en nada mas.
– Por nada en particular -respondio.
– A mi me pasa lo mismo; tampoco podia dormir. Por eso sali con
Ella miro a la perrita.
– Con ella ha funcionado bien.
– Pero no conmigo.
Los dos quedaron en silencio. Los ojos de Simon brillaron mientras trazaba circulos lentos e hipnoticos en la superficie del agua. Genevieve tuvo que esforzarse por mantener una respiracion tranquila y regular bajo el escrutinio de su mirada; queria pedirle que se marchara inmediatamente, antes de que fuera demasiado tarde, pero no conseguia pronunciar las palabras. Y se pregunto si el estaria sintiendo la misma tension y la misma atraccion insoportables que ella.
– El agua esta caliente. Apetecible.
Ella asintio.
– Si.
Simon la miro a los ojos.
– ?No va a preguntarme por que no podia dormir?
Genevieve trago saliva y hablo en un murmullo.
– ?Por que no podia dormir?
– Por usted. Porque no podia dejar de pensar en usted.
Simon se quito una bota, retiro el calcetin y repitio la operacion con la siguiente. Genevieve miro sus pies desnudos con asombro, boquiabierta.
– ?Que…? ?Que esta haciendo?
– Explicarle por que no podia dormir. Cada vez que cerraba los parpados, veia su cara, su sonrisa, sus ojos. ?Tiene idea de lo extraordinarios que son sus ojos?
– No…
– Son del tono azul mas bello que he visto nunca, como un cielo despejado en un dia de verano. Y esas motas doradas… son deslumbrantes, y muy expresivos. Pero no siempre; a veces no logro interpretar su expresion y me siento tan frustrado que…
– No, no, preguntaba que estaba haciendo con sus botas…
– Ah, eso. Quitarmelas.
– Si, ya lo he visto. Pero, ?por que?
– Porque son mis botas viejas preferidas y no quiero que se estropeen con el agua.
Simon se levanto, se quito la chaqueta y empezo a quitarse el panuelo.
– ?Y que esta haciendo ahora?
– Quitarme el panuelo.
– ?Por que?
– Porque no puedo quitarme la camisa si no me quito antes el panuelo. Ha dicho que el agua esta bien…
– Si, es cierto, pero…
Las palabras se le ahogaron en la garganta cuando se quito la camisa por encima de la cabeza.
Era impresionante. Aunque a Simon Cooper no le gustara hacer ejercicio a medianoche, su cuerpo demostraba que lo ejercitaba con frecuencia en horas menos intempestivas. La mirada estupefacta de Genevieve recorrio su pecho ancho, de musculos bien definidos y una sombra de vello negro que descendia por su estomago y desaparecia por debajo de sus pantalones, hacia el abultamiento clamoroso de su parte delantera. Al parecer, ella no era la unica persona que estaba excitada.
Antes de que pudiera tomar aire, Simon se acerco al borde del estanque.
– ?Que esta…? ?Que esta haciendo ahora?
Simon entro en agua.
– Unirme a usted.
Capitulo Nueve