– La cabeza me duele mucho. ?Que ha pasado?

– Te han disparado.

El parpadeo e intento levantarse, pero el dolor era tan intenso que tuvo que cerrar los ojos otra vez y se quedo muy quieto.

Al cabo de unos segundos, pregunto:

– ?Waverly?

– Supongo que te refieres al otro hombre…

El se puso en tension.

– Si, si…

– Esta muerto, Simon.

La noticia parecio aliviarle mucho.

– Menos mal.

Baxter reaparecio entonces y declaro:

– La casa esta vacia. Me voy; volvere con el medico y con el juez.

Guando el mayordomo se marcho, Simon miro a Genevieve y volvio a hablar.

– ?Como me habeis encontrado?

– Ya habia amanecido y no volvias, asi que empezamos a preocuparnos. Al llegar, te hemos visto en el suelo. El otro hombre ya estaba muerto. Tiene un cuchillo clavado en el pecho -le informo.

– Comprendo…

– ?Que ha ocurrido, Simon?

Simon se empeno en sentarse. Le costo mucho y fue un proceso lento y doloroso, pero lo consiguio con ayuda de Genevieve. Unos minutos despues, cuando ya se encontraba algo mejor, miro los preciosos ojos azules de su amante y se sintio culpable por todo lo que habia sucedido.

Genevieve se preocupaba por un hombre de quien desconocia su nombre real y hasta su profesion; por un hombre que se habia aprovechado de ella.

Apreto los labios y la miro.

– Anoche me confesaste que no habias sido totalmente sincera conmigo, que tus circunstancias no eran las que yo pensaba. Pues bien, hoy me encuentro en la misma tesitura que tu. No trabajo para el senor Jonas Smythe; a decir verdad, esa persona no existe. Trabajo para la Corona.

Genevieve parecia confusa.

– ?Eres administrador de la Corona?

– No, no. Me dedico a obtener informacion y a capturar a individuos que supongan un peligro para el pais - respondio.

Ella parpadeo.

– ?Eres un espia?

– Si.

– Un espia… -repitio-. ?Desde cuando?

– Desde hace ocho anos.

– ?Y como te convertiste en espia?

– Me presente voluntario. Mi familia es rica y nunca habia necesitado nada… hasta entonces. Me dedicaba a disfrutar de mis privilegios y de mi dinero y no hacia nada mas, nada de valor. Pero una noche, unos amigos y yo entramos en una taberna de una zona de Londres que nunca visitabamos. Me enfrasque en una conversacion con el posadero, que se llamaba Billy. En realidad, solo pretendia reirme a su costa. Pero curiosamente, aquel hombre me cambio la vida.

– ?Como?

– Hablandome de la suya. Me dijo que habia servido en la Marina y que habia estado a punto de morir en una batalla. Sobrevivio, pero perdio una pierna y tuvo que buscar desesperadamente un trabajo para sacar adelante a su esposa y a su hijo. Hablaba con tanta pasion de ellos, que de repente pense en mi propia vida y me di cuenta de que la estaba desperdiciando por completo.

– Entiendo…

– Supe que, mientras otros hombres se dedicaban a servir a su pais, yo no hacia otra cosa que ir de fiesta en fiesta, de taberna en taberna y de placer en placer. Me disgusto tanto que decidi cambiar, hacer algo importante, algo digno. Algo de lo que me pudiera sentir orgulloso -confeso.

Ella asintio lentamente.

– Si nos hubieramos conocido hace ocho anos, no me habrias gustado…

– Casi seguro que no. Dificilmente podria gustarte yo cuando ni yo mismo me gustaba.

– ?Y ahora? ?Te gustas mas?

– En este momento preciso… no. Te he mentido. Pero en general, si. Me enorgullezco del trabajo que he hecho y de la gente a quien he ayudado. Por desgracia, mi trabajo implica secreto y el secreto implica mentiras. Durante ocho anos he mentido a mis amigos y a mi familia; ninguno de ellos sabe lo que tu sabes ahora. Pero creeme, Genevieve, no te habria mentido de no haber sido necesario.

Ella volvio a asentir.

– Eso significa que no viniste a Little Longstone de vacaciones…

– No, en absoluto. Vine para encontrarte. Para recuperar la carta que lord Ridgemoor te envio.

Genevieve palidecio y solto su mano. Simon habria dado cualquier cosa por recuperar el contacto con ella, pero prefirio no presionarla.

– ?Como lo sabias?

Simon contesto a su pregunta y le conto todo lo demas, desde el plan de Waverly para asesinar al conde y culparlo a el de su muerte, hasta las ultimas palabras del hombre que habia sido su superior en el servicio de espionaje.

No se guardo nada. Fue completamente sincero con ella. Y cuando termino, Genevieve permanecio en silencio durante un minuto antes de hablar.

– Entonces, Richard esta muerto.

– Si, lo siento. Se cuanto lo apreciabas.

– Siempre supiste que no era viuda, que habia sido su amante.

– Si.

– Te ganaste mi amistad, coqueteaste conmigo, me sedujiste… y todo, porque querias esa maldita carta - afirmo.

– No, yo…

Genevieve alzo una mano para que la dejara hablar.

– No mientas de nuevo, Simon.

– No miento. Admito que vine con intencion de recuperar la carta a cualquier precio. Pero cuando te vi… no eras lo que yo esperaba. Genevieve, lo que hemos compartido es absolutamente real, verdadero.

Genevieve solto una risa de incredulidad.

– ?Real? ?Pero si se basa en una mentira! Si tanto querias esa carta, ?por que no me la pediste?

Simon tardaba tanto en responder que Genevieve lo adivino antes.

– Dios mio… No me la pediste, porque pensabas que estaba involucrada en la muerte de Richard.

– Era una posibilidad, si.

– De manera que no solamente me sedujiste para conseguir tu objetivo, sino que ademas lo hiciste creyendome directa o indirectamente responsable de un asesinato. ?Y dices que te sientes orgulloso de tu trabajo?

Sin pensarlo, Simon extendio un brazo para tocarla. Pero ella se aparto como si su contacto le quemara.

– Al principio no podia ser sincero contigo. Lo unico que sabia de ti era lo que me dijo un hombre moribundo, Ridgemoor; y mas que exonerarte, sus palabras te incriminaban. Solo dire, en mi defensa, que supe que eras inocente en cuanto pase unos minutos contigo.

– Y no obstante, te guardaste la verdad.

– Pensaba contartelo todo y pedirte la carta hoy mismo, cuando volviera a la casa.

– Claro, pero unicamente porque la habras buscado por todas partes y no la has encontrado. Supongo que has registrado nuevamente mis pertenencias…

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