Capitulo 13

La mujer moderna actual merece experimentar una gran pasion en su vida, pero desgraciadamente no todas las mujeres tienen la bendicion de encontrar a alguien que inspire en ellas tamano deseo. Si por fortuna conocen al hombre que haga palpitar su corazon, temblar sus rodillas y estremecerse todo su ser, no deberian permitir que nada se interpusiera en su camino y les impidiera disfrutar a manos llenas de la felicidad.

Guia femenina para la consecucion

de la felicidad personal y la satisfaccion intima.

Charles Brightmore.

Nathan ordeno a Medianoche aflojar el paso cuando se acercaron a la curva del sombrio sendero bordeado de arboles.

– ?Es este el sitio? -pregunto Victoria, que avanzaba junto a el a lomos de Miel.

– Justo al doblar la curva. -Inspiro hondo y se preparo para lo que estaba por venir, aunque no hizo nada por detener la embestida. En cuanto doblo la curva, le asaltaron los recuerdos que tanto habia luchado por apartar de su cabeza, poniendo cerco a las fortificaciones que con tanto esmero habia levantado para protegerse de la culpa, del remordimiento y de la autocondena que habian amenazado con consumirle desde lo mas profundo de su ser. Aunque desde un buen principio era consciente de que tendria que volver a visitar ese lugar, habia esperado, rogado, que las imagenes se hubieran desvanecido. Sin embargo, se le clavaron como un cuchillo en el vientre.

Tiro de las riendas de Medianoche hasta detener al caballo y bajo la mirada al punto exacto donde habia encontrado a Gordon, desplazandose luego hasta el seto del que habia sacado a Colin. Cerro con fuerza los ojos. Por su mente desfilaron vividas imagenes y tajos de dolor que escocieron como un latigazo, abriendo aun mas las cicatrices del arrepentimiento que ya marcaban su piel. Se le tenso el pecho y la garganta y, abriendo los ojos, escudrino el terreno. La lluvia caida durante los ultimos tres anos habia borrado cualquier resto de la sangre de Colin y de Gordon. Cuanto lamentaba no haber podido limpiar asi su memoria.

Sintio que le tocaban el brazo y volvio la cabeza. Victoria habia posado su mano enguantada sobre su manga y le miraba con una expresion de inconfundible preocupacion.

– ?Estas bien, Nathan?

No. No estoy bien, penso. Habia perdido todo cuanto le importaba. Exactamente alli. Y el era el unico culpable.

– Si. Estoy bien.

– Tienes mal aspecto.

Nathan forzo un esbozo de sonrisa.

– Gracias, aunque debo advertirte que palabras tan edulcoradas suelen subirseme a la cabeza.

Ni un leve asomo de diversion ilumino los rasgos de Victoria mientras su mirada estudiaba la de el durante lo que se le antojo una eternidad. Por fin dijo con voz queda:

– Te resulta doloroso estar aqui.

Nathan se vio obligado a tragarse el sonido aciago que sintio ascender por su garganta y asintio, sin confiar demasiado en su propia voz.

– ?Quieres contarme lo que ocurrio?

Un inmediato «no» estuvo a punto de salir de labios de Nathan, pero la compasion que colmaba la voz y los ojos de Victoria pudo con el. De pronto no se le ocurrio un solo motivo convincente para no contarselo.

– A partir de ciertos datos que me facilito un informador, me lleve la valija de las joyas de un barco anclado en Mount's Bay.

– ?Como te las llevaste?

Nathan se encogio de hombros.

– Digamos simplemente que soy buen nadador y que me manejo bien con el cuchillo. -Los ojos de Victoria se abrieron de par en par, pero antes de que pudiera seguir interrogandole, el prosiguio-. Esa noche debia hacer aqui entrega de las joyas, pero cuando llegue oi disparos. Descubri a Gordon herido en el sendero. Cuando me acerque a el, me golpearon por la espalda y solte las joyas. Antes de que pudiera recobrar el sentido, mi asaltante las cogio y desaparecio en el bosque.

– ?No saliste tras el?

– No.

– ?Por que?

Otro recuerdo prenado de culpa le golpeo con un visceral punetazo.

– Porque me parecio mas importante comprobar que Gordon estuviera vivo. Luego me di cuenta de que tambien a Colin le habian disparado.

– ?A quien se suponia que debias entregarle las joyas?

Nathan vacilo. Jamas se lo habia dicho a nadie, a pesar de que no estaba ya en la obligacion de permanecer en silencio. Sin embargo, y aunque el instinto le aconsejaba mantener la informacion en secreto, tambien le decia que podia confiar en esa mujer. Y que ella estaba en el derecho de saber.

– Tendras que darme tu palabra de que jamas repetiras lo que estoy a punto de decirte.

– Muy bien.

– Supuestamente, debia entregar las joyas a tu padre.

La mano de Victoria se despego lentamente de su manga y fruncio el ceno.

– ?A mi padre? -repitio con tono confundido-. No entiendo. ?Estaba aqui? ?En Cornwall?

– Si. Cuando oi los disparos, lo primero que pense fue que habian atacado a tu padre. Sin embargo, cual fue mi sorpresa cuando vi que eran Gordon y Colin los que estaban heridos.

– ?Por que?

– Porque no sabian nada sobre la mision. Los unicos que estabamos al corriente de ella eramos tu padre y yo. A dia de hoy, ni Gordon ni Colin saben que era tu padre la persona con la que yo debia encontrarme, y quiero que eso siga asi. Al menos, por ahora.

– Pero ?por que no se les incluyo en la mision? Y, si no lo estaban, ?que hacian aqui esa noche?

– Tu padre estaba a cargo de la mision y solo queria implicar a un operativo. En cuanto a por que me eligio a mi en vez de a Colin o a Gordon, fue simplemente una cuestion de dinero. Se ofrecia una gran recompensa por la recuperacion de las joyas. Por su condicion de herederos, Colin y Gordon tenian la vida resuelta. Yo, en cambio, no podia decir lo mismo. Al asignarme la mision, tu padre me ofrecio la oportunidad de acceder a una situacion de seguridad economica.

– Ya… veo -dijo ella, aunque sin duda todavia le rondaban algunas preguntas-. ?Que paso con mi padre esa noche? ?Tambien el resulto herido?

– Naturalmente yo estaba muy preocupado por el. En cuanto acabe de curar a Colin y a Gordon recibi un mensaje codificado de tu padre en el que me informaba de que habia sido asaltado poco despues de haber salido de la posada donde se alojaba y en el que me preguntaba que habia ocurrido. Le escribi una explicacion, a la que el respondio diciendome que habia decidido regresar a Londres y en la que me daba instrucciones de que dijera lo menos posible a Colin y a Gordon sobre la mision, al tiempo que insistia en que no mencionara su implicacion en lo ocurrido. Logre evitar las preguntas de Colin y de Gordon mientras les curaba las heridas, aunque sabia que no podria seguir evitandolas durante mucho tiempo. Cuando finalmente exigieron respuestas, mis vagas explicaciones no lograron satisfacerles. Casi de inmediato estallaron los rumores sobre las joyas desaparecidas y mi implicacion en el caso, sin duda gracias a los retazos de conversacion oidos por el servicio. Lo siguiente que supe fue que se me interrogaba oficialmente. A pesar de que nunca se logro probar nada contra mi, fueron muy pocos los que me consideraban inocente. Cada dia que pasaba surgian nuevos chismes. Las miradas y los susurros me seguian por el pueblo. Y tambien en casa.

– ?Tu familia te creyo culpable?

– Aunque ni Colin ni mi padre llegaron en ningun momento a acusarme abiertamente, tampoco proclamaron

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