inquietante. De una manera que no podia describir por completo, pues era algo que no habia sentido antes.
Si, parecia que habia mas en lady Emily Stapleford de lo que el sospechaba. Esa tarde habia vislumbrado en ella varias de las cualidades que el admiraba en una persona y con las que nunca la habria vinculado. Y ese descubrimiento le resultaba muy desconcertante. No queria que le gustara esa joven. Ya era suficientemente malo que la deseara.
«Que la desees con desesperacion», lo azuzo aquella molesta vocecita interior.
Vale. «Con desesperacion.» El agudo deseo que sentia por ella era de lo mas inoportuno y complicaba bastante las cosas. Si encima la joven le gustaba… Nego con la cabeza. Eso solo anadiria mas confusion a una situacion ya de por si enrevesada.
Como no queria pensar en aquel deseo -vale, de acuerdo, en su agudo deseo, -decidio que seria mejor reanudar la conversacion, pero sobre un tema menos serio y personal.
Se aclaro la garganta.
– Ya sabe que ni siquiera mi vasta riqueza me ha permitido poseer un titulo tan distinguido como el suyo - dijo.
Ella se giro hacia el y, maldita sea, Logan se encontro perdido en esos ojos que hoy parecian mas azules que verdes gracias al profundo tono celeste de la capa. Brillaban con esa pizca de picardia que encontraba, muy a su pesar, tan atrayente.
La joven arqueo una ceja.
– ?Ah, si? ?Le gustaria ser lady Logan Jennsen?
– Mmm. Aunque es un titulo muy distinguido, me referia al titulo de campeona invicta de la caza de ranas.
– Ah. -Ella solto un suspiro exagerado. -Me temo que solo puede haber un campeon invicto. Por consiguiente tendra que aspirar, como mucho, a un titulo menor.
El nego con la cabeza.
– Me niego a quedar en segundo lugar. Digame, ?que hace con las ranas que caza?
– Por lo general hacemos que compitan en carreras de saltos. El ganador es nombrado «Rey Rana». Luego las soltamos.
– Rey Rana. Lo llaman asi por el famoso cuento, ?no?
– Supongo, aunque por supuesto ninguna de nuestras ranas se ha convertido en un hermoso principe.
– No creo que el final de esa historia fuera lo mejor para el principe.
– ?Por que dice eso? Se rompio el hechizo, y dejo de ser rana. Y al ser un hermoso principe acabo casandose con una hermosa princesa.
– Si, pero ?que tipo de mujer era ella? Sin duda era bella, pero tambien era una mujer mimada y egoista, y si cumplio la promesa que le hizo a la rana fue porque la obligo su padre. Asi que trato mal a la rana y se nego a quererla hasta que se convirtio en un principe guapo y rico al que, por supuesto, si amo. -Logan meneo la cabeza. -Siempre he sentido lastima por ese pobre desgraciado que acabo atado a esa joven de tan escasos valores morales. Esa historia solo prueba algo que siempre he creido.
– ?El que?
– Que la belleza esta en los ojos del que mira. El principe penso que la princesa era una mujer deslumbrante, pero en mi opinion no era para nada atractiva. Hubiera preferido a una mujer que pareciera una rana pero que fuera noble y poseyera un corazon amable y sincero.
Ella emitio un sonido de incredulidad.
– Y lo dice un hombre que se pasea con una de las mujeres mas bellas de la sociedad.
El alivio inundo a Logan al comprender que Emily era tan vanidosa como pensaba. Un rasgo que siempre le habia resultado intolerable, lo que era de agradecer, pues sabia que nunca podria gustarle una mujer que se jactaba de su propia belleza.
– Eso ha sido un tanto presuntuoso por su parte, ?no cree?
– No pudo evitar senalar a pesar de su alivio.
Emily parpadeo. Luego abrio mucho los ojos y se rio.
– Cielos, no me referia a mi, sino a lady Hombly.
La sonrisa de Logan se evaporo como un charco en el desierto y fruncio el ceno. Lady Hombly. Maldita sea. Se habia olvidado por completo de ella.
– No sabia que lady Hombly y usted fueran tan amigos -continuo ella.
– Y no lo somos.
– ?Ah, no? Parecia muy desolada por haber tenido que interrumpir el paseo.
– Si estaba desolada era porque se le mancho la capa.
– No hay necesidad para la falsa modestia, senor Jennsen. Estoy segura de que lady Hombly se sintio apenada ante el hecho de tener que prescindir de su compania.
– Le aseguro que no es mi intencion alardear de falsa modestia. Y tampoco creo que la gente me busque por razones distintas a aquellas por las que lo hace.
– ?Su brillante ingenio y sus impecables modales? -sugirio ella en tono cortante.
– Por supuesto. Obviamente, mis conocimientos financieros y mi fortuna no tienen nada que ver.
Ella meneo la cabeza y chasqueo la lengua.
– Que cinico es usted. -Mas bien soy realista.
– Dice que la gente solo le busca por sus conocimientos financieros, aun asi, parece que dedica casi todo su tiempo y energia a sus negocios.
– Asi es.
– ?Hay algo mas de lo que disfrute aparte de eso?
El considero la cuestion durante varios segundos.
– Las negociaciones -dijo, -las inversiones arriesgadas o aumentar los activos de mis negocios… eso es lo que mas disfruto. Y a riesgo de sonar pedante, soy muy bueno en ello.
– Si, pero ?que hace para divertirse?
El fruncio el ceno.
– ?Para divertirme?
Para irritacion de Logan, ella se rio.
– Si, para divertirse. No me dira que no conocen ese termino en America. -Como el continuo frunciendo el ceno, anadio: -Santo Cielo, no sera usted un caso perdido, ?verdad? Seguramente tiene que haber algo que le parezca divertido. Sin tener en cuenta los negocios, ?cuando fue la ultima vez que disfruto de algo?
El se giro hacia ella y se permitio posar la mirada en sus labios durante varios segundos.
– ?De verdad quiere saberlo? -le pregunto con suavidad.
– Yo… bueno… si. Por supuesto. -Emily se humedecio los labios y Logan volvio a sentirse atraido hacia aquella exuberante boca que se amoldaba tan perfectamente a la suya.
Tras un breve momento, la miro a los ojos.
– Anoche. Cuando la bese.
Un ardiente rubor cubrio con rapidez las mejillas de Emily, y el tuvo que cerrar los punos para evitar acariciar el profundo sonrojo que sus palabras provocaron.
– Mmm… ?Y antes? -dijo ella con voz entrecortada.
– ?Esta segura de querer saberlo? -pregunto el de nuevo.
Esta vez, Emily se limito a asentir con la cabeza.
– Hace tres meses. Cuando la bese.
Logan observo que ella inspiraba profundamente.
– ?Y antes de eso?
Despues de pensarselo durante varios segundos, Logan se dio cuenta de que no podia recordar nada mas que no estuviera relacionado con su trabajo. Lo cual le sorprendio e inquieto a la vez. Cavilo si decirle la verdad o no, pero decidio que no serviria de nada mentir. Y por otra parte, se mostraba reacio a hacerlo.
– No lo se -admitio. Le recorrio la cara con la mirada. -Esta sonrojada, lady Emily.
El rubor de la joven se hizo aun mas profundo, algo que, maldita sea, lo fascinaba todavia mas.
– Porque hablar de besos -siseo ella en voz baja -es impropio.
– ?Y acaso no lo es besarse de verdad?