impaciente por que me pusiera en camino. Me encanto complacerle.

– ?Y no le contaste tus planes a nadie mas?

– No. ?Y tu? ?Le comentaste a alguien adonde iba?

– Se lo dije a Victoria, pero por la noche, cuando estabamos en casa de los Harriman -dijo Justin. Su expresion se hizo cada vez mas seria-. Gregory habria tenido un amplio margen de tiempo para organizado todo con los hombres que te atacaron.

Un repentino y profundo agotamiento se adueno de Stephen.

– ?Dios mio, Justin! Siempre he sabido que, exceptuando a Victoria, mi familia es inmoral y repugnante, pero he de admitirlo, estoy profundamente desconcertado por la posible implicacion de Gregory en todo esto.

– Bueno, yo cambiaria «posible» por «probable» y decidiria que vamos a hacer al respecto.

– En realidad, tengo un plan.

– Excelente. Soy todo oidos -dijo Justin.

Stephen entrelazo los dedos de ambas manos por detras de la espalda e intento ordenar sus pensamientos mientras avanzaba por el sendero. Justin le siguio, esperando en silencio.

– Se me ha ocurrido -dijo Stephen- que nuestro culpable, sea Gregory o Lawrence u otra persona, cree que estoy muerto o desea que lo este.

– Si-ratifico Justin-. Indudablemente, verte aparecer va a ser una verdadera conmocion para alguien.

– Ya lo creo que si. Pero no me parece que deba dejarme ver todavia. Sera mucho mejor que me quede aqui, donde esta garantizada mi seguridad, hasta que me encuentre completamente recuperado. Hayley me ha ofrecido que permanezca todo el tiempo que necesite para reponerme, y yo habia pensado aceptar su invitacion. Mientras tanto, tu puedes investigar discretamente. Observa a Gregory y tambien a Lawrence.

– Dalo por hecho -dijo Justin sin dudarlo ni por un instante-. Pero no puedes quedarte aqui, en medio de ninguna parte, para siempre.

– Cierto. Fijaremos una fecha limite, digamos dos o tres semanas. Eso deberia darte suficientes oportunidades para hacer indagaciones. Tenia programado estar fuera esta semana, o sea que nadie deberia echarme en falta todavia. Puedes mencionar delante de mi familia y del servicio que hace unas semanas te dije que estaba planeando un viaje al continente, lo que explicara mi ausencia durante las proximas semanas. Si para entonces todavia no has averiguado nada, reaparecere. Con un poco de suerte, provocare tal conmocion en el culpable que se pondra en evidencia.

– Una buena teoria, pero… ?y si, al verte, no se arrodilla ante ti y lo confiesa todo? ?Y si, en vez de eso, vuelve a intentarlo y esa vez consigue su objetivo?

– Sabemos quienes son nuestros principales sospechosos, de modo que estaremos preparados -contesto Stephen-. Si falla todo lo demas, siempre podemos tender una trampa a ese indeseable utilizandome como cebo.

– No lo veo nada claro -protesto Justin-. Es demasiado arriesgado.

– A mi eso no me preocupa demasiado -admitio Stephen-, aunque no creo que tengamos que llegar a ese extremo. Con un poco de suerte, mi querido hermano o ex socio potencial se pondra en evidencia durante las proximas semanas. Y, si no lo hace, por lo menos tendre tiempo para curarme y recuperar fuerzas antes de regresar a Londres.

– Hay algo que podemos hacer-sugirio Justin-. Si no apareces, sea vivo o muerto, lo mas probable es que nuestro asesino se ponga cada vez mas nervioso. Preguntare a la senorita Albright la localizacion exacta del lugar donde te encontraron y mandare a alguien alli para que vigile si se acerca alguien buscando un cuerpo.

– Es un plan excelente, pero tal vez lleguemos demasiado tarde. Ya llevo aqui una semana entera.

Justin fruncio el entrecejo.

– Tienes razon. Si el asesino ya se ha enterado de que tu cuerpo no estaba donde se supone que deberia estar y sabe que existe la mas remota posibilidad de que sigas con vida, te buscara. -Su mirada se cruzo con la de Stephen-. Y tal vez te encuentre aqui.

Stephen reflexiono sobre las palabras de Justin.

– Tal vez tengas razon, pero las probabilidades de que alguien me encuentre aqui son muy escasas. Segun me ha explicado la senorita Albright, nos hallamos como minimo a dos horas de camino del lugar donde me atacaron. Ademas, si nuestro hombre se pone nervioso, sera mas facil que cometa un error. Y eso ira a nuestro favor.

Justin insto a Stephen a que se detuviera poniendole una mano en el hombro.

– ?Y que haras si resulta que tu hermano esta detras de todo esto?

Stephen se volvio y miro a su amigo a los ojos.

– Ya conoces la situacion de mi familia. Nunca he tenido la sensacion de tener un hermano, ni siquiera cuando era nino. Si Gregory es responsable de los ataques contra mi persona, entonces puede quemarse en el infierno, que es adonde pertenece.

La mirada de Justin sondeo la de Stephen y entre ellos fluyo un entendimiento mutuo fruto de una profunda amistad.

– Hare cuanto pueda para ayudarte -le prometio Justin con voz pausada. Reanudaron el paseo y se dirigieron hacia la casa. Tras un breve silencio, Justin pregunto:

– ?Les has dicho a los Albright que eres tutor?

– Si. Se creen que no tengo familia y que me apellido Barrettson. Pense que era mejor mantener en secreto mi identidad.

A Justin se le escapo una risita.

– ?Tu? ?Tutor? No te puedo imaginar tratando cada dia con ninos, dictando ecuaciones matematicas y soltando citas filosoficas.

Stephen miro a su amigo con mala cara.

– Me parecio una buena idea -dijo en tono aspero.

– Oh, si, muy buena. ?Ya lo creo! -afirmo Justin sin poder reprimir una sonrisa-. Dime, ?como son los padres de la senorita Albright? Supongo que deben de ser bastante poco convencionales, teniendo en cuenta que permiten que su hija se pasee de noche por esos caminos de Dios con la unica compania de sus lacayos y que rescate a victimas de los arroyos. Y, francamente, no tengo palabras para describir a ese hombre que me ha abierto la puerta. Ese impresentable no era su padre, ?verdad? Eso espero.

– No, sus padres estan muertos.

Justin se puso serio.

– ?Entonces…? ?Quien cuida de ella?

Stephen reprimio el impulso de poner los ojos en blanco.

– ?Que quien cuida de ella? Nadie, nadie en absoluto.

Ella lleva todo el peso de la casa, que incluye cuatro hermanos menores y una tia mayor y medio sorda que requiere mas cuidados de los que es capaz de proporcionar. Y tambien hay un lacayo entrado en anos que ni siquiera es capaz de encontrar sus gafas, y ese gigante que suelta tantos improperios como el marino que solia ser. Y no nos olvidemos de un detestable cocinero frances de quien he oido que gusta lanzar por los aires cazos y sartenes.

Justin se mostro azorado.

– ?Lo dices en serio?

Stephen asintio y se llevo una mano al pecho.

– Completamente en serio. Nunca he visto una casa igual. No se como he logrado contenerme y no corregirlos constantemente. He tenido que morderme la lengua docenas de veces. Ayer por la tarde cene con toda la familia por primera vez. Los ninos comen en la misma mesa que los adultos y, por lo que pude ver, se pueden pasear a sus anchas por todo el comedor.

»La mas pequena es una nina de seis anos, Callie, que esta empenada en que asista a la merienda que celebraran ella y su muneca. ?Una merienda con una nina y una muneca! ?Por el amor de Dios! Luego estan Andrew, de catorce anos, y Nathan, de once, dos verdaderos demonios. No paran de discutir y me ponen la cabeza como un bombo. Por lo que he podido ver, Pamela, de dieciocho anos, es la unica persona razonablemente educada y que habla con delicadeza de toda la pandilla.

Justin solto una carcajada.

– Una pandilla realmente asombrosa. ?Y que me dices de tu salvadora, la senorita Hayley Albright? -Dirigio

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