Edward como regalo de bodas. Y hasta el dia de hoy, lord Robert se ha ocupado de que no me falte de nada. -Se detuvo y se sono con fuerza la nariz-. No se podria pedir un hombre mejor que lord Robert.

Allie no podia hablar, casi ni podia mover la cabeza para asentir. La emocion le habia provocado un nudo en la garganta y sentia lagrimas ardientes en los ojos. Dios, lo que Robert habia hecho por aquella familia. Arriesgar su propia reputacion para salvar a un hombre de la prision o peor, y a su esposa y su hija de la ruina. Sollozo. ?Como podia haber sido tan estupida de comparar a un hombre asi con David?

Trago saliva y apreto las manos de la senora Morehouse entre las suyas.

– Senora Morehouse, quiero que sepa lo mucho que aprecio el que me haya contado todo esto, y deseo asegurarle de nuevo que no traicionare su confianza.

La senora Morehouse asintio con la cabeza y luego sonrio.

– Gracias, senora Brown. Mi Hannah y su esposo esperan su primer hijo. Y todo eso es posible gracias a lord Robert. No podia permitir que nada le privase de la felicidad que el le permitio tener a mi hija. -Se puso en pie-. No la entretendre mas rato. Que Dios les sonria a ambos.

Allie la acompano al vestibulo. Le dio la mano agradecida y se despidio de ella. Fenton acababa de cerrar la puerta cuando Robert aparecio. Los blancos vendajes que le rodeaban la cabeza y el cabestrillo del brazo le daban un aire desarreglado. Allie sintio que su calida sonrisa le afectaba de la cabeza a los pies.

– ?Ya hemos tenido compania esta manana? -pregunto Robert.

– He tenido una visita -respondio Allie, observandole-. La senora Morehouse, del pueblo.

Robert se quedo inmovil.

– ?Nos perdonas un momento, Fenton? -dijo sin apartar la mirada de Allie.

– Si, senor. -El mayordomo desaparecio por el pasillo.

– ?Que queria la senora Morehouse? -pregunto Robert.

En lugar de contestarle inmediatamente, Allie se acerco a el. Cuando estuvo ante el, le tomo el rostro entre las manos y lo miro a los ojos. Unos ojos tan hermosos. Un hombre tan hermoso. Y que maravillosamente hermoso era que la amara.

– Me ha explicado lo del incendio, Robert -susurro-. Me lo ha contado todo. Lo de Nate y su hija… lo que hiciste por ellos.

Robert parecio anonadado por un momento, luego en sus ojos brillo la tristeza.

– No hice nada por ellos, Allie. Yo fui el culpable del incendio. -Allie le puso un dedo sobre los labios.

– No. No mas de lo que yo pueda ser culpable de lo que hizo David. No podemos controlar los actos de otra gente.

– ?Por que…? ?Como es que ha venido? ?A preguntar por ti?

– Elizabeth le escribio diciendole que me habias propuesto matrimonio y yo te habia rechazado debido a tu pasado.

– ?Elizabeth? -repitio, frunciendo el ceno-. ?Por que haria ella una cosa asi? No sabe la verdad sobre el incendio… -Su voz se fue apagando y luego se miraron largamente. Por fin, dijo-: Si, bueno, como los dos sabemos, no siempre es necesario decirle algo para que Elizabeth lo sepa.

– Robert… lo que hiciste por esa familia… No se que decir para expresarte mi admiracion. -Una pequena sonrisa le curvo los labios-. Bueno, la verdad es que creo que si. Puedo decir: «Te admiro profundamente, Robert. Eres el hombre mas decente y honorable que he conocido. Y te amo. Apasionadamente.»

Los ojos de Robert se oscurecieron y la agarro de la mano. Se la llevo a los labios y la beso.

– ?Como de apasionadamente?

Allie sintio que un calor le recorria las venas, templado solo por la risa que le provoco su exagerada sonrisa lasciva.

– Extremadamente. Pero el vestibulo no es un buen lugar para probartelo.

– Espero que no desees un noviazgo largo.

Un sonoro «ejem» se oyo en la escalera. Se volvieron y vieron a Elizabeth bajando. La mirada de esta fue del uno al otro con una expresion que reflejaba una mezcla de inquietud y esperanza.

– Buenos dias -dijo cuando se reunio con ellos. Robert la saludo inclinando la cabeza.

– Buenos dias, Elizabeth. Allie y yo estabamos comentando la visita de la senora Morehouse esta manana.

El rostro de Elizabeth reflejo alivio y nerviosismo.

– Ya veo.

– Sabes la verdad sobre el incendio -afirmo Robert.

– Si -respondio despues de dudar un segundo.

– Nunca lo has mencionado.

– Porque no era asunto mio. Y sigue sin serlo. Pero cuando me di cuenta de que os podia separar, y sabiendo que estabas obligado a guardar el secreto por la promesa que le hiciste a Nate, escribi a la senora Morehouse y le mencione la desafortunada situacion romantica, esperando que viniera aqui. Ella podia explicarselo a Allie sin que tu faltaras a tu palabra. -La mirada de Elizabeth fue del uno al otro-. Espero que me perdoneis.

Robert dejo escapar un soplido lento y profundo, luego miro a Allie con expresion burlona.

– No se. ?La perdonamos?

Allie suspiro teatralmente y se encogio de hombros.

– Sera mejor que lo hagamos. Si decimos que no, solo tendra que tocarnos para saber que le mentimos.

Robert se volvio hacia Elizabeth.

– Muy bien. Mi futura esposa dice que debemos perdonarte. Por lo tanto, te perdonamos.

Una sonrisa cruzo el rostro de Elizabeth.

– ?Futura esposa?

– Si. Lo cierto es que la dama acepto mi proposicion ayer por la noche… incluso antes de hablar con la senora Morehouse.

Un alivio inconfundible se dibujo en el rostro de Elizabeth, y abrio los brazos hacia Allie.

– Muchas gracias. Por todo -le susurro Allie en el oido mientras se abrazaban con fuerza.

Con una gran sonrisa, Elizabeth unio a Robert en el abrazo. Cuando se separaron, Elizabeth tenia el rostro serio.

– Dame la mano -ordeno a Robert. Cuando este lo hizo, Elizabeth se volvio hacia Allie-. Ahora damela tu. - Allie puso su mano en la de Elizabeth. Esta cerro los ojos y durante varios segundos reino el silencia Luego abrio los ojos.

– ?Pasa algo malo? -pregunto Robert, preocupado.

– No. Pero sugiero un noviazgo relampago.

– Estabamos pensando lo mismo, pero ?por que lo dices?

Elizabeth se inclino acercandose mas a ellos y sonrio.

– Porque vuestra relacion ha producido… -Su mirada se dirigio hacia el vientre de Allie de forma significativa-. Un bebe.

Robert la miro sorprendido.

– ?Estas segura?

– Oh, si. -Se volvio hacia Allie-. Y si pensabas que Austin era un manojo de nervios a la hora de ser padre… -Sacudio la cabeza y lanzo una risita-. La alfombra Axminster va a pasarlo fatal con Robert. -Les palmeo la mejilla a ambos-. Ahora borrad esa mirada de pasmo de vuestros rostros. Os vere en el desayuno, y prometo mostrarme muy sorprendida cuando anuncieis vuestro compromiso. -Y se fue por el pasillo.

Allie se la quedo mirando en silencio, anonadada. Finalmente se volvio hacia Robert, cuya mirada alternaba entre el rostro y el vientre de Allie, con una expresion de pasmo.

– ?Ha dicho «bebe»? -pregunto Allie cuando pudo encontrar la voz.

– Si, eso ha dicho. -Robert se aclaro la garganta-. Y odio decir que ya te lo dije, pero… -Una enorme sonrisa se dibujo en su rostro.

Allie se apreto el vientre con las manos. Los ojos se le llenaron de lagrimas, que, incontenibles, comenzaron a resbalarle por las mejillas. La mirada de Robert se lleno de afliccion.

– Carino, no llores…

– No estoy llorando.

– Bueno, pues lo finges muy bien. -Le tomo el rostro entre las manos y le seco las lagrimas con los

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