– Al contrario, pronostico que su esposa se recobrara por completo, aunque esta debil y la herida le duele mucho ahora. Le he cambiado el vendaje y le he administrado una dosis de laudano.

Elizabeth iba a recobrarse por completo. No iba a morir.

Austin apoyo la mano en la pared para mantenerse en pie.

– ?Se ha despertado?

– Si. Ha preguntado por usted y le he asegurado que estaba aqui fuera. Le he recomendado que se mueva lo menos posible, al menos durante una semana; pero en cuanto tenga animos podra emprender el viaje de regreso a Inglaterra. -El doctor se quito los quevedos y se los limpio con la manga-. Es una joven excepcional. De naturaleza muy robusta.

Austin por poco se echa a reir, cosa que creia que nunca volveria a hacer.

– Si, en efecto, mi esposa es de lo mas robusta.

«Gracias a Dios», penso.

– Puede verla ahora -le indico el medico.

Austin no vacilo ni un instante.

Entro en la cabana y cruzo la habitacion, con una flojera incontrolable en las piernas. Elizabeth yacia en la estrecha cama, en un rincon, bien arropada por las mantas.

Se arrodillo a su lado, estudiandole el rostro con ansia. Aunque estaba palida, su piel ya no tenia aspecto ceroso. Su pecho subia y bajaba al compas de su respiracion regular. El extendio el brazo para apartarle de la frente uno de sus rizos color castano rojizo. Una mezcla de alivio y carino lo acometio con tanta fuerza que se quedo sin aliento.

Elizabeth, la maravillosa e impredecible Elizabeth, se pondria bien. Habia dicho que lo queria, y aunque esa declaracion solo hubiera sido fruto de su delirio, Austin estaba convencido de que significaba que habia buenas perspectivas de sacar adelante su relacion. El conseguiria granjearse su amor, de un modo u otro. Por obra de algun milagro, ahora tenian una segunda oportunidad y, costara lo que costase, haria todo cuanto estuviese en su mano para convencerla de que olvidase el pasado y permaneciese a su lado. La queria demasiado y no estaba dispuesto a imaginarse una vida sin ella. Elizabeth le pertenecia, y el dedicaria el resto de su existencia a demostrarselo.

Bajo la cabeza para apoyar la frente sobre las mantas y susurro las dos unicas palabras que pudo pronunciar:

– Te amo.

Esa noche, Austin, sentado a la mesa de madera, intentaba calentarse las manos sujetando una taza de te. El fuego que ardia en la chimenea banaba el interior de la cabana con una suave claridad.

Elizabeth aun no habia despertado, pero su respiracion se mantenia regular y no mostraba senales de fiebre. Josette dormia en el camastro del otro rincon, con William y Claudine arrodillados junto a ella, hablando entre si en voz baja.

Mientras tomaba un sorbo de te, Austin observo a Claudine. Era una mujer menuda, muy bonita, de cabello lustroso de un negro azabache y grandes ojos color avellana. Daba la impresion de ser una persona competente y discreta. Austin reparo en que tenia callos en las manos y trajinaba por la casa con la agilidad de una mujer acostumbrada a las labores domesticas. Evidentemente no era una dama adinerada ni de alcurnia.

Vio a su hermano acariciar con delicadeza la magulladura que Claudine tenia en la mejilla; William tenia los labios tan apretados que habian quedado reducidos a una delgada linea. Claudine le atrapo la mano y le planto un beso amoroso en la palma. El brillo de amor en sus ojos era inconfundible.

William ayudo a Claudine a tumbarse junto a Josette y, cuando vio que estaba comoda, el fue a sentarse a la mesa frente a Austin.

Este miro a su hermano, fijandose en su cojera pronunciada y en los cambios que habia sufrido su aspecto. Tenia la cara mas delgada, y unas arrugas profundas le enmarcaban la boca y le surcaban la frente. No vio en ese hombre tan serio el menor rastro del muchacho travieso que habia conocido, y se le encogio el corazon al pensar en todas las vicisitudes que sin duda habia padecido. Austin tenia tanto que decir, tantas preguntas que hacer, que no sabia por donde empezar. Carraspeo y dijo al fin:

– Josette se te parece mucho.

– Si, es verdad.

– ?Cuantos anos tiene?

– Dos. -William lo miro directamente a los ojos-. Tu mujer le ha salvado la vida. Siempre estare en deuda con ella por eso.

– Y tu mujer ha contribuido a salvarle la vida a Elizabeth. Siempre estare en deuda con ella por eso. -Austin se inclino sobre la mesa para apretarle los antebrazos y se sintio gratificado al ver que su hermano correspondia a su gesto-. No puedo creer que este sentado aqui delante de ti, hablando contigo. No puedo creer que estes vivo. Dios mio, madre, Robert y Caroline se pondran…

– ?Como estan?

– Bien. Se llevaran una enorme sorpresa… y se pondran euforicos cuando te vean. -Respiro hondo-. Oi a Gaspard hablar con Elizabeth y yo mismo hable con el, asi que ya se mas o menos lo que ocurrio, pero ?por que nos has hecho creer todo este tiempo que estabas muerto?

– No me quedaba otro remedio. No podia arriesgarme a que Gaspard encontrase a Claudine y a Josette. Ponerme en contacto contigo, dar senales de vida, habria entranado un gran riesgo para mi y para ellas. Y tambien habria significado ponerte en peligro a ti y a la familia.

– Unos soldados de tu regimiento declararon haberte visto caer en la batalla.

– Y es verdad que cai. Una bala alcanzo a mi caballo y los dos nos vinimos abajo, pero, a diferencia de muchos otros, mi montura no me aplasto bajo su peso. Despues de la batalla de Waterloo reinaba una gran confusion, con miles de soldados muertos y heridos desperdigados por doquier. Logre liberarme y deslice mi reloj bajo el cadaver de un soldado muerto, un soldado que sabia que nadie identificaria.

Dio un apreton a los brazos de Austin y luego se reclino en la silla.

– Volvi a casa con Claudine y Josette -prosiguio-. Sabia que Gaspard estaria buscandolas para vengarse de mi traicion…, si es que habia sobrevivido. Tuvimos que ocultarnos mientras yo averiguaba si estaba vivo o no. Pronto descubri que lo estaba.

– ?Como conociste a Claudine?

– Me salvo la vida dos anos atras. Me habian clavado una bayoneta en la pierna. Lo siguiente que recuerdo es que cuando recobre el sentido tenia ante mi los ojos mas bondadosos y amables que jamas hubiese visto. Ella me explico que me habia encontrado en el bosque, a unos tres kilometros del escenario de la batalla. Supongo que me arrastre hasta alli, aunque no recuerdo haberlo hecho. Ella me cuido hasta que me recupere.

– ?Por que ayudo a un soldado britanico?

– Me conto que su hermano menor acababa de morir en la guerra y que, aunque yo era ingles, no queria que nadie mas sufriera la perdida de un ser amado ni queria tampoco que mi muerte pesara sobre su conciencia. Decidio hacer lo posible por ayudarme a restablecerme, y luego dejarme marchar. -Enlazo las manos sobre la mesa y continuo-: No teniamos la menor intencion de enamorarnos, pero ocurrio. Despues de dos semanas yo estaba lo bastante repuesto para reincorporarme a mi regimiento, pero no fui capaz de dejarla. Se negaba a casarse conmigo, pues temia que tener una esposa francesa me pondria en peligro, pero yo me empecine. Viajamos hasta un pueblo que quedaba a varias horas de camino y nos casamos alli.

»Despues de eso, me estableci en otra localidad, con un nombre falso. Queria alejada de Gaspard, cuyo odio enfermizo a los britanicos se habia convertido en una mania peligrosa despues de la muerte de Julien. La necesidad de mantener a Claudine a salvo se volvio aun mas crucial para mi cuando supe que estaba embarazada. -Miro durante unos segundos a su mujer e hija, que dormian placidamente-. Gaspard encontro la iglesia donde nos casamos y salio en mi busca. Queria matarme, y despues localizar a Claudine y acabar con ella tambien. Logre convencerlo de que habia abrazado la causa francesa, pues, despues de todo, mi esposa lo era. ?Como iba a ser fiel a Inglaterra? Para probarle mi lealtad, le prometi conseguir armas para el y para sus hombres.

– Y eso es lo que estabas haciendo aquella noche en el muelle -dijo Austin-. Pero las armas eran defectuosas.

– Si, salvo las que habia colocado encima de todo en cada caja, por si se le ocurria probarlas, cosa que hizo.

Вы читаете Una Boda Imprevista
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

1

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату