tierra era compacta y dura. Despues de estar cavando durante mas de una hora, el sudor le corria por el rostro. Hacia las siete y media de la tarde, iluminada todavia por la luz del sol, la punta de la pala topo con la vieja caja roja de metal. La exhumo del agujero en el que habia permanecido veintiun anos oculta. La pintura se habia borrado casi por completo y estaba empezando a oxidares. La tapa de plastico habia amarilleado, pero seguia intacta.

Jack se llevo la caja hasta el porche. Se sento en los escalones y la abrio. Soldaditos de color verde, dos munecos de La guerra de las galaxias, Han Solo y la princesa Leia, y un peine plegable fueron los primeros objetos en aparecer. Lo siguiente fue el coche Matchbox de Jack, y un silbato. El diario de Daisy, un pasador para el pelo de color rosa y un anillo barato al que le faltaban tres cuentas de cristal estaban en el fondo de la caja. Daisy le habia dicho que fue el quien le dio el anillo. Jack no lo recordaba.

Saco el anillo y se lo metio en el bolsillo de la camisa. Agarro el pequeno librito blanco con una rosa amarilla pintada en la tapa; el candado lo habia roto el mismo la ultima vez que habia tenido ese librito en las manos. Las paginas habian amarilleado y la tinta habia perdido parte de su intensidad. Jack se inclino hacia delante, reposo los antebrazos sobre sus rodillas, y leyo:

Hoy el senor Skittles ha mordido a Lily en la nariz. Yo creia que iba a darle un beso -habia escrito Daisy cuando estaban en sexto-. Mi madre ha plantado un ridiculo muneco de nieve enfrente de nuestra casa. Ha sido tan embarazoso.

Jack sonrio y paso las paginas sin prestar atencion a las referencias al gato o a la decoracion. Se detuvo cuando leyo su nombre.

Jack se ha metido en un buen lio por subirse al tejado de la escuela. Ha tenido que quedarse despues de clase y creo que le van a azotar. El dijo que no le importaba, pero parecia triste. Yo tambien me puse triste. Steven y yo nos fuimos a casa sin el. Steven me dijo que Jack estaria bien.

Jack recordaba a la perfeccion aquel dia. No le cayo ningun azote, pero tuvo que limpiar todas las ventanas de la escuela. Ojeo algunas entradas mas que hablaban del gato, de lo que comieron aquel dia y del clima.

Hoy Jack me ha gritado. Me ha llamado nina estupida y me ha dicho que me fuese a casa. He llorado y Steven me ha dicho que Jack no opina en realidad eso de mi.

Jack no recordaba esa anecdota, pero si le habia gritado posiblemente se debio a que estaba un poco colado por ella y no sabia que hacer al respecto.

Steven me ha regalado una pegatina para la bicicleta. Es un arcoiris. Me dijo que era demasiado de nina para ponerselo en su bicicleta. Jack dijo que era raro. A veces hiere mis sentimientos. Steven dice que no lo hace a proposito. No tiene hermanas.

Jack nunca habia reparado en que Daisy fuese tan sensible. Bueno, si, pensaba que era sensible, pero nunca habia imaginado que decir que un adhesivo fuese raro pudiese herir sus sentimientos.

Ayer fue Halloween. Mi madre me preparo el disfraz de Annie Oakley otra vez porque dice que todavia no me va pequeno. Jack se disfrazo de Darth Vader y Steven de princesa Leia. Se coloco unas ensaimadas grandes encima de las orejas para imitar su peinado. Me rei tanto que casi me hice pipi encima.

Jack solto una carcajada. Recordaba aquellos disfraces, pero se habia olvidado del resto de cosas que comentaba Daisy en su diario. Tambien habia olvidado lo mucho que le gustaba a Steven contar chistes. Muchos de ellos los habia copiado Daisy en aquellas paginas. Habia olvidado que Steven era un muchacho muy divertido y que pasaban horas riendose de la senora Cansen cuando paseaba a su viejo perro, o viendo su episodio favorito de El show de Andy Griffith.

No entiendo por que hablan tanto de ese programa. Es estupido. Vacaciones en el mar es muchisimo mejor.

Si, y Jack recordaba a la perfeccion que el y Steven se reian con Vacaciones en el mar a escondidas de Daisy.

Cuanto mas leia, mas se reia de ciertos pasajes de su juventud. Cuanto mas reia, mas empequenecia su rabia… Lo cual le sorprendio enormemente.

Cuanto mas leia, mas se daba cuenta del patron de comportamiento de Daisy: cuando algo la contrariaba, o cuando Jack heria sin darse cuenta sus sentimientos, ella acudia a Steven. El domingo anterior le habia dicho que Steven no solo habia sido su marido, sino tambien su mejor amigo. Dijo que podia hablar con el de cualquier cosa. Que ella y Steven habian reido y llorado juntos.

Jack no era de esos hombres que lloraban, el se lo guardaba todo dentro hasta hacerlo desaparecer. Pero ciertas cosas no desaparecian. Daisy tenia razon. No podrian estar juntos si el no era capaz de dejar atras su rabia. Si, tenia derecho a estar enfadado, pero mantener la rabia le obligaba a estar solo.

Jack cerro el diario y le echo un vistazo al jardin. Tenia dos posibilidades. Podia pasarse el resto de su vida concentrado en su rabia y su amargura. Solo. O podia dejar atras el pasado. Como Daisy le habia dicho. En el momento en que se lo dijo, le parecio del todo imposible. Ahora sentia el destello de una pequena luz de esperanza en lo mas hondo de su alma.

Si, Daisy y Steven le habian mantenido en secreto lo de Nathan. Si, eso era una putada de las gordas, pero no podia permitir que la rabia siguiese consumiendolo durante mas tiempo. Tenia que dejar atras el pasado o muy posiblemente moriria solo y amargado. No habia compartido con Nathan sus primeros quince anos de vida, pero Jack calculo que le quedaban por delante los proximos cincuenta, como minimo. Lo unico que tenia que decidir era como queria pasarlos.

Se puso en pie y volvio a meter todas las cosas en la caja de metal. Entro en la casa y fue a buscar la carta de Steven. La volvio a leer, y en esta ocasion se dio cuenta de todo lo que se le habia pasado por alto la primera vez. Steven habia escrito sobre su amistad y sobre lo mucho que le habia echado de menos todos esos anos. Hablaba del amor que les profesaba a Daisy y a Nathan. Acababa pidiendo su perdon. Le pedia que dejase atras la amargura y que siguiese adelante con su vida. Por primera vez en quince anos, Jack tenia intencion de hacerlo.

No tenia un plan concreto. Simplemente penso en su vida, sin evitar los recueros, ya fuesen buenos o malos. No queria enterrarlos de nuevo.

Y se permitio sentir lo que conllevaban todos y cada uno de ellos.

El viernes por la tarde le pidio a Nathan que fuese con el a la oficina. Se quedaron de pie, uno frente al otro, y Jack saco la caja de metal y le paso a Nathan el peine plegable.

– Esto era de tu padre cuando ibamos a sexto -dijo Jack sin rabia alguna-. Pense que a lo mejor te gustaria tenerlo.

Nathan apreto el boton que habia en la empunadura y, sorprendentemente, el peine se abrio. Se paso el peine por el pelo.

– ?Genial! -exclamo el chico.

Nathan cogio una de las figuras de La guerra de las galaxias, pero acabo decidiendose por los soldaditos de color verde.

– El lunes te dan el carne, ?verdad? -le pregunto Jack.

– Si. Mama dice que podre conducir su furgoneta de vez en cuando. -Nathan fruncio el ceno y anadio-: Le dije que ni hablar.

– Uno no puede fardar mucho en una furgoneta -dijo Jack intentando no sonreir; sin embargo, no pudo evitarlo y anadio-: No hay modo de quemar neumatico.

Nathan sacudio la cabeza.

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