Pero Cash se habia hartado de ese miedo.

Iban a hablar largo y tendido cuando volviera a casa. No pensaba dejar que se marchase. Tendria que convencerla como fuera. Lexie iba a casarse con el y con Sammy o tendria que darle una muy buena razon para no hacerlo.

Cuando empezo a bajar una pendiente, su corazon dio un vuelco. Alli estaban, subiendo la cuesta, uno al lado del otro. Cuando lo vieron, salieron corriendo hacia el.

Cash estuvo a punto de salir corriendo tambien. Pero, en lugar de hacerlo, se apoyo en la rama y puso cara de dolor.

Sammy tenia lagrimas en los ojos cuando se echo en sus brazos. Pero Lexie… Lexie lo miro con aquellos ojos color chocolate llenos definia.

– ?Maldito seas, McKay! ?No vuelvas a darnos un susto como este!

– Me hice dano y…

– Ya sabemos que te has hecho dano. Vamos a casa. Sammy, tu agarralo por la izquierda, yo lo hare por la derecha.

No era precisamente buena idea porque los dos eran demasiado pequenos, pero Cash sabia que tenian que ayudarlo. Y aunque hubiera intentado negarse, Lexie no se lo habria permitido.

– Tengo que volver a Chicago durante tres semanas. Y no es solo por mi trabajo. Tenias razon, puedo hacerlo desde donde quiera. Pero tengo muchas cosas que solucionar y me gustaria mantener mi oficina y… ?no discutas conmigo!

– Vale -murmuro el.

– Tendre que volver a Chicago de vez en cuando, una vez al mes o algo asi. ?Y no me lo discutas!

– Vale.

– Ademas, Sammy necesita un poco de sofisticacion. De vez en cuando.

– ?Que? Eso si que no -intervino el nino.

– Tienes que ir a conciertos, al teatro, ampliar tu educacion -insistio Lexie-. Es obvio que la montana sera nuestra base de operaciones, pero habra que ir a Chicago de cuando en cuando para no convertirnos en una familia de osos.

– Vale, Lexie -dijo Cash, guinandole un ojo a Sammy.

– ?Vale! -asintio el crio.

– Y los dos llevareis traje el dia de la boda.

– ?Boda? -repitio Sammy, mirando a su padre. Cash asintio.

– Tengo una familia muy grande y les vais a encantar. A ellos les gusta el deporte, el aire libre y todas esas cosas. Y Sammy, tendras que aguantar que te besen y te achuchen. Asi es la vida.

Sammy suspiro pesadamente.

– Vale.

– Y otra cosa…

Lexie tenia alrededor de cincuenta ideas mas y los dos las soportaron con paciencia. Cuando estaban a unos metros de la casa, Lexie le pidio a Sammy que fuera corriendo a llamar a Keegan y que volvieran con el jeep. Cash suspiro cuando pudo pararse un rato. Un segundo antes, los pajaros cantaban como maniacos y, de repente, el paisaje parecia haber quedado en silencio. Lo unico que Cash podia oir eran los latidos de su corazon y lo unico que podia ver eran aquellos ojos de color chocolate, enormes y vulnerables.

– Cuando estemos solos, McKay, ?sabes lo que voy a hacerte?

– Espero que sea lo que estoy pensando -dijo el.

Lexie sonrio. Un segundo antes de que Cash abriera los brazos para ella.

– No voy a perderte nunca, Cash.

– Lo se.

– Te quiero -la voz de Lexie era un suspiro-. Te quiero con todo mi corazon.

– Lexie, yo te quiero con toda mi alma. Y prometo darte lo mejor de mi durante toda nuestra vida.

Se separaron al escuchar el ruido del jeep. Aun asi, se besaron, un beso que sellaba todas las promesas del futuro que iban a compartir. Y despues, sonrieron, se tomaron de la mano y esperaron que Sammy saltara del jeep y se reuniera con ellos.

Jennifer Greene

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